No comprendo como algunos críticos dicen que esta segunda parte es buena, he leído que incluso mejor que la primera!!! (esto es ya demencial). Gremlins de Joe Dante mezclaba misterio, aventuras, comedia, terror en partes iguales y con una maestría poderosa y un sentido del ritmo vertiginoso. Con "Gremlins 2" todo el misterio se desvanece, lo que antes era asombroso ahora resulta vulgar y lo que antes nos resultaba divertido e ingenioso ahora es rancio y patético.

No se, será que la primera parte es para mí una obra maestra de ciencia ficción-terror y un clásico de los 80 y que marcó toda una generación. La primera parte estaba destinada a un público tanto juvenil como adulto, sin embargo ésta que nos ocupa desde luego está más encaminada a un público infantil sin demasiadas exigencias.

He dicho.

Acabo de verla y me ha encantado. Para quien no esté acostumbrado a planos secuencia, admirar una bella fotografía, percatarse de la descripción bien definida de unos personajes, de su música y del ritmo pausado y contenido de algunas escenas... pues dirá que como película de terror no funciona. Error: dentro del cine independiente ésta avanza muy bien a pesar de contener estos elementos. Yo que devoro cualquier tipo de cine y disfruto desde el más independiente al más comercial me lo he pasado como un enano viéndola. Porque repito: además de una historia de terror, con momentos verdaderamente memorables, a la misma vez puedes disfrutar de un lenguaje cinematográfico con mayúsculas. Preciosa y terrorífica al mismo tiempo. Sólo "Déjame entrar" también consiguió esta mezcla tan poco usual y al mismo tiempo tan difícil de obtener (la europea, por supuesto), que por cierto te viene a la memoria constantemente, y no, no es nada malo.

La ópera prima de Boudewijn Koole es una canto a la libertad, al afecto, al amor, a las cosas importantes de la vida, ¡qué necesario es este tipo de cine en los tiempos que corren!, ¡qué necesario es este tipo de bofetadas emocionales para pararnos a pensar qué estamos haciendo a nuestro alrededor! ¿dónde hemos dejado la compasión, el cariño...? ¿en qué momento lo perdimos?. Sin caer en cursilerías el director te sumerge de lleno en la psique de nuestro pequeño protagonista sufriendo con él sus miedos, su soledad, su cariño, sus frustaciones y sus anhelos de hacer de este mundo algo mejor y todo esto además con una historia minimalista transparente y pura.

Si a todo esto le añadimos una fotografía excelente, una bella banda sonora y una actuación sobrecogedora por parte del protagonista que es el que lleva el peso del film no me queda otra cosa que decir que no dejéis de verla.

Para los que somos fan de "Kárate kid" ha sido inevitable estar comparando secuencia a secuencia una película con la otra. Para mí esta es menos creíble porque:

1.- Solo con el primer entrenamiento de la chaqueta el niño ya posee unas dotes de artes marciales que ya quisiera el mismísimo Bruce Lee. Cosa que en la original se veía una evolución poco a poco.

2.- La relación-amistad entre maestro y alumno era mucho más verdadera en la original. Aquí cuando el protagonista le dice a su maestro que es el mejor amigo que ha tenido nunca lo dudas bastante.

3.- Lo de ir a lo alto de una montaña a beber el agua de la pureza para ser invencible demuestra que lo que vas a ver más adelante te lo tienes que tragar sin más.

4.- La parte del campeonato es la más increíble de todas, por no hablar de la patada final: ¿en qué momento el niño ha aprendido eso?, ¿es miembro del circo del sol?

Entedme, no es que la primera fuera una película realista, pero creo que estaba todo mucho mejor disimulado y disfrazado por lo que el efecto "magia" del primer film se consiguió, cosa que aquí dices: ¡bueno, venga.... me lo tendré que creer!

Pienso que a partir de los 8 años ya uno no se puede asustar con estas cosas. Y si uno no se asusta pierde la película su objetivo principal. Técnicamente la cinta está bien pero el argumento y los bichejos primos lejanos de los gremlins no tienen nada de terrorífico. Lo que he dicho: para un niño de 7 u 8 años podría ser, pero para mí, con mis treinta y muchos... como que no.