Haz click aquí para copiar la URL
España España · Gijón
Voto de Loberto:
10
Aventuras. Drama. Bélico El Cairo, 1917. Durante la Gran Guerra (1914-1918), T.E. Lawrence (Peter O'Toole), un conflictivo y enigmático oficial británico, es enviado al desierto para participar en una campaña de apoyo a los árabes contra Turquía. Él y su amigo Sherif Alí (Omar Sharif) pondrán en esta misión toda su alma. Los nativos adoran a Lawrence porque ha demostrado sobradamente ser un amante del desierto y del pueblo árabe. En cambio, sus superiores ... [+]
8 de noviembre de 2006
194 de 220 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es prácticamente imposible describir las sensaciones que causa ver "Lawrence de Arabia". Es uno de esos raros filmes que si te atrapa, te hipnotiza, y te lleva por donde quiere sin que puedas resistirte a ello.

No es fácil enfrentarse por primera vez a esta magna obra de David Lean: sólo contemplar la duración, cercana a las cuatro horas, acongoja al más predispuesto. Pero una vez dentro de ella, no se puede salir. Desde la secuencia inicial, con la muerte del protagonista (podríamos decir que la película entera es un gigantesco flashback), hasta el final, todo destila épica, grandiosidad, y a la vez, intimismo. No sólo es un lienzo de unos hechos históricos, sino que es el viaje del alma de T. E. Lawrence.

Las actuaciones están a un nivel pocas veces visto, porque no es fácil que una película con un reparto tan coral y heterogéneo acabe resultando en un todo sin fisuras, y cada personaje es capaz de dominar el plano, sea cual sea su cuota de aparición en pantalla. Como ejemplo, baste contemplar el trabajo de José Ferrer como el Bey turco. Y es que, lo único que diferencia en "Lawrence de Arabia" a los protagonistas de los secundarios es el número de minutos que aparecen. Sería temerario considerar "actor secundario" a un Alec Guiness que transmite un señorío y una majestuosidad sólo con salir en plano; a un Anthony Quinn que destila garra y fuerza, además de ser responsable de la mayoría de momentos divertidos de la película a base de encarnizados e ingeniosos enfrentamientos dialécticos; a un Omar Sharif descomunal, con una mirada tan intensa que podría derretir la arena del desierto... o a un Peter O'Toole que se funde con su personaje de forma que es imposible saber hasta dónde llega la interpretación y comienza la transformación.

A pesar de esto, el auténtico protagonista de la función es el desierto: dudo que se pueda transmitir su inmensidad, su grandiosidad y su dureza de forma más nítida que en "Lawrence de Arabia". Su presentación no puede ser más impactante, con el corte brusco que nos transporta desde la cerilla de Lawrence al abrasador sol y las infinitas dunas de Arabia. El desierto está omnipresente en cada plano: de día, de noche, en los momentos de gloria y en los de decaimiento, en la exaltación de Lawrence y en sus humillaciones. Además, le permite a Lean deleitarnos con secuencias tan gloriosas como la aparición de Omar Sharif confundiéndose en la lejanía con un espejismo, o la carga sobre Aqaba.

Si hubiese que encontrar algún fallo, sería lo difuso que resulta el personaje de T. E. Lawrence: poco sabemos de sus motivaciones, y de por qué se comporta de la manera en que lo hace. Pero "Lawrence de Arabia" es pretendidamente imprecisa sobre un personaje que desata pasiones tan encontradas. Lean no pretendía hacer un biopic sobre Lawrence, ni un mero retrato histórico, sino hacernos sentir que estamos de viaje por el desierto. Un viaje sin retorno al corazón del cine puro.
Loberto
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow