Amor bajo cero

Ramón (Tony Leblanc) es un pícaro limpiador de barcos, que decide pasarse por un campeón sueco de esquí para intentar conquistar el amor de Nuria Berenguer (Concha Velasco), una guapa esquiadora catalana. Lo que no supone es que el novio de la chica es el millonario Joaquín, el dueño del barco en donde trabaja.

Comedia romántica que se queda a medio gas a pesar de contar con el personaje cínico de Tony Leblanc. El protagonismo recae en la pareja Leblanc-Velasco, aunque paralelamente se nos van contando otros encuentros románticos de menor interés y, a la vez, aburridos.

Película fallida y aburrida de la que tal vez salvaría la maravillosa fotografía que nos muestra a la Barcelona de la época y La Molina (Girona). Por lo demás, prescindible completamente.

A finales de los años cincuenta, el cine español comenzó a adaptar historias que en muchos casos provenían del cine italiano.
Este tipo de films destacaban por mezclar muchas historias entre sí y con multitud de personajes que acompañaban a los principales.
Los protagonistas (Concha Velasco y Tony Leblanc) logran dar valor a un guion el cual, a pesar de su simpleza, no da sensación de desfallecer en ningún momento (algunas historias podrían ser prescindibles). La amplia variedad de localizaciones y la cuidada puesta en escena ayudan a darle un mayor empaque al conjunto.
Por todo esto, la considero una cinta que entretiene al espectador, por tener una buena factura y unos diálogos como siempre rápidos y ágiles, que era por lo que era conocido el cine de esta época.

"Amor bajo cero" es una de esas películas españolas cuya auténtica valoración surge de la comparación que se hace con el insufrible y bochornoso cine español actual. Desde luego "Amor bajo cero" tendría menos puntos si el cine español actual en general no fuese tan horrible. Es una comedia agradable y que aunque pueda gustar mas o menos no irrita a nadie que es lo importante. Su naturaleza es eminentemente "kitsch" y todos sus defectos se concentran en un guión que se revela bastante torpe en general aunque está algo aliviado por algunos diálogos agradables. Casi todos los personajes se ganan la simpatía del espectador y se mueven en ambientes decorosos. Puede parecer cursi a veces pero en todo caso es una cursileria que agrada y además hay que situarse en la época en que se realizó. Fue filmada por Blasco, un cineasta que donde logró destacar fue en el género policíaco con la inolvidable "Autopsia de un criminal". La película conserva bastante encanto y comparada a las bazofias españolas actuales su resultado mejora. Hay algunas actrices refinadas y secundarios estupendos. Resulta simpática esta dulzona comedia musical.

Tony Leblanc repite su archiconocido papel de pícaro hispano, en esta comedia muy poco inspirada, que sólo cuenta con algún diálogo suelto medianamente ingenioso. Algunas secuencias de Barcelona y La Molina (Gerona) parecen estar rodadas con la finalidad de atraer el turismo.

Ni guionistas, ni productores ni director lo dieron todo en esta película con demasiadas carencias, porque una comedia, que no saca ni media sonrisa, mal vamos. Los personajes se confunden unos con otros, las chicas son todas iguales de monas y los galanes están igual de mal, para no variar.

Y no pensemos los fanáticos del cine que esta es la España de estos años, sino simplemente la que la censura deja que se represente en las pantallas. Y luego llega el final, un punto y final tan evidente que te deja tan frío como algunos de los lugares donde se rodó la película. Gracias a las actuaciones de lo dos principales que son más que dignas. Un 3,5.