Mil ramos de rosas

Pues si, esa es la verdad, de vez en cuando ¿a quién no le apetece poner un pastelón en sus vidas?. Definamos el concepto de pastel:

- Chica con algún que otro problema que le hace estar muy triste

- Chico que quiere ayudar a esa chica y se enamora de ella

- Posible oposición de uno de los dos (o en algunos casos de la familia) a esa relación generando mucho sufrimiento.

- Amor roto por un lado

- Lucha de amor por otro

- Final feliz

¿Simple? quizá ¿Sencillo? Seguro. Pero de vez en cuando viene bien ver una película mona, dulce, pastelosa y sin trascendencia y "Mil ramos de rosas" es una de ellas. Un empalague de película, que en dosis moderadas, es necesario para una dieta saludable.

A la hora de valorar un drama romántico no se puede escatimar en detalles. Lo digo porque Mil Ramos de Rosas es exactamente igual que muchas, y es por ello que debemos esmerarnos en describir algo que la diferencie. No creo que la historia "chico conoce chica y luego surgen problemas pero se resuelven" deba ser la principal baza, pero es cierto que la forma de contarlo, la cuidada realización y la soberbia banda sonora de Covertino convierten a esta película de escasa complicación en algo diferente. Me gusta Mary Stuart Masterson ya que ella sola se lleva el noventa por ciento del mérito interpretativo. Por todo ello le otorgo un siete, porque es simplemente hermosa. ¿No apetece en ocasiones un final feliz sin complicaciones?

Así comienza esta historia romántica entre dos personas frustradas por su pasado que buscan desesperadamente una oportunidad en el presente. El inicio de la película ya avisa del drama que se nos viene encima,. La sorpresa es ver que la esperanza lo supera con creces. Dos cosas nos animan a seguir, un guión delicado y profundo, digno de alabar, y una música notable que describe perfectamente el ambiente de ilusión y armonía que caracteriza la cinta. En definitiva, una equilibrada dosis de drama del pasado para no empañar el presente; encomiable ritmo. Creo que el mejor papel de Christian Slater, en una faceta de obsesivo inocuo y esperanzado. Y una buena actuación de Mary Stuart en el papel de una mujer que ha perdido cualquier creencia en el amor. Entre medio, vistas aéreas de Nueva York y superposición de diálogos sobre éstas, que nos hacen recordar que la historia es trasladable a cualquier persona en cualquier lugar. “¿Por qué yo? - Supongo que cuando levanté la vísta, tu luz estaba encendida”.

Nos encontramos ante una película que se presenta con un formato romántico, destinado básicamente a todo ese tipo de personas que les gusta este tipo de historias que suben el azúcar.
El problema es que es solo el formato. Uno ve el título y piensa: "madre mía, película pastelosa y por supuesto nada transcendental". Se acierta en lo segundo, pero en lo primero he de decir que no es pastelosa. Es más, es muy sosa. Es agría y amarga.
Confieso que no me ha gustado porque básicamente me aburrió, y me parece que es una película que sirvió en su día para aprovechar el tirón que tenía Christian Slater. Un actor por cierto que tampoco lo veo que sea un gran intérprete. Simplemente hace su trabajo bastante normalito (salvo alguna que otra excepción).
Bueno, volviendo al tema. Es una historia que no fomenta nada, ni pasión ni romanticismo. El guión es bastante plano y soso, y la verdad es que uno pierde el interés en apenas 15 minutos. Uno cree que va a ver algo romántico; tal vez excesivamente edulcorado bajo pétalos de rosas; y se encuentra únicamente con el tallo y con muchas espinas.
En fin, película que no merece la pena perder el tiempo viéndola ya que no hay nada que valga la pena. Perdón, sí hay una cosa. La impresionante terraza que tiene su protagonista con vistas a la increíble ciudad de Nueva York, y a sus desaparecidas Torres Gemelas. Esto es lo único interesante. Por lo demás, no merece la pena ni olerla.