Francia

El quinto largometraje de Caetano puede resultar una verdadera sorpresa para los admiradores y seguidores de la filmografía de este realizador, figura clave en el auge que el cine argentino ha logrado a nivel mundial en la última década, particularmente gracias a su debut, "Pizza, birra, faso". Tanto en esa cinta como en las sólidas "Bolivia", "Un oso rojo" y "Crónica de una fuga", el cineasta desplegaba su mirada a partir del drama, ya fuera como convincentes y casi naturalistas retratos humanos que aprovechaban de servir de reflejo a la realidad social y política de Argentina, o desde su particular revisión a los géneros cinematográficos clásicos, en especial el policial.

Pero en "Francia", Caetano incursiona en algo muy cercano a la comedia. Aunque tratándose de una película suya, no podía ser una comedia cualquiera. Y es así como las dificultades internas de una muy especial familia disfuncional son el marco para una historia algo errática y dispersa, casi como un espejo del comportamiento de sus protagonistas adultos -envueltos en situaciones absurdas que poco a poco permiten adivinar las carencias afectivas, los lazos que de verdad los atan y separan a la vez y las inseguridades internas que les dificultan avanzar y salir del estado en que parecen anclados-, mientras por momentos, a pesar de sus problemas de concentración y conducta en la escuela, la niña protagonista da la impresión de ser incluso más madura que sus propios padres.

Por su ritmo y los elementos narrativos, por los recursos argumentales de un guión más libre y sin definiciones absolutas, por inesperados y lúdicos hallazgos formales que introduce en determinados momentos, Caetano elabora aquí una película más arriesgada y menos directa y explícita que las anteriores. Quizás el "experimento" es irregular y no convenza a todos, pero de todas formas es atractivo e interesante, ofrece una buena labor interpretativa de su elenco y tiene un indiscutible oficio en los demás aspectos artísticos (fotografía, edición, sonido...). Es un Caetano en apariencia muy distinto y en tono menor, pero que de todos modos plantea conexiones con el cine que ha venido desarrollando anteriormente.

Imposible separar a Francia de Caetano, de un tema tan en boga para los argentinos enfocar la crisis de esta manera...imposible separar a Francia de Caetano.

Tres historias: padre, madre, hija. Los rollos son más o menos los mismos, lo que hace singular a la peli son los recursos narrativos de Adrián a la hora de hacernos ver la tragedia dentro de la hilaridad: los tonos van y vienen, o se disfrazan de solemnidad en un plano secuencia in rallentti, o se camuflan de cómicos con esas elipsis socarronas que roban la sonrisa. O bien de pronto la historia despista, se vuelca sobre un personaje anónimo, y no tanto, y espiamos la crisis por otra veta. En Francia pueden faltar cosas, lo que no falta es lectura política.

No obstante, es en la organización de la trama donde el director patina, porque al intercalar varios recursos narrativos se pierde la forma del hilo conductor. Entonces de pronto una elipsis, antes bien utilizada, llena el bache narrativo. Es lo que genera finalmente esa sensación de haber visto, como bien se dijo por aquí, un ejercicio experimental.

Una familia disfuncional; personajes altamente conflictivos e inhibidos con su deseo; y una realidad social amenazante. En este contexto transcurre la trama del regreso de Caetano a la pantalla grande. El film estuvo por debajo de mis expectativas. Narrativamente un tanto inconclusa y el relato, en su intento de transmitirlo a través de la mirada de una niña de 12 años, se dispersa bastante. Las actuaciones no terminan de convencer, excepto Lautaro Delgado y Daniel Valenzuela en el rol de ese psicólogo, algo bizarro, quien lejos es lo mejor de la película. Lo interesante: pone en cuestionamiento cierta educación privada expulsiva, en tanto anula cualquier esbozo subjetivo que haga un poco de ruido al sistema institucional.

Adrián Caetano daba un respaldo (series como Tumberos o Lo que el tiempo nos dejó, películas como Pizza, birra, Faso o Un oso rojo), el elenco daba un respaldo (Natalia Oreiro, Lautaro Delgado (bien), Daniel Valenzuela(muy bien)) pero Francia resultó un experimento tan desconcertante como la elección de su título que nada tiene que ver.
Caetano, quiso ser cómica? Volvé que te perdonamos. (5)

Después de estar separados por varios años, un matrimonio vuelve a compartir espacio apremiado por las circunstancias económicas. Esta premisa, le sirve a Caetano para desarrollar una mirada sobre la última crisis económica argentina, que potenció crisis personales y terminó por desatar verdaderas tragedias. Sin embargo, Caetano comienza a ser optimista sobre el futuro y de un comienzo negro, ve en Gloria (la hija del matrimonio que vuelve a compartir espacio) la generación que recompondrá las piezas rotas de sus padres gracias a una comprensión social y a una educación pública. Tan sencilla como profunda, es una de las películas más lúdicas de Caetano y se disfruta en varias visiones.