Chica para matrimonio

Deliciosa comedia dramática realizada en 1952 por George Cukor, el director supuestamente especializado en actrices, (¿quizá por ser homosexual declarado?). Es una película con guión de Ruth Gordon y Garson Kanin que lo escribieron casi a encargo para mayor lucimiento de una de las actrices predilectas de Cukor , a la que posteriormente dirigiría en "Nacida ayer". "The Marrying Kind", con ridículo titulo en español "Chica para matrimonio", estuvo interpretada por Judy Holliday y Aldo Rey.. Con buenos secundarios como Madge Kennedy (que representó a la jueza que atendía el divorcio de la pareja protagonista), Sheila Bond, John Alexander, Rex Williams, Griff Barnett, Mickey Shaughness. Es la historia de una pareja desde su noviazgo hasta el transcurso de un matrimonio lleno de los altibajos normales, con tragedia incluida y deterioro final. Es en el juicio de divorcio, ante una jueza comprensiva, donde comienza y se resuelve la trama.


A pesar de que la historia matrimonial, los diálogos y las actuaciones son aceptables en aquellos años y ahora tienen un ligero sabor ingenuo y anticuado, la manera de presentarla y seguir sus vicisitudes, no han perdido frescura y gracia (la secuencia de la pesadilla etílica de Aldo es magnífica dentro de su simplicidad). Amigo y ayudante de Lubitch, Cukor mostraría su maestría en la comedia refinada y selecta en cintas muy superiores a esta, en las que las mujeres lograban un protagonismo moral y una espontaneidad y fortaleza de comportamientos y carácter muy superiores a la de sus limitados y simples compañeros de fatigas, a las que dominan con facilidad e incluso cierta crueldad. Entre sus películas más famosas destacan "Camille" (La dama de las camelias) con Greta Garbo, "Mujeres", con Norma Shearer, Joan Crawford, Paulette Goddard y Rosalind Russell (y ningún hombre en el reparto), "Historias de Filadelfia" con Katherine Hepburn, otra de sus actrices favoritas. La citada Judy Holliday en "Nacida ayer" y "Ha nacido una estrella", para terminar con dos obras magistrales: "My Fair Lady", con Audrey Hepburn y "Ricas y famosas" de 1981, su última película. Murió a los 83 años

Más que una comedia, "The Marrying Kind" (que supongo que se podría traducir como "De los que se casan") es una tragicomedia sobre la vida en común de una pareja de clase de media, contada en una serie de flashbacks desde el despacho de la jueza que va a resolver sobre su divorcio.

Como la jueza afirma, en todo asunto hay tres versiones, la de una parte, la de la otra, y la verdad. En este caso conocemos la historia de boca de él, demasiado obsesionado con el triunfo (o sea, el dinero), y de la de ella, más optimista y comprensiva.

Una de las frases que resumiría este intercambio de impresiones, mientras vemos las imágenes de "la verdad" la dice la citada jueza al afirmar "Hace unos años fui con mi marido de vacaciones a un lago, yo recuerdo las noches de luna llena; él, los mosquitos".

Como cualquier otra vida, en los años de matrimonio no han faltado alegrías, penas, e incluso un gran drama que intentan superar, y la película les sigue adoptando un tono ligero, cómico, melancólico o decididamente dramático, cuando corresponde.

Así que nadie se espere una comedia del tipo "La costilla de Adán", aunque repitan director y actriz, sino una historia agridulce, con algunos tramos que han envejecido mal, junto a otros que mantienen su vigencia y aún pueden emocionar al espectador, como aquel en que Judy Holliday canta en el parque; o aquel en el que el cuñado del protagonista desvela su receta para felicidad.

"The marrying kind" deja un buen sabor de boca, a pesar de su irregularidad, nos trae el recuerdo de una gran actriz de la que siempre es un placer descubrir otro título, y demuestra que los grandes nombres como George Cukor tenían una larga trayectoria a sus espaldas en la que fueron forjando estilo y (muy) buen saber hacer.

Comedia sencilla que cobra entidad mediante una larga retrospectiva que resulta un poco lenta pero agradable de ver.
Un suave sentido del humor, aunque obsoleto a día de hoy, ribetea una historia que se desarrolla a través de extensos diálogos que intentan suplir la falta de acción.
Película estática que parece atenta al trasfondo psicológico de los protagonistas pero en el que, al mismo tiempo, G. Cukor propone un aire de distinción que le favorece.
Convencional, poco exigente, superficial y algo anodina pero con aire de bondadosa actitud.

Ante la juez del Juzgado de Relaciones Domésticas se presentan, Florence y Chet Keefer, decididos a tramitar su separación. Para su suerte, la juez es una mujer equilibrada, sensata y con una clara disposición a escuchar lo necesario, así que la pareja tendrá la oportunidad de contar su historia, desde que se conocieron hasta que decidieron que ya no podían vivir juntos… tras haber tenido dos hijos y siete años de matrimonio.

Ahora que, por fin, he podido ver este tercero de cuatro felices encuentros que tuvieron, el director George Cukor, el escritor Garson Kanin, y la magnífica actriz Judy Holliday, siento que la razón de que, <<THE MARRYING KIND>>, hubiese sido el título menos afortunado, es que no goza de la fina comedia y de ese toque de encanto y picardía que, en deliciosa abundancia, poseen “Adam’s Rib”, “Born Yesterday” y por supuesto, “It Should Happen to You”.

Apenas unos pocos momentos logran tener verdadera chispa en la película que ahora nos ocupa (el encuentro inicial de los chicos con las chicas, donde las acciones contrarían lo que a la juez cuenta la pareja; el concurso de radio con el que se podían ganar una buena suma diciendo el nombre de un tema musical; el sueño rodante de Chet…), pero de resto, la historia resulta bastante convencional como drama familiar donde una pareja parece destinada a que todo se vuelva gris en su voluntarioso matrimonio… pero aquello de reservar la fortuna a, “10 segundos de inspiración”, como suponen fue la manera como otros se hicieron millonarios, quizás sea lo que, en definitiva, impida que sus esfuerzos tengan mejores resultados… y a veces se conviertan en, “10 segundos para el infortunio”.

Como siempre, resulta muy grato ver a la encantadora, Judy Holliday, jugando a la mujer empeñada en sacar adelante su matrimonio ¡con más de buena suerte que de logros atinados!; pero, Aldo Ray, resulta mucho mejor en sus roles dramáticos que jugando, ahora, a ser el marido harto convencional. Entre la pareja no se advierte suficiente química y Judy luce demasiado seria como si careciera de estímulo para aflorar su talento de comediante.

El guion, escrito por Garson Kanin, en compañía de su esposa, Ruth Gordon, tiene algunos diálogos realmente afortunados, pero, en general, no logran el tono ni el gracejo de sus mejores películas. La puesta en escena también luce sin brillo alguno, y en general, se nota poco compromiso en la realización general.

Sin embargo, cabe exaltar también la actuación de, Madge Kennedy, encantadoramente sobria como la juez; y la de, Mickey Shaughnessy, muy divertido como Pat el carnicero.

Título para Latinoamérica: DE LA MISMA CARNE

Tenemos en mente, de películas más actuales sobre los años 50, como años de color de rosa, la mujer en casa cocinando y limpiando y el hombre que viene a casa después de un día duro de trabajo. La mujer encasillada en casa con los hijos, y al marido tirado en su butaca con el periódico, una copa y la mujer sirviéndole.

Pues gracias a esta película, nos damos cuenta que realmente los años 50 no fueron así, o al menos en su totalidad.

Aquí vemos un argumento arriesgado para su época (a mi forma de ver). Una película hecha para Judy Holliday, que tiene una voz peculiar, muy aguda. Y vemos a un Aldo Ray con una voz grave afónica, también peculiar. Es peculiar como se combinan los dos.

Aldo Ray, aún desconocido, dio el salto a la fama entre 1951 y 1952. Un hombre atlético, un atractivo peculiar y sobre todo una voz bastante más peculiar. Lo conoceremos en papeles como de "malo", por todo lo mencionado anteriormente.

Pues George Cukor se atreve a afrontar la vida de una pareja de clase de media, que son felices, pero también que sufren, y que finalmente están perdidos y no saben si son felices juntos o no. Supongo que quiere ser una película moralista para aquellas parejas para evitar divorcios.

Pero también es una película para enterrar el patriarcado. Pone sobre la mesa el tema de que la mujer traiga el dinero a casa trabajando, también (y quizás lo más delicado) es que si una mujer recibe dinero, no tiene porque ser vergonzoso, porque la gente hable y diga que es porque a cambio había favores sexuales. Hay momentos muy machistas sí, pero hay momentos en que la mujer encara a ese machismo.

Es por eso, que quizás, los años 50 no eran lo que creemos que fue, aunque ya veremos que pasa, que estamos en 1952 y aún queda mucha década.