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Llanto por la tierra amada

Drama Sudáfrica, 1946. faltan dos años para que se instaure el apartheid, el racismo institucionalizado. Los destinos del sacerdote negro Stephen Kumalo y el terrateniente blanco James Jarvis se cruzan trágicamente cuando ambos deberán hacer frente a una tragedia. Drama sentimental basado en la novela de Alan Paton que cosechó buenas críticas... Nueva adaptación de la novela de Paton, ya llevada al cine en 1951 por Zoltan Korda en un film de mismo título. (FILMAFFINITY) [+]
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
6 de junio de 2008
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
... de estos días que de tanto ir al cine ya no sabes que ver, le preguntas a la taquillera que te recomiende una película y te recomienda esta, no te apetece nada verla pero ya que le has preguntado y para no hacerle el feo, vas.

Y descubres una película que no entiendo como ha pasado sin pena ni gloria ya no solo por las salas de cine, si no que creo que nunca la han dado por televisión.

La película transcurre en Sudáfrica en 1946, cuando aún el apartheid no era un sistema político. Dos padres interpretados estupendamente por Richard Harris y J.E. Jones, cuyas vidas se cruzan por culpa de sus hijos. Richard Harris es rico terrateniente; su hijo, activista que lucha por la igualdad racial en su país, es asesinado por los negros; ironía que endurece sus prejuicios. James E. Jones es un reverendo negro, bueno, piadoso (para mi uno de los fallos, el reverendo es demasiado ingenuo, cree demasiado en la bondad del ser humano, lo que hace que en ocasiones sea poco creible) que vive en el campo. En una visita descubre que su hijo se encuentra implicado en el asesinato del hijo de Harris y es condenado a la horca.

Drama humano con una música que pega en todo momento, y que hace que la peli sea más bella todavía, y con una escena final que enternece.

Aunque no se escribir tan bien como algunos de aquí, recomiendo encarecidamente esta película.
lacobrasobra
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3 de septiembre de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace años quise ver esta película por los dos actores principales y no lo conseguí ya que pasó rápidamente por los cines, pero logré, con los años, su edición en DVD.

¡que magnífica película! toda en ella muestra una exquisitez en la construcción de unos personajes que nos llegan al corazón... como la música de John Barry que se adapta perfectamente a las escenas que acompaña...

La historia, aparentemente un alegato antirracista, se transforma en una reflexión sobre como las personas, aunque educadas con unos determinados valores, cambian o son sacudidos por las situaciones en las que se ven inmersos, así el chico negro educado en la tolerancia racial y en la bondad por un presbítero negro ocasiona una tragedia violenta, mientras que el hijo blanco de un acaudalado terrateniente afrikaneer es un activista blanco en pro de los derechos de todas las razas...

Hay escenas que llegan a lo más hondo del corazón, además de la escena final para mi gusto hay otra de mayor intensidad emotiva, la mejor de la película, que transmite el dolor y el amor de un padre, Richard harris, por un hijo, que aún me humedece los ojos, cuando visita el centro que el hijo regentaba.

Una obra excepcional. Un 10.
Quinto Sertorio
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4 de noviembre de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si, es indefectible, un día llegará en que habremos de reconocer que no estamos separados, que hacemos parte de una energía única y perfectamente interrelacionada, y que estamos convidados a lograr la Unicidad para poder regresar a nuestra verdadera esencia. Hasta los Mayas lo dijeron de una sabia manera: “No existe el tú, pues tú eres yo, y yo soy tú. Respetándote a ti, me respeto yo. Amándote a ti, me amo también yo. Si te hago daño a ti, me hago daño a mi mismo”.

Basado en el best-seller de Alan Paton (publicado en 1948 y con más de 30 millones de copias vendidas a la fecha) siento que, también el director Darrell James Roodt, ha tenido con “LLANTO POR LA TIERRA AMADA” su cumbre artística, sociológica y espiritual, pues ha logrado un filme que nos inunda el alma, que logra la comunión –mediante el entendimiento- del hombre con sus enemigos, y además, nos brinda esa sensación maravillosa de la confraternidad que puede alcanzarse cuando se tiene acceso a la verdad.

El filme reboza en gusto a arte con esa selectiva fotografía que revela porqué los europeos se fascinaron con las tierras africanas; con esa profunda banda sonora de John Barry, que nos acaricia la piel y remueve cada fibra; y con esa soberbia actuación de James Earl Jones como Stephen Kumalo, el hombre de iglesia, cuyo viaje a Johannesburgo se convierte en un ocasional descenso al infierno. Junto a él, Richard Harris representa a James Jarvis, el padre marcado por los años, que todavía no logra entender porqué su hijo blanco y de sangre inglesa, decidió solidarizarse con aquellos hombres de piel oscura que, casi todos los suyos, prefieren mantener apartados (apartheid, un régimen que se avecinaba con una lacerante mancha blanca).

Y ahora, un hombre negro pareciera haber acabado con las esperanzas del señor Jarvis, pero es entonces cuando la tragedia abre a su paso un sendero en apariencia confuso, pero que quizás traiga luz y verdad a por lo menos dos, pero de pronto, a muchos más atormentados corazones. El entendimiento conduce al respeto, el respeto motiva la solidaridad, y la solidaridad ha de traer paz a la existencia humana.

Lo ocurrido en Sudáfrica, en aquel octubre de 1946, fue sin duda una tragedia, pero sirvió para demostrar que el odio puede convertirse en amor… que la separación está a un solo paso de transformarse en unión… que toda pérdida suele convertirse en ganancia… y que, tras una muerte, viene enseguida una nueva vida y una nueva esperanza.

Historias como la de “LLANTO POR LA TIERRA AMADA”, son las que está necesitando la humanidad para aprender a vivir.
Luis Guillermo Cardona
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27 de diciembre de 2009
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 1948 se aprovó en Sudáfrica el llamado apartheid que impedía la convivencia entre negros y blancos, los negros no podían pisar las zonas destinadas a los blancos y viceversa. De esa manera se hace legal una situación que muchos blancos añoraban... ¿Qué es eso de mezclarte con un ser inferior que sólo crea problemas. Este largometraje, basado en la homónima novela de Alan Paton, situa una irónica situación producida entre personas de esas dos etnias.

Un sacerdote negro viaja a Johanesburgo en busca de varios familiares entre los que se encuentra un hijo suyo del que hace mucho que no tiene noticias. Para su desgracia, al encontrarlo también se encuentra con una triste realidad: su hijo es el responsable del asesinato de un activista blanco en favor de los derechos de los negros. Esto causará todo tipo de reacciones contradictorias tanto en él como en el padre del hijo asesinado.

El principal problema que tiene esta película es que, apesar de sus buenas pretensiones, no está bien tratada. Intenta inculcar una importante lección de moralidad acerca de lo absurdo que es esa guerra racial y no consigue mostrar más que una historia como otra cualquiera. Si, aparece de fondo el tema racial pero no es algo que destaque sobre el resto. A parte de eso, se trata de una película de las de ni fú ni fa; ni desentona en nada ni sobresale por nada.
chechu
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