A escape libre

Entretenido thriller con aires de comedia, "A escape libre" es la segunda película de Jean Becker, hijo del maestro Jacques Becker, y autor de algunos filmes recientes de gran calidad, como "Les enfants du marais" ("La fortuna de vivir") o "Dialogue avec mon jardinier" ("Conversaciones con mi jardinero").

El argumento resulta bastante tópico y convencional, centrándose en David Ladislas (Belmondo), un contrabandista encargado por una compleja organización criminal de transportar ilegalmente una gran cantidad de oro desde Barcelona hasta Beirut, con la ayuda de Olga Celan (Seberg). Una vez allí, Ladislas intentará apropiarse del oro, siendo perseguido por la organización ya mencionada en un largo periplo que le llevará a Atenas, Patras, Nápoles, Roma y Bremen.

El filme cuenta con un gran reparto, encabezado por Belmondo y Seberg, protagonistas nuevamente tras el célebre dúo que encarnaran en "Al final de la escapada", cuya labor se ve secundada por los estupendos secundarios que componen Gert Fröbe ("El cebo", "Goldfinger") o Fernando Rey. Correctamente rodada, sin alardes ni defectos, la película logra entretener al espectador, que recorre gran parte de Europa de la mano de los protagonistas; muchas secuencias están localizadas en los escenarios reales (Atenas, Nápoles, Roma, Bremen) y otras, como las que transcurren en el desierto sirio, se rodaron en Almería. Quizá el aspecto más débil sea el guión, bastante irregular y con algunos diálogos poco naturales, cuando no innecesarios, pero en general tampoco puede decirse que sea malo, sino más bien convencional, carente de nervio.

Por todo ello, un filme sin mayor pretensión que constituir un buen entretenimiento, complaciendo al espectador por su cosmopolitismo y buenas interpretaciones.

Le cuesta un poco arrancar, pero luego lo hace de una manera alocada y llena de situaciones inesperadas. El problema es el final. El guionista no sabe cómo dar fin a tanto embrollo y decide terminar la película de golpe, en un último minuto sin pes ni cabeza.

Solo por la espectacular secuencia del coche de Belmondo trotando por las montañas como si fuese una liebre merece la pena asomarse a esta semidesconocida coproducción hispanofrancesa. La pareja de 'Al final de la escapada' y algunos actores cogidos casi al azar protagonizan una historia loca en la que un ligón pesado, pulpo y latoso (esa manera de hablar a dos cm de la cara de los demás) se recorre el continente a 210 km/ hora ligándose a todas las gachís que encuentra y escapándose por segundos de 300 muertes seguras. Puro cine de entretenimiento a la europea.