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España España · madrid
Críticas de roqsk8er
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Críticas 22
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
1
1 de abril de 2017
23 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Además de ser la típica película de buenrollismo absurdo y vacío, resulta irritante por querer presentar como padrazo a un tío que sencillamente está aprendiendo a desempeñar las tareas más comunes de la paternidad. ¿Y hay que hacer una película sobre cómo un tío aprende a ser padre y por ello se convierte en una especie de héroe? ¿Cuántas películas hay ya con esta misma temática y cuántas son protagonizadas por una mujer de las mismas características (irresponsable, vividora, desastrosa, torpe, fanfarrona, juerguista, etc.)? Será porque la concepción general es que las mujeres ya vienen con el chip de la maternidad instalado de fábrica y por eso no hace falta que ellas aprendan nada, ya lo saben hacer todo de manera automática... E imaginaos el concepto que tendremos de los tíos en general, que se les aplaude cuando se comportan como seres humanos normales:

- Le da un par de vueltas a la cría con el carrito: ¡¡Uoooo, padrazo!! ¡Héroe sin capa! ¡Dadle una medalla!
- Hace algunas coñas: ¡Uoooo, qué envidia! ¡Ojalá un novio tan simpático como él!
- Trata bien a su hija: ¡Qué alegría de padre! ¡Qué atento y apañao! ¡Ojalá yo encuentre uno así!
- Es padre soltero: ¡Miradlo, es un luchador! ¡Padrazo! ¡Mirad cómo sale adelante, él solo! ¡Héroe!

Por otra parte, endiosar así a este tipo de padres tan estereoripados no nos beneficia nada a nosotras. Si con dos tonterías que hagan los ponemos en un pedestal, pueden pensar que ya hacen bastante y no se molestan en hacer más.
Nos exigimos mucho a nosotras y les exigimos muy poco a ellos. Y sí, ya sé que sólo es una película, pero dice mucho del mundo en que vivimos y de los códigos que seguimos o que se esperan de unos y de otras.
roqsk8er
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1
28 de octubre de 2014
29 de 68 usuarios han encontrado esta crítica útil
No daba crédito de lo que veía conforme avanzaba la película. Además de parecerme una chorrada absoluta de principio a fin, sin ninguna coherencia ni sentido, con fallos constantes de guion, personajes sin motivaciones ni psicología bien definida y nulo propósito final, lo peor y más espeluznante de todo es su alarmante misoginia. No quiero ponerme intensa pero jamás he visto semejante frivolización y minimización de los malos tratos y las violaciones: los hombres son presentados como víctimas desconcertadas de mujeres histéricas y manipuladoras de las que sospechar siempre como verdaderas culpables en un caso de agresión machista, lo cual es muy preocupante en estos tiempos. ¿Soy la única a la que le ha dado esta impresión? David Fincher, te has cubierto de gloria.

Y en cuanto a la crítica, cada vez entiendo menos las altas puntuaciones que inmerecidamente reciben películas tan malas como esto. O pierdo definitivamente mi fe en la crítica o pienso, quizá más acertadamente, que la gente cada vez tiene menos criterio e inteligencia o es más impresionable, o directamente idiota.
roqsk8er
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2
13 de septiembre de 2014
82 de 129 usuarios han encontrado esta crítica útil
No tengo en la mente otra palabra después de ver esta película que DECEPCIÓN. Me siento estafada después de tantas críticas ensalzadoras y a todas luces exageradas y sobrevaloradísimas.
No le encuentro sentido ni como experimento cinematográfico (que fue lo que en un primer momento despertó mi curiosidad) ni como "bildungsroman" o camino vital porque la trayectoria que presenciamos durante casi tres soporíferas horas no llega a ninguna parte ni tiene ninguna finalidad. Seguimos al protagonista desde la Primaria hasta la Universidad, muy bien, pero ni le sucede nada trascendental en su vida ni nada de lo que dice o hace tiene interés ninguno ni el director, las interpretaciones o la fotografía lo hacen interesante al espectador. Él es un sosainas inexpresivo que no transmite nada y su hermana una cabeza hueca. Ninguno de los dos vocaliza y a los dos dan ganas de espabilarles de un guantazo.
Lo que tan ampulosamente están denominando "obra de arte" y película revelación del año pretende ser una lección sobre el vertiginoso transcurso del tiempo pero hasta la metáfora fotográfica o el alusivo "carpe diem" del diálogo final están hechos de sal gorda. "What's the point of all this?", le pregunta el pasivo adolescente a su padre en un momento de la historia. ¿Cuál es la finalidad de este muermo? Ninguna en absoluto.
roqsk8er
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10
23 de junio de 2014
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rodada con un buen gusto exquisito y una elegancia que roza el lirismo pese a lo escabroso (en principio) del tema (acompañamos a un exadicto a las drogas durante un día de permiso de su centro de rehabilitación), esta película es una oda al vacío existencial, a lo absurdo de todas las acciones que conforman nuestras vidas, sean las de un adicto a las drogas o la de un padre ejemplar que imparte conferencias de literatura. Magistral esa secuencia de Anders, el protagonista, sentado solo en una cafetería escuchando las conversaciones ajenas e imaginando las pequeñas vidas que le rodean, y sobre todo esos planos finales en los que todo sigue con o sin nosotros.

Me dejó aturdida y fascinada, me llegó y me recordó esa cita de "La señora Dalloway" de Virginia Woolf: "La vida de una mujer en un solo día, y en un único día toda su vida".

Sencilla y eficaz, impecable e implacable en su exposición y desarrollo, deja un poso de tristeza en el recuerdo.
roqsk8er
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1
3 de junio de 2014
138 de 201 usuarios han encontrado esta crítica útil
Espero que mi punto de vista (que es el de muchas lesbianas también) ayude a entender por qué tanta indignación con esta película. Este enfado no es una mera pataleta ni mucho menos el producto de una militancia fanática ni un capricho “porque sí”, como muchos creen, sino la lógica reacción ante alguien que miente descaradamente. Si alguien quiere hacer porno, que lo haga, pero que no lo justifique haciéndose pasar por defensor de una causa y sobre todo que se atreva a llamarlo por su nombre y a no disfrazarlo de otra cosa. Si algo me molesta especialmente en esta vida es que traten de colármela, y si he adoptado esta postura tan beligerante con esta película es precisamente por lo descarado y ofensivo que me resulta su intención comercial.

El tipo que se excita viendo sexo entre dos mujeres es tan viejo como el mundo, está claro que a los hombres heterosexuales el tema lésbico les atrae muchísimo, y "La vida de Adèle" no hace sino alimentar la fantasía de la que se nutren las películas porno de toda la vida. No entiendo con qué derecho este director se ha atrevido a utilizar a las lesbianas a través de una película que no es más que una apropiación tópica, machista y morbosa de su sexualidad y que muestra una ignorancia absoluta sobre la realidad homosexual. Es un hipócrita, porque nos quiere vender unas escenas supuestamente filmadas con realismo, belleza y sensibilidad cuando lo que de verdad denota su mirada es puro regodeo.

En su cómic, cuya lectura recomiendo para que cualquiera compruebe la diferencia por sí mismo, Julie Maroh quiere dar visibilidad a las dificultades con las que se encuentra un adolescente durante su proceso de aceptación sexual, además de presentar una historia de amor excelente. Y claro que hay sexo, nadie niega la necesidad de que lo haya, pero está tratado de una manera completamente diferente: estéticamente, con buen gusto, respeto y sensibilidad. En la película es todo lo contrario: la mirada masculina y casi onanista se delata por sí sola a través de unas escenas facilonas y burdas. El problema no es con el sexo explícito siempre que esté justificado y bien presentado. El problema es cuando se ha decidido mostrarlo ASÍ, a través de una larguísima escena con el único propósito de crear morbo gratuito y polémica.

El sexo puede ser explícito y necesario en el cine, pero cuando se muestra de manera tan evidentemente morbosa, degenerada (con respecto al cómic) y vulgarizada como aquí pues sí, sobra, porque ver unas tijeras de 10 minutos no creo que aporte nada al resto del argumento salvo mera excitación o morbo… eso es lo indignante, que en estas escenas el director está lejos de ser ingenuo o esteta al haberlas rodado, sino morboso.

¿En una gran historia de amor como “Casablanca” habría “necesidad” de mostrar una escena de 10 minutos con Ingrid Bergman a cuatro patas y Humphrey Bogart encima para “entender” su pasión? No, ¿verdad? ¿A que no estaría justificado y nos indignaríamos si nos obligaran a creer lo contrario? ¿Entonces por qué en esta película es así? No es necesario presenciar ocho orgasmos para intuir la pasión o el deseo, a menos que se tome al espectador por idiota y se considere que sí es necesario mostrárselo para que lo entienda.

El verdadero talento de un director está en su capacidad para mostrar algo sin tener que echar mano de los recursos más fáciles, sino sugiriéndolos. La película habría ganado así en fuerza, universalidad y sobre todo mensaje, sin quedarse en una superficialidad tan concesiva. Pero claro, sin estas escenas tan provocadoras no habría causado tanto entusiasmo en la crítica. No puedo evitar pensar por ello que la de Kechiche es una visión muy cosificadora, aprovechada y morbosa sobre las lesbianas y que podría haber hecho una obra verdaderamente maravillosa pero se quedó en lo fácil.

Todos sabemos muy bien cuál ha sido el reclamo principal de esta película: la temática lésbica y las escenas de sexo, sin las cuales de esta película ni se habla. El sexo lésbico vende, y eso el director lo sabía y por eso lo ha explotado. Si sustituimos a una de las chicas por un chico, la película habría pasado completamente desapercibida. Precisamente se ha hablado tanto de ella por ser dos mujeres, probad a cambiar a una de ellas por un chico a ver con qué os quedáis… pues con una historia nada extraordinaria ni profunda.

Otra prueba más: las fotos promocionales, con ellas dos en sugerentes posturas pseudoeróticas, tumbadas en una cama, medio desnudas… ¿eso tampoco está al servicio de fines comerciales y del morbo? ¿Qué sentido hay si no de promocionar la película con esas fotos?

En resumen: he aquí un ejemplo perfecto de cómo reducir un fantástico material original a un zafio espectáculo zafio y querer venderlo hipócritamente como arte. Con la grandísima historia que tenía entre las manos, un temazo a desarrollar y unas actrices entregadas y convincentes para darle vida, Kechiche malgastó metraje en tijeras y cunnilingus para regocijo de pajilleros y críticos heterosexuales.

Nos ha costado mucho que a las lesbianas se nos respete (y aún nos sigue costando) para que nos tengamos que ver expuestas de este modo y se nos visibilice sólo para fomentar el mito erótico masculino. Además resulta muy frustrante, porque sentimos como si al exponer nuestro disgusto nos increparan: "¡Encima que os visibilizamos y de una manera artística además, os quejáis cuando deberíais aplaudir, histéricas!". Como cuando las mujeres se ven "obligadas" a agradecer ese piropo que reciben por la calle sin haberlo pedido. El día que veamos penes en pantalla con la misma frecuencia con que vemos tetas podremos hablar de igualdad... y hasta que no vea una película de este mismo director que se recree durante 15 minutos en dos hombres practicando un “justificadísimo” y “bellísimo” sexo anal seguiré pensando que Kechiche es un vulgar onanista y sólo ha buscado plasmar su propia fantasía y la de muchos hombres.
roqsk8er
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