Simplemente voy a transmitir la esencia de lo que sugiere el título de esta seria en mi memoria:
Cena, tele de fondo (cosa que odio), no veo casi la tele pero se escuchan los diálogos de algo:

Principito: ey chati (bailando o algo así, música de fondo) me molas
Leti: estas un poco salido
Principito: no chati, ven que te de un viaje ...
Leti: espérate, que estamos en público, recuerda quien eres
Principito: (pelín salido) que más da, eso lo debo decidir yo

Principito: papá, mamá, me echao novia.
Rey: dhjiedhie dgdjoejode
Reina: ah sí, ¿quién es?
Principito: una periodista
Reina: ni hablar
Rey: dehdejhdeldepodjkdejde
Principito: que sí
Reina: que no
Principito que sí
Reina: que no
Rey: hdeedlhdeldehkdelhdelkehdel

Bodorrio

Reina: estaba equivocada, Leti es un sol
Leti: soy una tía guay y moderna
Principito: soy edhdeuihdede digo hbejdejde el príncipe ... papá ya me lo estás pegando
Rey: deghdekjhdejehjkhde
Reina: hombres ....

FIN DE LA TRAGEDIA, digo COMEDIA ... ¿continuará?

Fenomenal despliegue de efectos especiales al servicio de algunas secuencias de acción muy interesantes. Todo ello envuelto en unas interpretaciones mediocres (menos el tipo de las gafas de sol), especialmente la de la protagonista a la que no aguanto, y un argumento que no está a la altura del mejor Spielberg (el de Tiburón, En busca del arca perdida, E. T, La lista de Schindler) ni de lejos ...

El argumento del film es básicamente el siguiente:

Un policía pasado de kilos vacila sin razón a Stallone y este reacciona declarando la guerra a los Estados Unidos.

Pero mola.

Hasta aquí era la crítica original del film (escueta como su argumento), pero para meter algo de más contenido (un poco de paja por el tema de validaciones) explicaré que el film mola por la acción y por la pinta de Stallone (siempre me recordó a José Mari Bakero y viceversa).

Como anécdota graciosa y algo vergonzosa para mí, recuerdo que viendo me parece que una de las sucesoras de esta película (Rambo no sé que número) en mi tierna infancia, me levante en medio de todo el cine y simulé disparar con una metralleta imaginaria. Todo el personal quedo estupefacto y con una sonrisa cómplice en la cara y yo me creí el rey del mundo. Y es que la película me molaba.

La segunda película más desagradable (entiéndase que muestra la violencia o cualquier otro tema repugnante, de mala y gratuita manera) que he visto, excluyendo el gore más puro claro está.
Además mete algo de musical caótico entre medias.
Tim Burton ha empezado su decadencia, pero ha caído más bruscamente que la economía mundial. De Big fish, Charlie y la fábrica de chocolate y demás (por no citar las maravillosas obras de los noventa Ed Wood y Eduardo manostijeras) pasa a este desagradable experimento pseudo musical terrorífico, que ni tiene melodía ni da miedo, sólo asco, y después el mayor destrozo de una obra maestra literaria que se haya hecho en el cine (ver crítica de Alicia en el país de las maravillas). Pues eso, que otro buen director perdido, cada vez quedan menos.

En medio de una película que desvirtúa por completo el verdadero sentido de la Navidad, aunque no culpo al autor puesto que esto ya está penosamente desvirtuado desde hace años por el grueso social, plagado falsos beatos que hacen oídos sordos al mensaje cristiano u orgullosos ateos progres que son los primeros en llenar la casa de hipocresía en forma de regalos y engordar sus grimosas tripas hasta la extenuación el día de Nochebuena. Casi todo el metraje es bastante absurdo, puesto que varias historias (la de los jóvenes salidetes, la de la reprimida sexual, la del presidente progre, etc) son de los más surrealista (en el peor sentido de la palabra) y no cuelan ni con calzador. Ahora bien, la película la salva el viejo rockero, un tipo mucho más real (aunque algo excesivo) y cercano y su escudero el representante, y además, la brillante interpretación de Neeson, uno de los grandes actores de los últimos años, ...