El caso sk1

Solo pasable película francesa que cuenta el caso real de un asesino en serie que viola y mata a muchas jóvenes durante varios años en Francia y la obsesión de un policía y su equipo por esclarecer el caso. Seremos testigos de las numerosas pistas falsas y conoceremos a todos los sospechosos que fueron pasando a lo largo de todo el tiempo que llevo a la captura del criminal. Pero el error que tiene es que es demasiado cansina y en algunos tramos lentisima lo que hace un poco pesada esta película. Los actores están correctos, una lastima porque podría haber sido mejor.

"El caso sk1" es una interesante película sobre la investigación policial real que se alargó durante décadas en busca de un asesino en serie que operaba en París y violaba y mataba a mujeres jóvenes. Rápidamente te vienen a la mente grandes del género como Ciudadano X o Zodiac, pero El caso SK1 no llega a esos niveles de calidad aunque no deja de ser interesante, como casi siempre lo son este tipo de películas. Pero no consiguen transmitir la tensión emocional como en las dos películas citadas. Se basa prácticamente en el paralelismo del asesino con el de un policía que entra en la brigada que investiga asesinatos. Ambos realizan su carrera a la vez, y el policía está frustrado ante la incomprensión de sus superiores de otros equipos que solo buscan las estadísticas. Pero no consigue que sintamos la obsesión que, por ejemplo, si se transmitía en Zodiac, ni la frustración ante los superiores que se sentía en Ciudadano X. Se queda un poco a medio camino, aunque la peli está bastante bien. Quizás algunos altibajos en el ritmo la lastran y un final donde, en vez de acelerarse, la trama se ralentiza, además de que usa un sucio truco que puede molestar al espectador al poder hacer que se sienta estafado. Pero quitando esas pegas la investigación policial está bien planteada, como no hay que dejar pista por investigar porque puede llevar a algún lado aunque no suele ser así. La ambientación está muy lograda, creo que va desde los 70 a los 90, casi 20 años de investigación. Los que nos gusta el género la disfrutaremos sin encontrarnos ninguna maravilla, pero disfrutaremos del trabajo policial pormenorizado.

Así denominaron el caso de este asesino en serie. Y es que durante varios años tuvo a varios comandos de élite de la policía parisina en jaque.

Nos encontramos ante un policíaco a la europea, con mucho transfondo de investigación pero poca acción. La cinta se ve con agrado, mostrándose un interés increscendo a medida que la trama va tomando forma. Su fórmula es acertada, pero tal vez se ha echado de menos algún complemento adictivo propio de este género de asesinatos en serie.

No ha llegado muy lejos como formato comercial, pero su contenido no desmerece.

Los franceses tienen también sus monstruos. Sí en efecto, la tierra de la Torre Eiffel, de los croissants y del café au lait también ha tenido a su asesino en serie, a su cabrón particular. Y, cómo no, también tiene su propia película, que un asesino que se precie sin película no es nadie. La ha tenido Jack el Destripador por los británicos, Chikatilo por parte de la URSS, Zodiac por los americanos... y ahora nos llega la historia de Guy Georges, otro hijo de mala madre que asesinó a casi una decena de mujeres de forma brutal tras abusar de ellas.
A mí me inquieta (a la vez que me asombra) la seducción que los psicópatas y los asesinos en serie tienen para la sociedad actual. Me cuesta trabajo entender esa especie de fascinación que se les profesa, pero eso es harina de otro costal. Como película, esta me recordó a la que se rodó hace ya unos años sobre el cabronazo de Chikatilo (bastante barato lo pagó) con Stephen Rea y Donald Sutherland en el reparto ("Citizen X", se llamaba), por la sobriedad, el alejarse de lo detectivesco (en el peor sentido de la palabra), el poner el foco en las dificultades burocráticas del trabajo policial..., pero esta es peor. Aquella reflejaba la obsesión, la frustración por la falta de pruebas y por los problemas burocráticos y el dolor del detective al no poder dar con el asesino muchísimo mejor. Aquí se cae en lo rutinario, cayendo en lo repetitivo. El uso de los flashbacks tampoco es que ayude a mantener el ritmo, precisamente. Aun así, se agradece el esfuerzo por no caer en los estereotipos de este tipo de cine.
Quizá lo que más me gustó (porque pasó de verdad) es el papel que tuvieron sus abogados. No se limitaron a cumplir con su obligación laboral, pero sí son su obligación moral: no contribuir a que un monstruo no fuera considerado culpable. Tuvieron escrúpulos. Chapeau por ellos.
Película interesante, nada más, sobre otro ser abyecto y ruin. No será la última.

Tejiendo como una araña, toda la maraña de los datos, de tal forma que el buen uso, medido y controlado, de los giros argumentales, tempos reales y datos expuestos, dan como resultado un guión exquisito, clásico y temperamental. Tiene fuerza, los personajes se revelan y nos guían, sin caer en la tentación de la sobrehumanización, de la empatía por la empatía, del dolor fácil. Un reparto actoral más que destacable, una personalización del dolor impecable, una visualización de la incapacidad y de la rabia imponente. Mezcla de virtuoso encaminamiento, sinuoso y absorbente, que fija la atención en el resultado de tal forma que mantiene la duda aún sabiendo su veracidad. Credibilidad en su base: diálogos y trama, y acompañado de interpretaciones sobradamente veristas.