La única crítica anteriormente escrita a este documental subraya como "par de testimonios (...) de personas medias absurdas y poco creíbles" a las intervenciones, y desacredita el film por ser "una realidad que ya conocemos" (sic).

Realmente el documental sí es predecible. La realidad, si se conoce, como parece el caso de Jinx_888, puede resultar aborrecedora si lo que esperas al documentarla es una transfiguración de la misma. Pero lo grandioso de un documental es contar aquello que "ya sabemos" de tal forma que percibas la realidad como una afrenta. Si documentar aquello que "ya sabemos" sobre la realidad sociopolítica del Chile actual es innecesario, no entrevistaríamos chilenos y chilenas sobre sus posturas políticas, si no que haríamos un filme de ciencia ficción.

Por último, precisar que "las medias personas" que salen en este documental, no son un par (yo creo haber visto más de una docena -para menos de 60 minutos no está mal-) y que se trata ni más ni menos de oligarcas, periodistas de enorme influencia, militares a los cuales adjudica la responsabilidad sobre el futuro del País la Constitución, universitarios y políticos, además de algunas otras personas más humildes y corrientes. Si esta amalgama de opiniones le resulta a alguien "delirante", quizás la grandeza de esta pequeña y modesta obra haya sido colocar ante nuestros ojos el delirio en el corazón y la mente de los poderosos, y no solo, en Chile.

No me extraña que ni yo ni mis colegas la conociésemos. Contra lo que sugieren otras críticas, de clásico no tiene nada... Normal que la hayan guardado en el cajón de los recuerdos, porque no sugiere nada bueno de este director que después nos dejaría grandes obras.
En mitad de la película, 15 minutos cortados de promoción musical que rompen totalmente el ritmo, introduciendo una especie de documental sobre naturaleza seguido de otro sobre el festival de Monterrey. Paja para alargar un filme nada original. Quizás en su momento lo fuese...
Además, quiero decir que, también contra lo que dicen muchos, los personajes no están nada trabajados. Muy superficiales todos.
Por cierto, cómo es posible que una película con recursos haga lo siguiente: ¿no os habéis fijado que se hace de noche y después de día, de noche y después de día, llegando al final?, ¿algo triste, no?
Y otra: la música no cuadra, y eso afecta al espectador medio.
Y otra: ¿el título? ¿Escalofrío? ¿Dónde?
Un bodrio.

Habiendo películas de terror de origen japonés que han destacado por su originalidad, hemos acabado por traer la distribución de la producción de este país en cine del género a un grado excesivo.
Películas como esta carecen por completo de la capacidad para aterrar al espectador, incluso para mantenerlo en tensión temiendo el discurso de los acontecimientos, como otras sí hicieron, permitiendo que se generalizase la moda del "terror oriental".
No es capaz de mantener un hilo argumental sólido que te sujete a una historia de intriga, sino que te deja al pairo a la espera de que los acontecimientos comiencen a tomar algún camino concreto, cosa que no hace en ningún momento, jugando más bien a la estrategia del despiste y la confusión, impidiendo de hecho que quede claro lo que se ha visto.
Le falta dejar correr el aire. Estas películas se ahogan a sí mismas. Soy generoso con el 5.

Previsible dramón hiperpesimista con un salto de ritmo inadecuado en su tramo final, donde la visión del romance llega a un punto y aparte que a mi modo de ver desentona con la narración del resto de la película.

Desde el principio, apesta el tono tópico empleado en más de una ocasión por este afamado director para tratar temáticas sociales, que a mi modo de ver se alejan de lo mundano para favorecer el carácter pseudo-pedagógico de Loach. En fin, si el cineasta éste tuviera un punto gore en su filmografía, directamente acabaría introduciendo en la conflictiva relación cristiano-musulmana que se relata en esta película más de un asesinato. A poco menos llegan los actores y actrices. Se puede ser malo y malísimo, pero Ken Loach expresa el mundo que rodea a los protagonistas como un infierno, donde apenas un personaje parece conservar algo de sentido común.

Su dramatización de las relaciones entre inmigrantes y nativos son tan extremistas como otras muchas que refleja en otras de sus obras.

Para mí, demasiado exagerado como habitualmente.

A ver, las formas al principio lo hacen prometedor, pero a partir de la mitad (tal vez un poco antes), comienzas a pensar hacia dónde se está dirigiendo el filme, sospechando que el rumbo lo lleva el viento.
Y poco a poco... te vas sintiendo como si la película quisiera decirte algo pero no llegase a completar la frase; como si no fuese capaz de expresarse. Parece querer romper con lo convencional, y realmente lo hace. Esto va muy en la linea del director, quien en "Corre, Lola, corre" plantearía una fórmula innovadora mucho más acabada.
Pero aquí paga por la extravagancia un precio muy caro, y acaba metiéndote en un remolino de indefiniciones excesivo. Lo suficiente como para que yo, personalmente, manejase un 8 y le tenga que quedar, finalmente, un 6.
Y aún creo que soy benévolo, porque... al fin y al cabo... es que tampoco sé formular las preguntas, porque no te da pie a hacerlas. Todo se queda muy en la superficie.