Una película realmente conmovedora, cuyo mérito no es contar dos historias que, seguramente, son más viejas que la Humanidad, sino presentarlas de una manera que llega al corazón especialmente. Mi sensación no ha sido la de ser espectadora de un film, sino que he asistido a la vida y las circunstancias de esta chica y la familia a la que sirve como si fuera una vecina cotilla que los estuviera espiando, o siguiéndolos por la calle. He presenciado escenas cotidianas sin ninguna trascendencia, y otras de alta intensidad dramática con la misma naturalidad y frescura como si las estuviera viendo por mi ventana. Sólo puedo decir que no había visto nada parecido y me ha encantado, y animo a no dejarse llevar por las críticas de lentitud e insustancialidad. El mensaje de fondo es maravilloso.

Clásica película inglesa en la que la historia gira en torno a una mujer, por lo general valerosa e indómita, que por circunstancias, se atreve a dirigir el rumbo de su propia vida y su hacienda, a diferencia del papel pasivo de sus congéneres en la época. Por tanto, el espectador asistirá a los avatares de una joven muy independiente y con bastante carácter, pero también ciertamente caprichosa y algo desorientada respecto a lo que busca en sus relaciones con los hombres.

Probablemente abusa de marcar excesivamente los roles del trío masculino, y en cuanto al argumento el final es ciertamente previsible, pero es una película muy agradable de ver, muy cuidada en su ambientación, y con un estupendo reparto en el que destaca una chispeante Carey Mulligan.

Sobre todo gustará a los fans de Jane Austen y similares.

Me hizo gracia esta película, porque se sale de lo que pueda esperarse de una comedia romántica. Unas historias entrecruzadas que cuentan diferentes historias de amor y/o desamor, y alguna hasta cuenta las dos cosas a la vez. Hay mucho material para sentirse identificado con unos personajes u otros, aunque la vida sea aún más ingrata, y la realidad no sepa mucho de finales felices. No obstante es agradable engañarse por un rato. Por encima de todos me quedo con Steve Carell, un actor verdaderamente magnífico, con un poder en la mirada que lo dice todo. Maravillosa la escena de la llamada de su ex, mientras él está en el jardín...

John Corbett.

Leo en esta misma web que esta película, si tiene un pase, es por su aparición. Será un chiste. Malo.

Hasta el advenimiento del Pastor Corbett nos encontramos a una chica exitosa y liberal que disfruta de su posición y su juventud hasta que se encuentra con el marrón de criar y cuidar de sus tres sobrinos. Los niños no están mal, la más destacada es la que sería después la pequeña Miss Sunshine, Abigail Bresllin.

Bien, vale. Incluso se puede soportar a Felicity Huffman.

Sin embargo nos cuelan a este personaje. Un religioso que "puede salir con mujeres, casarse y tener hijos", nos aclara él mismo para cortar de raíz el posible escándalo que inunde a nuestro sistema nervioso. Un tipo de físico tosco, cabezón, frankensteiniano e inexpresivo, que colocan como partenaire de Kate, menudita, dulce, graciosa. Un soberano despropósito.

Eso por no contar (spoiler) las sucesivas escenas que nos va a regalar el pastor sólo o acompañado con sus compañeros de fatigas. Del humor blanco a la charlotada vergonzante hay muchos pasos intermedios que aquí se saltan con pértiga.

En definitiva, hasta los más ñoños del lugar desearán que Kate Hudson huya con los tres nenes rumbo a una bacanal.

Lo que se podría haber quedado en un folletín rosa se convirtió en una película apabullante. Todo asentado en la fuerza del personaje de Escarlata, que debería resultar antipática pero que se revela como una heroína en pos de la cual van el resto. La lucha entre la practicidad del Norte y el romanticismo del Sur imbuye a la galería de personajes que aparecen ante nuestros ojos. Es el clásico que reponen una y otra vez para rellenar alguna tarde de fin de semana en TV y al final siempre lo termino viendo de nuevo. Qué decir del reparto y de ciertas escenas que parece increíble que hayan podido rodarse hace la friolera de casi 70 años. En resumen, hay que verla si aún no lo has hecho.