He leído con detenimiento a aquellos que descalifican a esta película y veo que centran sus argumentos en la inexactitud histórica de la cinta o bien en lo poco creíble que resulta la historia. Con relación a lo inverosímil del argumento es cierto que hay alguna dosis de exageración pero incluso en películas cuyo argumento tiene un contexto similar a la cinta de Benigni como La lista de Schindler, se dan situaciones que escapan a la lógica y que sin embargo fueron hechos reales. Y en lo que respecta a la inexactitud histórica creo que hay que tener un mínimo de inteligencia para entender que el valor del film no está en que los uniformes de los nazis sean del mismo color que en 1944 ni que en el campo de concentración haya niños o no. El mensaje y la grandeza de esta extraordinaria película es el canto a la vida reflejado en lo que un padre es capaz de hacer para darle felicidad a su hijo aún en circunstancias tan horribles como la vida un campo de concentración. La película pudo hacerse con un contexto diferente como una ciudad tomada por los mongoles en la Edad Media o en medio de la caza de esclavos en África. La exactitud histórica es tan accesoria que no merece mayor mención. Pero la enorme muestra de amor de un hombre por su familia y en especial por su hijo trasciende sobre cualquier imperfección del film. Es cierto que la cinta ha hecho llorar a muchos pero el mérito está en que no hay escenas de violencia ni lagrimones fáciles. Todo se insinúa con maravillosa fluidez y por ello esta cinta es, sin duda, de lo mejor que ha dado el cine.