A quien todavía albergue alguna duda acerca de que el noventa y nueve por ciento de cuanto nos quieren endilgar por decreto sobre la Guerra Civil y el franquismo es una sarta de mentiras y, en el mejor de los casos, verdades a medias, debería bastarle con percatarse de hasta qué punto cualquier futesa "hintelectuala", minucia cultureta y chorrada "artística" que se perpetra en eXpaña supone un lavado de cerebro burdísimo.

Esta serie no es la excepción, por desgracia, y cumple TODOS los requerimientos del ordenancismo progre y biempensante: derechistas muy corruptos y guerracivilistas; trasuntos de chepudos honrados; kermesses heroicas populares donde hay algún que otro "carlas" del cual se nos dice que es homosexual (máxima aspiración del ser humano actual, por lo visto) y que no se siente español (segunda máxima aspiración personal); policías cortitos de luces; "empoderamiento" femenino bastante paticorto y ridículo; y más que no apunto para no hacer más largo este ladrillo.

En cuanto a las virtudes cinematográficas de la serie, la verdad es que ni son muchas ni muy destacables. Me han gustado la presentación y los títulos de crédito; algunos momentos de Gutiérrez Caba, no demasiados, y algunos momentos también, muchos menos, del actor principal, cuyo nombre no conozco y a quien no recuerdo haber visto con anterioridad; algunas de las escenas de acción están bien resueltas, otras no tanto; el recurso al blanco y negro en las secuencias de reminiscencias de los personajes está demasiado visto pero en este caso, y no sé muy bien por qué, me parece muy bien empleado...

La serie es entretenida: supongo que no pretende mucho más, por lo que en ese aspecto logra su objetivo. Pero el elenco es muy discutible: la mayoría de los secundarios están terribles; y la protagonista, que en líneas generales no me ha desagradado, tiene momentos en que parece demasiado acelerada.

En mi opinión, otra ocasión perdida para hacer una serie, si no memorable, sí al menos "confortable"; y perdida, como de costumbre, por afán político y moralista.

Mi novia me dio a elegir entre propinarme un rodillazo en la entrepierna o ver esta película: y yo me decanté por la peor de las dos opciones.

También tengo claro que es la típica historia que a los incondicionales de las cintas de acción claustrofóbica les va a hacer pasar un rato entretenidísimo. Eso supongo... Pero, desde el punto de vista cinematográfico, no es una película, es un desatino, divertido para los amantes del género e insoportable para el resto.

Tras leer las críticas aquí publicadas, me decidí a ver este pestiño, perdón, este maravilloso salto cualitativo.

No voy a entrar en la cutrez ideológica típica de Netflix o en esa estúpida creencia de que el lesbianismo es la última de las modernidades y la mejor de las "cosas chulísimas" y, por lo tanto, debe ser publicitada y promovida; tampoco en la muy escasa "diversidad geográfica" de los intérpretes de las series españolas, en su mayoría originarios de dos regioncillas histéricas (que no "nacionalidades históricas", concepto que es un sinsentido en lo político y, además, una mentira histórica descarada); ni a hacer hincapié en la descarada promoción de las más progres sororidades varias, porque en el fondo esto último da mucha risa...

Pero...

Guion: refrito mal digerido de varios cientos de argumentos acerca de los consabidos y patéticos demonios todopoderosos que para encarnarse en nuestro mundo necesitan el concurso de unos cuantos pringados.

Interpretaciones: si salgo a la calle, me apuesto en una esquina y secuestro a los veinte primeros que pasen, al menos ocho lo van a hacer igual de bien que el elenco escogidísimo de esta serie. Los otros doce lo harán mucho mejor.

"Giros" del guion: pocos y mal traídos pero lo suficientemente cogidos por los pelos para que algunos se sientan muy inteligentes.

Exteriores: angosta carretera sinuosa una y otra vez.

Música: no me acuerdo de ella, la verdad.

Inverosimilitud de los personajes: me han recordado a una mezcla entre Carrie tras siliconarse, Stephen Dedalus con medio cerebro y el muñeco diabólico. ¡Vaya conversaciones que se gastan! Por cierto, las escenas románticas son penosas.

Fotografía: sería lo mejor de la serie si no fuera por los abundantes efectos no demasiado logrados. Rectifico: me parece, pese a todo, lo mejor de la serie.

Por otra parte, no sé si alguien ha sentido miedo en algún momento del metraje de esta serie. Lo dudo mucho.