Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Reaccionario
Críticas 4.486
Críticas ordenadas por utilidad
3
12 de agosto de 2022
2 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Volvemos al cine clásico para llevarnos una nueva decepción pero qué le vamos a hacer, soy insistente. El caso es que nos encontramos con "Capitanes Intrépidos", uno de los grandes éxitos del año 1937, basado en la novela homónima de Rudyard Kipling publicada en 1897. Yo no sé hasta qué punto es fiel al libro o improvisa Víctor Fleming porque es otra lectura que tengo pendiente, pero me da la sensación de que es más de lo segundo que de lo primero en tanto que en el original, el protagonista es un muchacho de quince años y no de diez como aquí. Si así empezamos no me imagino lo que puede venir después. Pero mientras conjeturamos al respecto, lo que tenemos es una película bastante larga, muy estática, todo el rato en el barco, y que como a menudo se acerca al documental sobre la vida de los pescadores en alta mar, provoca al poco tiempo el aburrimiento en los indefensos espectadores. Con todo, no es lo señalado lo más grave de la película. En realidad, lo que más me ha sacado de "Capitanes Intrépidos" es la peligrosa y errónea visión que se tenía entonces y que me temo que todavía muchos conservan sobre lo que es la infancia, la educación o las motivaciones humanas, también la de los niños y jóvenes.

Para estos señores, la psicología no existe, así que si un chico se porta mal, hay que darle dos galletas, meterlo en vereda y listo. Es decir, el mal comportamiento no es consecuencia de problemas que el menor no puedo o sabe gestionar sino la prueba de la naturaleza viciada infantil que necesita una pronta corrección mediante un trato severo si es necesario, para que se haga un hombre y no un afeminado. Por eso, si lo mimas se corrompe más. Sin embargo, como no es así, como no respetamos de verdad a la infancia, todo son chiquilladas, tonterías y caprichos, como los niños quieren ser hombres desde siempre sin necesidad de nada más, como no se atajan las causas de raíz, como no hay una verdadera transmisión de valores, no me creo en absoluto la evolución del protagonista, ni la "amistad" que desarrolla con Manuel (Spencer Tracy) por llamarla de alguna forma. Porque no sé si a conciencia, les ha salido una relación muy gay/pederasta entre el rudo marinero y su "pescadito". Lo que veo es que el chaval siente verdadero amor por él. Así es. Por lo demás, la memez de que los ricos son infelices porque sí y los pobres en cambio son muy dichosos, no cuela. Lo dicho, menos mal que empieza la Liga ya porque lo que es el cine, mal.
Reaccionario
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
31 de enero de 2019
2 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuatro años después de la primera temporada de "Los nuestros" (2015), nos llega esta segunda con el único hilo conductor del ambiente militar. Así que los Hugo Silva, Álvaro Cervantes o Tristán Ulloa han dado paso a los Rodolfo Sancho, Aida Folch o Elvira Mínguez. Es decir, que no hay nadie de la anterior entrega. En este caso, la que "hace" de Blanca Suárez es Paula Echevarría en un personaje más hosco y sufrido pese a que a la otra tampoco es que fuera la alegría de la huerta. En cualquier caso, como su predecesora, tan sólo tres capítulos pero en esta ocasión se trata de una peligrosa misión en Siria, con ramificaciones en Madrid, contra el terrorismo internacional de raíz musulmana con cierto aire a "El pacificador" (1997).

A pesar de que no se le he dado mucha bola ni publicidad me parece que los de Telecinco han resuelto de modo aceptable el proyecto, teniendo en cuenta lo poco duchos que somos en España en el género de acción y la escasez de presupuesto comparado con lo que se hace en los Estados Unidos. No es la bomba, nunca mejor dicho, pero tiene intriga y la acción se solventa bien. Eso sí, la presencia femenina en las fuerzas armadas, sobre todo en escenarios de combate me parece realmente aberrante y antinatural, aunque no tanto como la ideología yihadista, capaz de llegar a la inmolación en defensa de su credo. Porque matar es "lógico", lo han hecho las izquierdas durante siglos, pero suicidarse en el intento eso sí es inédito.
Reaccionario
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3
3 de mayo de 2012
29 de 70 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Cómo interpretar "Sin Perdón"? Intenté después de verla reflexionar sobre el significado de la película. Primero creí que se trataba de una crítica a la falta de perdón (de ahí él título). Todos los personajes se mueven por un odio, por una sed de venganza que excede lo que es la mera justicia. Más tarde me pareció que el que no merecía perdón era William Munny pues sus crímenes eran tales que éste no era posible. Pero el desenlace echa por tierra sendas interpretaciones. Claramente Muny queda como un héroe y la venganza está plenamente legitimada. Entonces entiendo que "Sin Perdón" es por el bodrio con el que nos ha castigado Clint Eastwood que no tiene perdón de Dios.

Visto lo visto "Sin Perdón" plantea de una forma ridícula una historia tan absurda como el personaje de William Munny. Es absurda porque las prostitutas han perdido la dignidad con el oficio que ejercen y, haya venganza o no, van a seguir siendo unas perdidas que acabarán probablemente mendigando por ahí o muertas de la peor manera. Es absurda por el grupo que se forma, un novato y dos viejos acabados, que actúan sólo por la pasta. Es absurda por lo mal hecho que está el tiroteo final y otras escenas de acción. Es absurda por los personajes en si: The Schofield Kid que es tonto al creer que matar es coser y cantar; Ned Logan y William Munny que son más estúpidos aún si creen que pueden ser padres de familia ejemplares por la mañana y asesinos despiadados por la tarde.

Claro que para personaje repelente está William Munny que no sólo no tiene bastante con ser un malhechor despreciable sino que encima es aplaudido por serlo. Para ponerse a vomitar. Yo me quedo, en cambio, con Little Bill Daggett el verdadero héroe de la cinta en una tesitura parecida a la de Wyatt Earp y, como tal, expeditivo, pero justo. Pero se ve que al respetable le emociona más Munny, un malvado al que muy torpemente se trata de humanizar. Pero todo en él es falso. Falsa su aparente rectificación, el haberse enmendado, falsos sus remordimientos o su pena y falso su papel de salvador pues todo lo hace por el dinero de la recompensa.

A mi lo que parece es que Eastwood trata de vendernos una personalidad esquizofrénica como un ejempolo a seguir. ¡Qué guay ser como Munny! Capaz de matar a unos cuantos tíos (por muy inocentes que sean como pasa en "Sin Perdón") pero luego sensible, que se arrepiente pero no tanto como para liarse a tiros en la próxima oportunidad. Y después, a cuidar a sus hijos y a hacerse el romántico. ¡Puaf, asqueroso! Ya digo, la idea es ser bueno de lunes a viernes y psicópata los fines de semana.
Reaccionario
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2
18 de septiembre de 2011
21 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco, a modo de disculpa, que con mi móvil nuevo recién comprado empecé a ver esta película sin prestarle mucha atención. Cuando veía que no arrancaba, que se empantanaba, volvía otra vez al móvil (para saber bien como iba) y así un buen rato.

Y es que por muy formalmente buena que sea está película la anécdota revela que, en realidad, "Anatomía de un asesinato" es bastante aburrida y por eso no dejaba de dirigir la atención a otra cosa. Todo se nos da hecho, no hay intriga, ni investigación y luego el juicio no sirve para nada porque todos sabemos lo que ha pasado, con lo que uno se pregunta ¿para qué se ha hecho esta película? Un asesinato en el que sabes cual es el asesino, el móvil, cómo fue y con un juicio que no aporta nada a lo que ya sabes.

Encima el director va deslizando durante toda la cinta mensajes contradictorios que no dejan de desconcertar al espectador. Por eso pienso que es mejor la película que se insinúa que la que se ha rodado. Por ejemplo, ¿qué pasa con la relación de la chica y el marido preso? Porque por momentos se revela el poco amor de ella por él, pero como pasa durante sus interminables 160 minutos sólo se insinúa pero no se profundiza para nada en ello.

Y el resultado final del juicio, desastroso. ¿Cual es la defensa de Paul Biegler? Un camelo.
Reaccionario
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
3 de abril de 2015
13 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se nos cuenta que "Los años bárbaros" se inspira en un hecho real, la condena a ocho años de cárcel de Nicolás Sánchez-Albornoz y Manuel Lamana (Tomás y Jaime en la ficción) en 1948 por realizar unas pintadas en un muro de la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid, reclamando una Universidad libre. El espectador ingenio o normal o simplemente, que no se cuestiona la realidad, recibe el mensaje con una reflexión del tipo "qué bestias los franquistas". Sin embargo, en mi caso lo primero que hago es poner en duda la verdad de los hechos, porque no me parece normal. Lo curioso es que a la inmensa mayoría le resulte coherente que una dictadura autoritaria meta entre rejas a cualquier persona por nimiedades mientras que a mi me parece justo lo contrario.

Ahora bien, esta actitud que considera que si alguien es antidemócrata es un cazurro, un sádico y un bravucón, es el caldo de cultivo que hace verosímil una gran mentira. De este modo nos cuentan la historia de los estudiantes y nos la creemos. Sin embargo si nos molestamos en buscar la información descubriremos muy escasos datos sobre el hecho. Casi todos repiten las mismas frases, lo cual es indicio de falsedad, fruto del copia y pega de un lado para otro. Pero es más, si nos vamos a las fuentes de la época, el ABC y La Vanguardia del 13 de abril de 1947 descubrimos que a los susodichos no se les encarceló por hacer pintadas sino por pertenecer a una "organización revolucionaria", con bombas, trilita y dos petardos "dispuestos para ser usados".

Admito que algún crítico pueda alegar que tales pruebas fueron un montaje y que en realidad, estos jóvenes eran unos poetas cuya única arma era la palabra. Sin embargo, aunque esto fuera así, que lo dudo mucho, entonces ya no serían condenados por escribir en una pared de la universidad, sino por ser terroristas, en un momento histórico, segunda mitad de la década de los 40, con el maquis y la guerrilla urbana muy activos ambos, matando gente en los pueblos y en las ciudades, aunque las acusaciones fueran hipotéticamente falsas. Obviamente, Fernando Colomo no nos cuenta nada de esto, sino que incurre en la misma caricatura de siempre: republicanos = poetas; franquistas = catetos e ignorantes. Al margen de esto, es una comedia que se deja ver.
Reaccionario
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow