Críticas de martillo
24 de abril de 2007
4 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La alquilé una tarde fria y desapaclble de enero. Tenía pinta de que llovería así que perfecto. Nos hacemos unas palomitas, me pongo la bata y las zapatillas (España cañí que se dice) y nos echamos unas risas viendo a Borjamari...
Quitando alguna cosita al principio que te hace gracia porque no la veías desde los ochenta, lo que le sigue es un sinfín de despropósitos. Todo se basa en tópicos que están machacadísimos y no tienen originalidad ni gracia.
Según transcurría la peli miraba por la ventana y me daba la impresión, de que la tarde no estaba tan mal y no resultaría tan descabellado darse un paseito para que nos diera un poco el fresco. Por suerte, la peli no es muy larga. Es lo mejor que tiene.
Quitando alguna cosita al principio que te hace gracia porque no la veías desde los ochenta, lo que le sigue es un sinfín de despropósitos. Todo se basa en tópicos que están machacadísimos y no tienen originalidad ni gracia.
Según transcurría la peli miraba por la ventana y me daba la impresión, de que la tarde no estaba tan mal y no resultaría tan descabellado darse un paseito para que nos diera un poco el fresco. Por suerte, la peli no es muy larga. Es lo mejor que tiene.
23 de julio de 2008
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No está nada mal la primera. La familia era grande, lo suficiente como para hacernos reír cuando era necesario y emocionarnos cuando la situación lo requería.
Pues bien, esta segunda parte fracasa a mi entender en todos los aspectos. Aquellas travesuras de antaño con las trastadas que le hacían al padrino, (José Luis López Vázquez, claro, a Don Corleone no se hubieran atrevido), ahora ya no hacen gracia y llega a saturar tanto indio dando gritos. Se abusa de ello.
Closas eso sí, correcto y hecho un galán.
Esta se queda más suelta, menos cerrada que la primera. Mucho más artificial, llegando a la más ridícula exageración, como Críspulo, el "petardista".
Quizá sea porque los niños cuando crecen, pierden su gracia.
Pues bien, esta segunda parte fracasa a mi entender en todos los aspectos. Aquellas travesuras de antaño con las trastadas que le hacían al padrino, (José Luis López Vázquez, claro, a Don Corleone no se hubieran atrevido), ahora ya no hacen gracia y llega a saturar tanto indio dando gritos. Se abusa de ello.
Closas eso sí, correcto y hecho un galán.
Esta se queda más suelta, menos cerrada que la primera. Mucho más artificial, llegando a la más ridícula exageración, como Críspulo, el "petardista".
Quizá sea porque los niños cuando crecen, pierden su gracia.
Miniserie
2020
4 de diciembre de 2020
4 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tenía ganas de verla y ahí fuimos, a gozar del turbio mundo de la política que la globalización ha conseguido que podamos identificar las miserias políticas de otros países, como nuestras.
Laurie marcando el paso y llevando el peso de la serie. La premisa no es mala, pero se hace insuficiente. ¿La trama? Pues ya vista, lamentablemente poco más de lo que prometía el programa electoral. Nadie esperaba un House of cards, pero si se quería vestir a Peter Laurence de mala leche, de capacidad de regatear problemas y saltar obstáculos, se ha hecho de la manera más fría que se pueda imaginar. Y tampoco es que esperemos fuegos artificiales. La serie tiene un tono que si bien puede resultar amablemente interesante al principio, acaba siendo un tostón. Ni siquiera cuando se pretende presentar la soledad y tormento del político, se consigue.
Y se queda ahí, en algo que prometía pero... ¿qué valor tienen en el mundo de la política las promesas?
Laurie marcando el paso y llevando el peso de la serie. La premisa no es mala, pero se hace insuficiente. ¿La trama? Pues ya vista, lamentablemente poco más de lo que prometía el programa electoral. Nadie esperaba un House of cards, pero si se quería vestir a Peter Laurence de mala leche, de capacidad de regatear problemas y saltar obstáculos, se ha hecho de la manera más fría que se pueda imaginar. Y tampoco es que esperemos fuegos artificiales. La serie tiene un tono que si bien puede resultar amablemente interesante al principio, acaba siendo un tostón. Ni siquiera cuando se pretende presentar la soledad y tormento del político, se consigue.
Y se queda ahí, en algo que prometía pero... ¿qué valor tienen en el mundo de la política las promesas?
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