Haz click aquí para copiar la URL
Voto de RAMON ROCEL:
8
Comedia. Romance Un pobre vagabundo (Charles Chaplin) pasa mil y un avatares para conseguir dinero y ayudar a una florista ciega (Virginia Cherrill) de la que se ha enamorado. (FILMAFFINITY)
13 de enero de 2010
25 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Charles Chaplin fue un trotamundos. Mientras su película “Luces de la ciudad” era aclamada por todos. El actor viajaba a Inglaterra y Japón.
En su personaje de Charlot vemos esa búsqueda desesperada de encontrarse a si mismo. Parodiando su propia miseria, que nunca dejo en los sucios barrios londinenses donde creció.
Chaplin ciertamente fue un genio. Pero detrás de esa genialidad se escondía esa miseria del alma que lo seguía a todas partes. Ni las fugas geográficas que hacia, le permitían liberarse de esos fantasmas atormentadores que le perseguían a lo largo de su vida. Hombres genio como Einstein, tal vez en alguna de sus platicas llegaron a entender el espíritu atormentado del actor.
Si Freud lo psicoanalizara, diría: “Chaplin se busca a si mismo en cada una de las secuencias de Charlot, la respuesta esta en su niñez con una madre desquiciada y un padre alcohólico”.
Chaplin fue un neurótico de la más pura cepa, y acciones como la repetición de la escena con la violetera de “Luces de la ciudad” una y otra vez, lo prueban. Charles sufría de los trastornos TOC de personalidad, que ya explique en una crítica anterior (El aviador) y que genios como Howard Huges sufrían a menudo. La diferencia que la sociedad marca entre locura y genialidad se mide en base al éxito. Otros locos me vienen a la mente como Tin Tan y Cantinflas quienes al igual que Chaplin en cuanto se paraban frente a la cámara se transformaban en verdaderos maestros en el arte de transmitir emociones a las masas que los vitoreaban.
Yo si entiendo el éxito de “Luces de la ciudad” y el motivo por el cual esta renqueada entre las mas gustadas de todos los tiempos. Y es que en la escena del intento de suicidio por ejemplo, nos vemos reflejados; pero Chaplin lo maneja de una manera chusca sin dejarnos llegar al humor negro. Así en cada una de las escenas de la película, el vagabundo Charlot nos recuerda parte de la locura que cada ser humano lleva muy oculta en algún lugar recóndito del ser. Y aunque el publico de todo el planeta. Hizo del mimo del bombín un ídolo, quienes le conocieron muy de cerca, afirmarían que Charles Chaplin era el hombre más solitario del mundo.
RAMON ROCEL
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow