¿Por qué las mujeres siempre queremos más?

Como es habitual en el cine francés, las actrices están estupendas: desde MATHILDE SEIGNER (potente y espontánea), hasta ANNE PARILLAUD (triste y machacada) y JUDITH GODRÈCHE (guapísima y triunfadora)

Sus relaciones con los hombres no les funcionan tan bien como el cariño y la complicidad que tienen entre ellas: sus numerosas escenas juntas en peluquerías, saunas o restaurantes son un portento de naturalidad y un hermoso canto a la amistad por encima del amor (a destacar cuando se ponen a bailar el “I will survive”)

La peli trata de mujeres y la dirige una mujer, siendo de agradecer que los hombres no sean retratados como gilipollas (bueno, alguno hay), sino tan humanos como ellas, aunque con un peso secundario en la trama.

Ácida pero amable, graciosa pero inteligente, chispeante y entretenida, son algunas de las alabanzas que se me ocurren para esta modesta pero recomendable película.

Divertida comedia francesa, de esas que se ven en un suspiro porque entretiene y es ingeniosa de principio a fin. Los personajes, tanto masculinos como femeninos, son estereotipos reconocibles por todos, y seguro que todos hemos vivido alguna vez situaciones como las que aparecen en la película. Además se agradece que muestre a todos lo personajes, hombres y mujeres por igual, con sus aciertos y sus fallos, pero sin ensañarse con ellos. Las tres protagonistas están estupendas, y sin que vaya a pasar a la historia la película se ve con mucho agrado.

Buena comedia (con tintes de drama) en torno a las relaciones personales de tres treintañeras. Hay algunos diálogos impagables y escenas muy divertidas, a pesar de que el film adolece de falta de dinamismo y el destino de la mayoría de los personajes es muy previsible desde el principio. Otro enfoque de las relaciones personales, bien dirigido y muy europeo.

La cosa no podía pintar peor. Reunión de petardas con problemas sentimentales, título terrorífico, sinopsis con tufo feministoide... Genial, la típica película para poner a parir. Una especie de "Bridget Jones" o "Mujeres desesperadas", algo para abominar, aborrecer, echar hasta la primera papilla, desfogarse hasta la médula... el sueño de cualquier crítico demoledor, o sea, yo. Justo lo que buscaba. Pero no.

Confieso que hoy no es el mejor día de mi vida y que ver cine es lo último que me apetecía esta noche. Elegí esta película porque necesitaba olvidar y porque creí que sería tan insulsa y tan patética que mi desolación se volvería rabia y por fin podría despotricar contra el mundo, que es lo que quiero, lo que necesito, lo que me gustaría hacer. Y milagrosamente resulta que a ratos me he reído (diossss mío, parecía imposible), que casi durante un par de horas he conseguido olvidar mis propios males, y que las heridas de sus protagonistas han supuesto un pequeño analgésico temporal para las mías, que son hondas e incurables.

Ayer perdí a mi Mojito y llevo horas y horas de terrible desolación, de búsqueda infructuosa y de desesperanza. Pero no sé por qué, durante un ratito, los problemas de Juliette, Florence y Marie han hecho que mi dolor se diluyera, se volviera algo menos amargo; como si lo estuviera compartiendo con ellas.

Tengo una amiga que me reprocha que mis críticas son bastante irracionales y responden en gran medida a mis estados de ánimo. Lleva razón. Hoy es uno de esos días en los que me hubiera gustado matar, y sin embargo, aquí estoy perdonándole la vida a esta película y dándole mi beneplácito. Y por qué? Pues sólo porque ha conseguido entretenerme un rato y hasta hacerme sonreir.

Esa labor era harto difícil esta noche. Sí, es verdad que estoy sensible, pero también lo es que hubiera podido maldecir y despotricar y hasta gritar si hubiera visto algo parecido a "Sexo en Nueva York", que era lo que esto parecía. Pero no se le parece, para nada. Las historias de estas tías son reales: matrimonios amargos, cuernos, soledad, miedo, tiempos muertos... Sí, es cierto, también hay momentos "bridget", por qué negarlo, pero ni mil bridgets podrían esta noche haber hecho conmigo lo que ha logrado esta sencilla comedia romantique a la francesa. Sólo por eso, gracias, Cécile Telerman.

Mojito, si vuelves me retractaré de toda esta pavada.

Vuelve, por favor.

El cine francés me sigue gustando, qué queréis que os diga. Tenemos aquí una muestra más del buen hacer de los cineastas franceses, en este caso cine hecho por y para mujeres, sencillo, costumbrista, fácil de seguir, con buenas interpretaciones y buenos diálogos. Cécile Telerman se encarga de escribir y dirigir la cinta, interpretada por Mathilde Seigner, hermana de Emmanuele Seigner, la esposa actual del director Polanski, actriz que comparte gran parecido físico con su hermana aunque, afortunadamente, parece estar más dotada que ésta para la interpretación. Aquí, la Seigner está espontánea y divertida. La acompaña la veterana Anne Parillaud, quién para mí se lleva el gato al agua en la película en lo que a buena interpretación se refiere. Parillaud es la ex del cineasta Luc Besson y una actriz con cierto recorrido en el mundo del cine. Su interpretación de mujer engañada es bastante buena. La tercera protagonista del film es la desconocida Judith Godrèche, quizás la más flojita de las tres. Lo que puede que me moleste más de la película es el empeño que tienen muchos de seguir haciendo ver que las mujeres no podemos ser felices sin un hombre a nuestro lado. Incluso el título en francés, "Tout pour plaire", hace referencia a lo que somos capaces de hacer por gustarle a un tipo. Pero en general, la película se deja ver, se hace amena y te puedes llegar a sentir identificada con alguna que otra protagonista.