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Route Irish

Drama. Thriller "Route Irish" es el nombre de la peligrosa carretera que une el aeropuerto de Bagdad con la zona internacional de la ciudad. Se trata de un análisis de las secuelas de la guerra en dos soldados británicos que se enamoran de la misma mujer y se desplazan a Irak para trabajar como contratistas privados. Cuando uno de ellos (Mark Womack) regresa a su país, experimentará profundos sentimientos de tristeza y amargura, agravados por la muerte de un amigo. (FILMAFFINITY) [+]
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Críticas 19
Críticas ordenadas por utilidad
26 de diciembre de 2011
18 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con Loach sucede que cierto sector de la crítica suele ser adverso a los planteamientos de sus películas, a veces con justicia por los sesgos que se aprecian en los mensajes de ciertos trabajos, pero sobre todo por su perfil netamente crítico y claramente próximo a un tipo de izquierda tan escasa como incómoda. De aquí que se trate de la película que se trate, surge siempre una tentativa de menoscabar sus logros, de ignorar su relevancia entre los estrenos semanales y de buscar cómo cuestionarla, ni que sea recurriendo a argumentos banales.

Bien, pues mi consejo es que el público ignore a los críticos profesionales y se acerque con interés a esta obra, pues se trata de un muy buen trabajo cinematográfico, aunque ciertamente desolador. De manera muy descarnada, el cine de Loach no transporta esta vez a los transfondos de la ocupación iraquí; no acerca a los ridículamente denominados "daños colaterales", y nos muestra a las claras la conducta criminal con que ciertos sectores de los países desarrollados se comportan en ese conflicto. Al mismo tiempo, Loach nos habla del precio que deben pagar aquellos que se ven inmersos en la violencia iraquí, que tanto se cobra en secuelas físicas, como psíquicas o vidas perdidas.

Con Loach prosigue el crudo relato de nuestro tiempo, un tiempo de oscuridad que poco tiene que envidiar al recientemente superado siglo XX y en el que a medida que avanzamos, no sólo desaparece el optimismo hacia lo que podemos llegar a ser, sino que comprendemos que las cosas van a ponerse peor. Sólo si sabemos donde estamos exactamente tendremos la oportunidad de romper esa tendencia. Y algunos como Loach nos ayudan mucho a conseguirlo.
branhunter
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26 de julio de 2013
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Frankie, era un soldado fuera de lo común: Firme y justo. Odiaba las corbatas porque, bien seguro también sabía que son el símbolo de la hipocresía; y estaba peleando contra Irak porque a veces estamos “en el lugar equivocado en el momento equivocado”. En la Ruta Irish (carretera que une al aeropuerto de Bagdad con la llamada Zona verde), considerada, entonces, por muchos como la más peligrosa del mundo, Frankie es asesinado junto a tres soldados colombianos que lo acompañaban. Su gran amigo, Fergus Malone, excompañero de estudio, de luchas y de juergas, se duele en el alma con lo sucedido y ahora quiere saber la verdad a cualquier precio, ¡cuéstele lo que le cueste!

Un fuerte y esclarecedor guion de, Paul Laverty, que nos permitirá ver desde adentro algunos de los sucios manejos que se produjeron en la inventada guerra contra Irak, sirve de nuevo al director, Ken Loach, para poder confirmar que toda guerra es sucia.

Infamias, manipulaciones, complicidades, intereses mezquinos e individualistas, atropellos contra la sociedad civil, abusos de autoridad, prepotencia y salvajismo… son algunos ingredientes que aquí están muy bien mezclados y mejor servidos (incluso con ayudas documentales), para corroborar que toda guerra es asquerosa. Con razón, tantísimos soldados, luego de cada guerra, se vuelven esquizofrénicos, depresivos y/o suicidas... y es que haber visto lo que se ha visto y tener que callarlo; o haber hecho lo que se ha hecho y tener que recordarlo una, y otra, y otra vez, puede volver loco a cualquiera.

Con estupendas actuaciones de, Mark Womack (Fergus), el ex-combatiente herido en el alma, dispuesto a esclarecer la muerte de su mejor amigo a costa de la propia vida si es necesario; y de Andrea Lowe (Rachel), la mujer que también busca la verdad mientras su corazón comienza a sentir que puede amar lo que mucho apreciaba su fallecido compañero, Loach se adentra en los asuntos de la guerra, prefiriendo los intríngulis internos que nos permiten comprender que, los intereses de quienes incitan a la guerra, no se parecen en nada a los que trasmiten a los soldados para que por ellos maten o se hagan matar.

Con maestría y sobriedad, con objetividad y espíritu confiable, Ken Loach demuestra, una vez más, lo mal que estamos manejando este planeta que nos tanta esperanza nos pusieron a cargo... y si a mí me preguntaran: ¿Cuál es la carretera más peligrosa del mundo? Diría que es cualquiera que lleve a un hombre con el firme deseo de eliminar a otro hombre, porque es indefectible que, al único que puedes hacerle daño es a ti mismo… y siempre llegará el día en que puedas comprobarlo.

Título para Latinoamérica: LA VERDAD A CUALQUIER PRECIO
Luis Guillermo Cardona
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24 de diciembre de 2011
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por ''Route Irish'' se conoce a la carretera que va del aeropuerto de Bagdad a la llamada Zona Verde de la capital iraquí. Conecta las que en teoría son las áreas más seguras de toda la nación, aquellas en las cuales se orquesta la reconstrucción de un país sumido en el caos. Mientras se esté en una de ellas, supuestamente no hay que temer por nada. Sin embargo, y precisamente por esto, el trayecto de una a la otra es un auténtico infierno. Un caramelo al que los terroristas acuden en masa y con las peores intenciones. Por algo es oficialmente, la carretera más peligrosa de todo el mundo. El terreno ideal para, o bien frivolizar un poco y recibir un buen chute de adrenalina, o bien ponerse serio y documentar una realidad aterradora.

¿Adivina alguien qué ruta ha elegido Ken Loach para su nueva película? Efectivamente, la segunda; la única que conoce, o al menos aquella en la que se siente más a gusto. Hora pues para adoptar un posado serio, dejar las risas para otro rato y afilar el dedo acusador, que en esta ocasión hace una finta antes de apuntar a su verdadero objetivo. A saber, el detonante de la historia de 'Route Irish' es un accidente que tiene lugar en Irak, pero la fuente del mal está, cómo no, en occidente, que por decirlo claro, acaba comiéndose lo que ha estado cocinando a lo largo de estos últimos años de infames políticas imperialistas: un plato indigesto y de horrible sabor, cuya ingesta no desearíamos ni a nuestro peor enemigo.

Ken Loach sin embargo lo saca del recetario de los horrores, lo cocina a fuego lento y nos lo estampa en la cara, como a él le gusta hacer. Para que el que esté delante de la pantalla pase un mal rato, para crear conciencia... la respuesta queda en manos del espectador. Lo que no admite discusión es que, para bien o para mal, 'Route Irish' es la enésima evidencia de que el veterano Mr. Loach tieme tiene una fe inquebrantable hacia su manera de entender el cine. Deudor de la vieja, viejísima tradición documentalista británica, su ojo huye siempre de cualquier adorno o filigrana técnica para intentar mostrar la realidad tal como es, si es que esto es posible en el cine, incluso en cualquier tipo de arte.

De este modo, palabras como ''diversión'' y ''espectáculo'' quedan debajo de todo en el ranking de prioridades de dicho cineasta, que por convicción, lo empeña todo al poder de una historia, a ser posible con connotaciones de drama social, y que debe valerse por sí misma. En esta ocasión Loach ofrece no obstante algún que otro detalle a destacar, como la fijación en seguir parte de la historia a través de la omnipresente red de redes (ya es innegable, la revolución 2.0 ha pasado a jugar a todos los niveles un papel fundamental en nuestras vidas), o el poco miedo a introducir breves pero intensas escenas de acción, filmadas sin excesivas pretensiones, como era de esperar, pero con buen resultado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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9 de enero de 2012
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Ruta Irlandesa era una de las carreteras más peligrosas del mundo, unía el aeropuerto de Bagdad con el centro de la ciudad: destruida y en construcción, arruinada y emergente, miserable y vivero de grandes negocios. Los enemigos podían ser de origen indeterminado y la muerte, que no sabe de ideologías, podía estar tanto al servicio de los turbantes como de las corbatas y viajar en oxidados Kalashnikovs o en delicados maletines de auténtica ternera de Yorkshire.

Ken Loach intenta, una vez más, explicar lo que se oculta bajo el envoltorio de plexiglás en el que, supuestamente, van envueltos los paquetitos de libertad y democracia con los que Occidente salva a las pobres víctimas de los tiranos locales. Resulta que nada más desanudar el lacito, caen al suelo millones de dólares y libras esterlinas que no sirven para curar heridas, ni para dar una rebanada de pan con Nocilla a un niño hambriento.....; ¡no hay más que dinero!; ni un juguete, ni una inyección de morfina.... Dinero para comprar un país, petróleo incluido; dinero para pagar a los perros de la guerra (mercenarios), que se encargarán de mantener a raya a los molestos y famélicos aborígenes, que no acaban de entender en qué consiste su salvación.

La maquinaria de guerra suele ser muy efectiva y la propagandística mentira consigue hacernos creer que el uso del dinero público, transformado en misiles y tanques, es tan solo una rentable inversión a medio plazo; no obstante, de cuando en cuando, hay que eliminar alguna pieza defectuosa que ha dejado de hacer su labor mecánica y puede que se haya convertido en una amenaza para el buen funcionamiento del monstruo biónico. En la ficción de Ken Loach, con guión de Paul Laverty, una de estas herramientas inservibles resulta ser el amigo de Fergus, ex-contratista privado, que se repone en el Reino Unido de un atracón de servicios prestados a la causa última de la invasión: la obtención del máximo de riqueza para las multinacionales.
A estas alturas, ¿alguien puede dudar de los verdaderos objetivos de los "nuestros" en Irak?. Todo es tan elemental que hasta esta película podría resultar obvia y la denuncia innecesaria, por infantil; pues bien, seguirán acusando al director británico de manipulador al servicio de intereses estalinistas y algunos dirán amén mientras comulgan una colosal rueda de molino.
Sinhué
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21 de mayo de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante cinta de este excelentísimo director con una trama escalofriante y escenas filmadas con tremenda crudeza para hacerlas más reales y creíbles.

Una denuncia social que conmueve a los espectadores de principio a fin, hechos que ocurren día a día en la Bagdad ocupada por los imperialistas yanquis y su coalición. Contados en el guión de este film con excelentes actuaciones de un reparto que convence al espectador. Un canto, a lo que es, en realidad, la verdadera amistad entre los hombres.

Una película que recomiendo a todo aquel que ame la paz y que esté en contra de las torturas más bárbaras que todavía se ven en el mundo, en pleno siglo XXI y que van mas allá de las cometidas por los nazis en la segunda guerra mundial.
epsilon144
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