Efectivamente, como muchos han criticado, el giro de guion del final se ve venir desde mucho antes, casi desde el principio. Se percibe algo raro cuando no se ve que la chica protagonista aviente a su amiga, ni se observa nunca el cuerpo. Es que ya desde el título hay un spoiler. Luego, cuando ambos padres atropellan al padre de la niña desaparecida, entonces es cuando más se presiente que la historia es una tragedia absurda ocasionada por un juego de adolescentes. No obstante, eso no quitó mi interés en la trama ni mi expectativa por ver cómo se resolvía. A ver, hay miles de películas tontas como las de superhéroes en las que desde el principio sabes cómo terminará la cosa, quién es el bueno, quién el malo, quién morirá y quién sobrevivirá, y no obstante parece que a nadie le importa eso, pues lo importante parece ser la manera en que se cuenta la historia. Pues esto es lo mismo, y la historia que se cuenta no es la de una adolescente que busca engañar a sus padres y de paso a nosotros como espectadores; el punto importante aquí es el trasfondo: una chica que ha perdido la felicidad por la separación de sus padres, que por la influencia de la chica popular de la escuela acepta seguirle el juego de una mentira y que decide no ponerle fin a la misma porque ha obtenido una ganancia secundaria, a saber, el reencuentro de sus padres y el volver a ser familia. Eso es lo importante con lo que debemos quedarnos de esta película, y no la superficial tontería de que si anuncia o anticipa desde antes el giro final. Probablemente la directora fue consciente de ello desde un principio y no le importó porque lo sustancioso no era eso, sino la dramática historia que hay de fondo y que suele ser el pan de cada día de muchas jóvenes hoy en día.

No obstante sí hubo algo que me dejó un mal sabor de boca: las decisiones absurdas que toman continuamente los padres. No me refiero a esas omisiones que es comprensible que cometa una persona en su posición, donde no puedes pensar adecuadamente dada la gravedad del problema, como no haberse desecho de la bolsa de la chica; pero sí me refiero a otro tipo de acciones que parecen tontas, como ir a la policía para denunciar que el padre de la extraviada le golpea, o la de ir a la casa de este al final de la película y meterse furtivamente. Hay otras cosas que parecen tontas pero que se pueden perdonar por lo imprevisto del momento, como cuando el padre pakistaní quiere hablar con la protagonista y la madre le dice que fue al médico. De hecho, si nos fijamos bien, si no hubiera dicho eso no se hubiera desencadenado todo lo demás, pues bastaba con decir que se sentía mal o que estaba durmiendo y que no podía hablar con él en ese momento. Insisto en que puede perdonarse una respuesta así de torpe pues la agarró desprevenida, pero creo más bien que es de las situaciones que son necesarias para que el guion corra, y eso deja un mal sabor de boca, pues le quita algo de credibilidad y verosimilitud a los eventos, sobre todo cuando la madre es abogada y se dedica a litigar; ya debería estar bien colmilluda en esos asuntos.

No obstante, en general me ha gustado y me hizo pensar mucho sobre los hijos de padres que se separan y las consecuencias que tiene en ellos un hogar roto. Es una historia triste, como triste es la realidad de muchos jóvenes. Me recordó a la película de "El hijo", de Florian Zeller, en la que se aborda una temática similar. Buena llamada de atención para esta sociedad donde todo, hasta los matrimonios, son efímeros, y se privilegia el bienestar personal e individual sobre todo (y todos) lo demás.

Le gustará a: los que tienen la sensibilidad necesaria para captar una problemática social bien contada.
No le gustará a: los que quieren historias cursis, con personajes idiotas y finales felices.

La historia es un tanto lenta y a ratos incierta. No sabe uno si se está adentrando en una trama detectivesca y de misterio o romántica. Creo que es más bien esto último, sostenido siempre en una cama de feminismo que no está mal, pero que se siente un tanto oportunista dados los tiempos (afortunados en muchos sentidos) que corremos.

Me pareció también muy melodramática, planteando situaciones de lo más crueles y sufrientes para una niñita inocente, pero que también son un tanto irreales o inverosímiles. ¿Es creíble que una familia vaya abandonando el hogar, incluida la madre, sin que a nadie se le ocurra llevarse consigo a la pequeña, y que después de tantos años a nadie se le ocurra volver salvo el hermano que se enteró de su hermana sólo por el libro que publicó? ¿Es asimismo creíble que una niña tan pequeña haya aprendido a sobrevivir completamente sola en medio de un entorno tan hostil como la marisma? De igual forma, los personajes negros son de lo más nobles y generosos, pero sabiendo la situación real de la niña, ¿nunca se les ocurrió adoptarla? ¿Nadie en todo el pueblo conocía la situación de la niña como para acogerla y atenderla? ¿Es que todos son unos miserables despiadados sin corazón? el punto es que toda la historia ha sido forzada para representar una situación de lo más extrema para la niña, pero de una forma muy poco convincente y realista.

Pero hay algo más que me gustó mucho y que no pude revelar en la crítica sin spoilers pero que ha merecido mucho de mi reconocimiento por lo atrevido que resulta: la apología del asesinato en defensa propia cuando no se tiene ningún recurso personal, social e institucional para garantizar la seguridad. La protagonista mata al patán, y lo hace porque, en su crianza salvaje, aprendió que la presa tiene legítimo derecho a matar a su depredador con el fin de seguir viviendo. No sé si esto sea del todo posible en la naturaleza, pero la idea resulta bastante provocativa y disruptiva en una sociedad tan hipócrita y moralina como la norteamericana donde las leyes estarán siempre por encima de todo, incluso de la justicia. Ojo: no estoy diciendo que me guste o apruebe la idea del asesinato, sino el atrevimiento de la directora por sostener una postura tan arriesgada, en la que la justicia no se ha resuelto a través de las leyes sino de la supervivencia. ¡Bien por eso!