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Costa Rica Costa Rica · Guápiles
Críticas de 10P24H
Críticas 1.838
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
9
22 de abril de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
1964. Charlotte Hollis (Bette Davis) vive recluida en la enorme mansión que era de su padre, ha vivido ahí durante toda su vida y se mantiene en este lugar debido a un terrible acontecimiento sufrido treinta y siete años atrás, cuando siendo una joven intentó escapar con su amante John Mayhew (Bruce Dern), hecho que se convertiría en un completo desastre.

Charlotte queda trastocada ante esa fatídica noche, es señalada y su comportamiento errante es de una persona desequilibrada que ha perdido la razón, su cotidianeidad se ve fragmentada cuando aparece su prima Miriam Deering (Olivia de Havilland) y su amigo Drew (Joseph Cotten), que intentarán ayudarla con unos problemas con los terrenos de la casa y la construcción de una autopista en dicho lugar.

La película está basada en What Ever Happened to Cousin Charlotte?, una historia no publicada de Henry Farrell, adaptada por él junto a Lukas Heller como escritores del guion. Es una clara y enorme muestra de cine clásico, como esas películas que ya no se hacen, con un director de un corte igual de clásico y un elenco en estado de gracia, con esos caracteres tan propios del cine de esa época.

Pero sobre todo, lo relevante del filme es que a pesar de haberse estrenado hace medio siglo, es una obra tan vigente como nunca, con una trama que sorprende en momentos, que maneja muy bien sus recursos narrativos, porque mientras se va desarrollando en el presente se van arrojando luces del pasado y de lo acontecido en la fatídica noche.

Además, Aldrich con una dirección excelsa, encamina de buena forma todos aquellos elementos que buscan mostrar la locura de la protagonista, esto y la marcada fotografía en blanco y negro de Joseph F. Biroc, hace que la película tenga un aire terrorífico e insano, además del trabajo de maquillaje y actuación de Bette Davis o el personaje de Velma (Agnes Moorehead).
10P24H
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7
20 de abril de 2024
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1935. Madeleine Verdier (Nadia Tereszkiewicz) es una joven actriz de poco éxito que es acusada de asesinar a Montferrand (Jean-Christophe Bouvet), un afamado productor, ella es llevada a juicio siendo defendida por Pauline Mauléon (Rebecca Marder), su amiga y compañera de cuarto, a pesar de tenerlo todo en contra, la resolución del litigio va a impulsar la vida y carrera de ambas.

La película es una adaptación de la obra teatral homónima (1934) de Georges Bern y Louis Verneuil, que ya fue puesta en escena en un par de filmes estadounidenses menores: True Confesión (1937) de Wesley Ruggles y Cross My Heart (1946) de John Berry. En la presente adaptación, Ozon comparte el guion con Philippe Piazzo en su tercera colaboración, ofreciendo un aire diferente a la obra.

Y es que el realizador parisino hace todo un homenaje al cine clásico, la película es presentada con esos alicientes, hasta se puede pensar con ciertos acercamientos al cine gansteril (muy tenues, pero vean el póster), o al crimen por el claro motivo que mueve los engranajes de la película, así mismo, se le da espacio a referencias al cine mudo con la llegada del personaje de Odette (Isabelle Huppert) y por supuesto, la figura de la femme fatale que es constante.

El filme se desarrolla en tono comedia de forma ágil y liviana, donde también se presenta una clara crítica al sistema y el papel de la mujer en la sociedad del momento, obra con alto grado de sororidad por donde se le mire, tampoco sin mostrarse como un panfleto o que esto abrume en el desarrollo del largometraje, aunque es importante dentro de las ideas que propone. Entretenida y con giros bastante oportunos que llegan a salvarla del encasillamiento.
10P24H
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10
18 de abril de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Condensada en hora y media de duración, Ingmar Bergman ofrece un durísimo relato centrado en tres hermanas y su criada, Agnes (Harriet Andersson) padece de una enfermedad terminal que la tiene al borde de la muerte, pasa sus días en la mansión familiar al lado de Anna (Kari Sylwan), la abnegada sirvienta que la cuida día y noche.

Por su parte, Maria (Liv Ullmann) y Karin (Ingrid Thulin), las hermanas de la enferma, se mantienen en la casa debido al inevitable destino que le depara a su hermana, esta comunión de las mujeres resulta todo menos pasiva, primero por la compleja situación vivencia, sino también por viejas rencillas que han estado atrapadas en el pecho y mente de las protagonistas.

De esta forma, Bergman, fiel a su costumbre como cineasta de autor es escritor del guion, no pierde tiempo en plantear los conflictos entre las hermanas, con un personaje en medio que es todo menos invisible y que parece se ola más sensata de las cuatro, el realizador hurga mediante flashback en ciertas escenas del pasado de las hermanas que las marcó y que marcan al espectador.

¿Personajes masculinos? Hay cuatro, los maridos de Maria y Karin, el pastor luterano, así como el doctor de la familia, todos son también detonantes de las emociones que el trío de hermanas expresan a lo largo del metraje, aunque poco tiempo en pantalla, como nada sobra en este filme, sus intervenciones puntuales son relevantes para conocer el actuar de las protagonistas.

Aunque no es el primer largometraje de Ingmar Bergman a color, acá realiza junto con Sven Nykvist -su acostumbrado director de fotografía-, un enorme trabajo con este formato, a pesar de lo reacios que se encontraron en su momento al color, acá inundan la pantalla con los tonos rojos, fiel muestra de pasión, deseo y amor, pero también de ira y venganza.

Contrastan estos tonos con los blancos impávidos que presentan la mayor parte del tiempo la vestimenta de las actrices, frente a los tonos oscuros e impávidos de los hombres. Todo en un escenario enorme, mansión, cuarto, jardines que en ocasiones se cierran a primeros planos de las expresivas actrices que hacen un enorme trabajo.

Obra maestra.
10P24H
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4
17 de abril de 2024
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Largometraje semibiográfico del realizador mexicano Alejandro González Iñárritu, semi porque si bien presenta algunas nociones de su vida personal, este construye su historia a partir de un momento en particular de la vida de su protagonista, luego de su tour mundial que lo llevó a filmar alrededor del mundo, Iñárritu regresa para realizar la película en su país natal.

En Bardo, el bardo es Silverio Gama (Daniel Giménez), un periodista y documentalista mexicano que luego de varios años viviendo en Estados Unidos, donde ha cosechado éxito, retorna por un tiempo con su familia a su país de origen, esto es aprovechado para intentar encontrar y reencontrar su identidad en medio del caos citadino y contextual mexicano.

Como parte de la propuesta, es inevitable tanto para Silverio como para Iñárritu, escritor del guion junto con Nicolás Giacobone, contrastar la interminable relación-dependencia entre México y los Estados Unidos, dejando algunos divertidos gag que son de lo mejor de la propuesta, pero que en conjunto dentro de toda la trama no se acuerdan de buena forma.

En síntesis, Bardo ofrece una retrospectiva del pasado y el presente de su protagonista, de ahí que se le ve en todo momento en pantalla, compartiendo con su familia, con allegados profesionales y amistades, pero sobre todo, en la parte en solitario donde hay un anhelo por presentar sueños y por momentos surrealismo, pero que además de la belleza e impacto visual no aportan mucho.

Sin duda la película más personal del realizador, complicada de ver no por su intento de ser profunda, sino porque en términos generales la película es excesivamente larga y la historia no da para tanto, lo más rescatable sin duda es el excelso trabajo de fotografía del iraní Darius Khondji.
10P24H
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6
15 de abril de 2024
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Nozomi (Bae Doona) es el nombre que el solitario Hideo (Itsuji Itao) le da a su muñeca sexual inflable, un día la muñeca comienza a adquirir conciencia y a “humanizarse”, esta comienza a interactuar con su entorno y aprender sobre las personas que están a su alrededor, comenzando a trabajar en un videoclub donde se enamorará de Junichi (Arata Iura).

De esta forma, el largometraje se va desarrollando dentro del aprendizaje que va adquiriendo la protagonista cada día que pasa, con los múltiples personajes que va encontrando en su camino, mientras contrasta su papel y el motivo por el que fue creada, frente a la particularidad de Nozomi de tener vida.

El filme está basado en el manga homónimo de Yoshiie Goda, llevado al cine por Hirokazu Koreeda que a su vez es escritor del guion, una obra manejada como un cuento de hadas, con cierto encanto y lirismo mágico, que aporta reflexiones frente a la soledad humana, el amor y lo incomprensible.

Más allá de su atractivo giro argumental final, lo cierto es que el filme se percibe largo frente a las reflexiones que va manejando, con un ritmo apacible y si bien, una historia central bien manejada, hay otras que se perciben más excesivas en la necesidad de acercar a Nozomi a los personajes que va encontrando.
10P24H
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