Haz click aquí para copiar la URL

Crimen de doble filo

Thriller. Cine negro Andrés, un joven pianista que no llega a la altura del talento de su fallecido padre, es testigo de un crimen cometido debajo de su casa, pero calla por miedo a que el hombre que ha visto junto al cadáver tome represalias contra él. Andrés le cuenta lo que ha visto a su esposa Laura, que le reprocha haber ocultado todo a la policía. Poco después, Andrés empieza a recibir llamadas anónimas, siente que le persiguen por la calle y, una ... [+]
1 2 3 4 >>
Críticas 18
Críticas ordenadas por utilidad
16 de octubre de 2015
24 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces uno halla grandes joyas cuando menos lo espera. El crimen del afinador presenta una intriga simple en un panorama estático, llevado a paso lento, creciendo la intriga a cada paso. Entremedias la vida rutinaria, los bares, el coche huevo en la esquina… Unos encuadres perfectos que prestan especial atención al mobiliario, a los trastos, a las sombras.

Miradas en la negrura de los sótanos de amantes ocultos te imbuyen en una trama opresiva. Seguimientos que acechan insisten en ello… Aunque no lo parezca, la trama absorbe, relajadamente sí, pero con un interés cada vez mayor, imbuidos con personajes misteriosos y dirigidos con inteligencia.

El autoritarismo policial, actores ensayando en el teatro que intuimos auténticos, y la gente habla, habla con la policía, en los bares, en el trabajo… pero los silencios dicen más… Hay un ambiente tan acertado que la película respira realidad por los cuatro costados. Los personajes dentro de su estoicismo transmiten extrañas sensaciones. Estamos ante una interesantísima obra de cine de gran clase, con especial atención a la clásica atmósfera agobiante del cine negro más adictivo.
floïd blue
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3 de agosto de 2013
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay mucha gente que piensa que el cine español de mediados del pasado siglo no tiene apenas nada de interés. Lo peor es que algunos incluso prefieren el cine español actual -es lo que tienen los prejuicios y el desconocimiento-, en fin...
Desgraciadamente, yo tampoco conocía este película hasta que me la recomendaron hace unos meses. Me hablaron muy bien de ella y, al ser una muestra de cine policíaco español en blanco y negro, no me lo pensé mucho. No estaban equivocados mis amigos.
"Crimen de doble filo" es un thriller muy estimable realizado por un joven Borau que ya empezaba a dar muestras de su talento. Y es que la cinta está muy bien dirigida, con un buen manejo de la cámara y un ritmo muy certero.
Hay que destacar también la estupenda puesta en escena, y esas magníficas escenas con la lluvia cayendo por las calles del centro de Madrid que sirven para acrecentar la atmósfera oscura y el tono realista que tiene la historia.
Capítulo aparte merecen las interpretaciones, buenas por parte de la pareja protagonista y extraordinarias por lo que respecta a los secundarios (José María Prada lo borda en su papel de sastre).
El único pero que le pongo es el excesivo uso que hace el director de las elipsis en la parte final (no vemos detenciones, confesiones y demás) aunque las secuencias de flashback están muy bien resueltas.
Confieso que adiviné enseguida quien había cometido el asesinato, pero no los motivos ni las relaciones con los otros personajes. Sin embargo, no es nada previsible. El guión es sólido y los diálogos están bien trabajados.
El resultado final nos deja una joya a descubrir por el aficionado a las películas de crimen y misterio.
hackett
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de julio de 2009
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante muestra de cine negro rodada por un José Luis Borau que debutaba en el género, en la que se nos cuenta la investigación policial llevada a cabo por inspectores de la policía madrileña respecto a un asesinato cometido en la persona de un afinador cuando este se encontraba en su tienda, al mismo tiempo que el comportamiento del matrimonio formado por Andrés y Laura (Carlos Estrada y Susana Campos) como consecuencia de haber sido Andrés el que encontró el cadáver cuando bajaba a por tabaco, no haber dicho a la policía que también había visto a un tipo salir del portal que muy bien podría ser el asesino y ante el peso de la culpa contárselo a Laura.
A partir de aquí y con la entrada en escena del tipo que Andrés vio salir del portal, tenemos un interesante thriller que si bien en ciertas fases puede parecer pelín premioso y previsible sorprende con un efectivo giro de guion, durante el cual Borau filma unos planos cuasi expresionistas que juegan con la perspectiva del espectador al mismo tiempo que atrae poderosamente la atención sobre el desarrollo de la trama.
Como curiosidad, podemos ver al comienzo las casetas de la Feria del Libro de 1964 sitas en el Paseo de Calvo Sotelo (hoy Paseo de Recoletos) y debido a la profesión de músico de zarzuela de Andrés, bastantes planos del interior y calles adyacentes del Teatro Eslava de la calle Arenal de Madrid (hoy reconvertido en la discoteca Joy Eslava).
Entre los actores podemos ver a un mozalbete Juan Luis Galiardo luciendo un frondoso tupe en el papel de fotógrafo de la policía (tiene guasa como cuidaban la escena del crimen por aquella época), José María Prada como Sixto, el sastre que vive enfrente y que sabe más de lo que aparenta, Emilio Rodríguez como el vecino Juan Cuetar, Erasmo Pascual como el conserje del teatro Eslava y Antonio Casas como Ruiz, el comisario que lleva la investigación.
tiznao
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10 de agosto de 2017
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si algo prevalece en los códigos del thriller, es la falsedad de las apariencias, que nada es lo que parece, tanto a nivel narrativo como en su variante discursivo, y así vuelve a ocurrir en este film policíaco de profundo aroma clásico, un film de encargo que se atrevió a filmar José Luis Borau.
Un buen ejemplo de cine español digno e interesante, pero filtrado por la personalidad del cineasta maño y armonizado con nuestra idiosincrasia. Aunque Borau formaba parte de la generación del Nuevo Cine Español de los años 60, desde su debut se mantuvo alejado de esos postulados, realizando films de encargo para luego pasar a producirlos el propio cineasta, inscritos en la política de géneros, manteniendo su toque personal de forma transversal en sus obras.

Una de sus más atractivas constantes era los retratos femeninos de fuerte carácter frente a hombres débiles e inseguros, víctimas de su miedo al fracaso o influenciados por seres cercanos que les restaba libertad. Todo ello insuflado por el imaginario estético y a veces ético norteamericano. Aquí podemos apreciar la influencia del cine de Hitchcock, concretamente “Falso culpable”, en cuanto a su puesta en escena, recursos expresivos y desarrollo de la investigación criminal, más no sólo debemos ceñirnos al maestro inglés, Borau borra las fronteras del género fusionando la negrura del policíaco con el melodrama como punto de encuentro con films españoles de prestigio, me refiero a “Los ojos dejan huellas” y “Los peces rojos”, además de la siguiente película de Borau “Hay que matar a B”.

Andrés Salas (Carlos Estrada) es un músico mediocre, sin inspiración, timorato y solitario, sometido al poder social y sentimental que le rodea, incrustado en un ambiente hostil, fracasado como hombre y artista. De sentimientos atormentados por la sombra de su padre, un famoso pianista, dominado por su esposa Laura (Susana Campos), desilusionada por la mediocridad de su marido, cuyo hastío existencial le empuja a buscar alguna aventura. Andrés progresivamente angustiado ante los acontecimientos deberá enfrentarse a sus miedos, ayudado por un peculiar cuerpo de policía, excelente el comisario (Antonio Casas) que se nos presenta como gente apolítica y corriente que sortea la grisura de lo cotidiano.

Todo ello rodado en un Madrid en blanco y negro, grisáceo y lluvioso, oscuro y triste de una gran urbe. Resulta curioso, al menos en mi opinión, que el personaje del músico que debería empatizar con el espectador por su nobleza e ingenuidad, termina siendo solapado por la personalidad de Laura, una esposa calculadora y con la determinación de una mujer libre ante una sociedad tóxica por las convenciones ancestrales del régimen imperante. De esta forma su trama se convierte en la crónica de una burguesía madrileña adocenada y frustrada en su condición vital, dentro de un relato que cumple con las constantes del thriller. Esperando que la televisión pública se acuerde de estas joyas ocultas, me he limitado a dar una opinión, gracias al que esté de acuerdo conmigo.
EL ALBATROS
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
12 de agosto de 2017
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente película de Borau, que probablemente haya ido ganando con el tiempo. Una trama bien llevada y bien resuelta, hasta el punto de que a medida que avanza, algunas actitudes del sospechoso que resultan extrañas e incluso pueriles, quedan perfectamente aclaradas y justificadas.
El levantamiento del cadáver y los primeros interrogatorios llevados a cabo en el escenario del crimen están tan bien rodados y resueltos que uno se pregunta cómo es posible que pueda caber tanta gente en un apartamento tan pequeño y no dar sensación de agobio ni producirse interferencias con esa multitud en movimiento.
La banda sonora y la fotografía, magistrales; las interpretaciones de Susana Campos y de Carlos Estrada, excelentes, si acaso poner un único pero: al tratarse de actores argentinos, sus voces originales han sido dobladas al español peninsular para dar credibilidad al hecho de que se trata de un matrimonio madrileño. Esto hace que no podamos disfrutar de la entonación original y que algunas veces se produzcan pequeñas disfunción entre la voz y el lenguaje gestual. Señalar que Susana Campos luce en todo momento una serena belleza que la hace aparecer fascinante a lo largo de toda la película.
Un dato de modernidad: es la España de los años 60, el franquismo inicia su apertura al exterior, aparece una habitación decorada con un cuadro abstracto, nada extraño; pero ese cuadro es una réplica de El Guernica de Picasso. ¿Un gol a la censura?
Como comentario final, decir que no entiendo el párrafo de la crítica que señala que la puerta de la campanilla unas veces abre hacia adentro y otras hacia afuera. Quien ha escrito eso debía estar bastante despistado, pues se trata de la puerta del apartamento del afinador, aparece en múltiples ocasiones y siempre abre hacia afuera. Quizá le haya llevado a confusión la puerta del sótano, esta sí abre hacia adentro, pero se trata de otra.

NO DEJÉIS DE VERLA. INCLUSO MÁS DE UNA VEZ... MERECE LA PENA
Alexis
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow