Es impresionante lo que se puede hacer con los impuestos confiscatorios de nuestro Estado benefactor y protector. Es que es imposible hacer una película de la guerra civil española que llegue por lo menos al 5. En este caso, directamente, no hay guión, no hay dirección de actores, la película es un bollo total, no se centra en nada y en todo a la vez, resultando una historia completamente inconexa, sólo centrada en intentar hacer llorar al borrego de izquierdas, que es lo que está de moda. A ver si la peli que hagan algún día de Paracuellos, que fueron bastante más de 13 a los que se llevaron por delante, les sale con más gancho ... aunque dudo que llegue ese día, esa película no se subvencionaría ... (matar "malos" no hace llorar). En fin, al que la vea, que después haga un poco de terapia, se vaya a un parque y se oxigene un poco.

Si éste es el futuro que nos espera, que se pare el mundo que me bajo. Lamentable película que, con la gracia del humor adulto puesto en boca de niños, más los clásicos chistes prototípicos relacionados con el descubrimiento de los juguetes sexuales - además, algunos con muy mal gusto incluso para los adultos - pretende construir una trama banal e insulsa y montar una comedia donde, quitando algún gag apenas ingenioso, el único producto resultante es una comedia que se muere a partir de los primeros 30 minutos de metraje. La puse por ver la reacción de mis hijas de 11 y 14 años y el resultado fue catastrófico .... ¡por aburrimiento!

Comedia muy divertida, que retrata el mundo absurdo e imbécil en el que nos está sumiendo la "transformación digital". Es una retrocesión antropológica del ser humano, en toda su extensión, como lo fue el correo electrónico en su momento, que volvió autista a la mitad de la humanidad. Maribel Verdú hace un papel inmenso, en el que muchas mujeres cuarentonas se verán representadas, aquellas que luchan por sobrevivir todos los días en empresas donde llegan por doquier pelanas medio lelos con 15 años menos a enseñarte que la rueda es redonda, pero parece ser que están "transformados" (o sea, no leen, están descerebrados y la responsabilidad se creen que es un capítulo de alguna serie). Por eso, esta comedia, que no para uno de reírse desde que se inicia hasta que acaba, representa lo que llevamos dentro aquellos que tenemos que soportar toda la estupidez digital y medio ambiental que nos rodea. Cualquiera que no vea la vida así, que se abstenga de ver esta comedia. Se nota en los que la puntúan bajo, no es película para ese público.

Guiado por las críticas, me encuentro con una cinta pretenciosa en lo formal (su blanco y negro es digno del mejor anuncio de perfume francés en 4K) anodina en el guión (plano y previsible) y nimia en su trama (un tipo afectado por una situacion de guerra completamente ridícula que desencadena un culebrón de telenovela completamente absurdo), que deja una tremenda sensación de vacío ... y de profunda reflexión: Winnie The Pooh es porno duro al lado de esto ...

Es la tercera vez que veo esta película y cada vez me llama mås la atención la rabiosa actualidad de su mensaje y el maravilloso clasicismo intemporal de su música, con temas que le ponen a uno los pelos de punta.... cómo es posible combinar una superproducción tan apabullante con un guión que son las letras de las propias canciones, manteniéndote enganchado mientras genera una magnética empatía con Madonna, sobre todo en la segunda mitad del metraje. En cualquier caso, abstenerse de verla podemitas y chavistas - obvio que los peronistas ya la boicotearon hace tiempo -, porque saca a la luz las grandezas y miserias del populismo, que ya sabemos cómo acaba siempre.