Dentro de la irregular filmografía de Ayala, creo que el período que abarca desde El Jefe hasta Paula Cautiva, representa su cine más personal, con historias que mostraba lo que él quería contar, cine con reminiscencias políticas y sociales.
Aquí se cuenta el antagonismo entre algunos personajes que creen en la política como una herramienta para cambiar la realidad y otros que lo usan como un medio para sacar provecho.
Mezcla bien los elementos del drama familiar con las triquiñuelas políticas, al enfrentar a un padre idealista y a un hijo oportunista que se vale de este, para medrar.
Si no fuera por sus diálogos sentenciosos y el maniqueísmo de los personajes, sería una verdadera obra maestra, porque realmente tiene elementos destacados, el retrato que hace del intercambio de votos a cambio de dádivas, los "favores" que reciben los políticos esperando siempre algo cambio, el uso de punteros, etc, está muy logrado. Las interpretaciones también son más que correctas.