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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.333
Críticas ordenadas por utilidad
7
10 de marzo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un grupo de taladores al servicio de la empresa de ferrocarriles, llega a un pueblo llamado, Deep Wells, con el propósito de derribar los árboles de un terreno adquirido previamente. Al instante, tropezarán con la inconformidad de los habitantes del lugar, quienes creen que talar dichos árboles significará su desgracia, pues, las lluvias podrían luego inundar el pueblo.

Este es el punto de partida de un filme ecológico donde se discutirá si los intereses del Estado (o de los comerciantes) deben primar aunque estén pisoteando los derechos de los ciudadanos. La historia sigue siendo de gran actualidad, pues, el territorio amazónico y otras importantes zonas que son los pulmones del mundo, siguen siendo erosionadas irresponsablemente con la anuencia de los gobernantes de turno.

Cuando leyó la novela, “Guns of the Timberlands”, que, Louis L’Amour publicara en 1955 y de la cual se vendieron cerca de un millón de ejemplares, Alan Ladd se animó enseguida a llevarla al cine y su productora Jaguar compró los derechos a L’Amour. Joseph Petracca y Aaron Spelling, se encargarían de adaptarla a guion, luego de que fuera rechazado uno que habían firmado diferentes escritores y, a este último, Ladd le delegaría también la producción, pues, su trabajo en televisión lo encontró muy eficiente.

A, Robert D. Webb -especializado en la dirección de 2ª Unidad, con créditos en títulos importantes como, “Captain from Castile”, “Prince of Foxes”, “David and Bathsheba” y otros; y quien también contaba en su haber con la dirección de algunos westerns bastante aceptables-, se le asignó la dirección en vista de que, <<LOS TALADORES>>, tiene una larga secuencia bastante compleja donde se requería la mano de un experto.

Además de que la historia resulta bien plantada en sus apreciaciones sociológicas y ecológicas, se aprecia el gran tino con que, el director, consigue equilibrar a los personajes permitiendo que, de parte y parte, se expongan los mejores razonamientos para sus actuaciones. De esta forma, no hay sesgos de ningún tipo, y el planteamiento queda tan claro como el agua de un buen río.

Aunque, Alan Ladd, aspiraba a reunirse de nuevo con su compañero en, “Shane”, Van Heflin, esto no se pudo, y al final, el calificado reparto lo conforman, además de Ladd, Gilbert Roland (Monty), Jeanne Crain (Laura Riley), Lyle Bettger (Clay) y Frankie Avalon como Bert. Como curiosidad, valga decir que la chica rubia que hace de Jane, es la hija de Ladd, Alana, pero, como actriz sólo logró breves apariciones (“Shane”, entre ellas) y un solo protagónico en, “Young Guns of Texas”, al lado de, James Mitchum y Jody McCrea… es decir, una película de delfines.

Título para Latinoamérica: FUEGO EN EL BOSQUE
Luis Guillermo Cardona
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8
24 de febrero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los indígenas nunca han podido creer en las promesas del gobierno estadounidense, porque casi todos los acuerdos han sido violados. Al creer inferiores a los nativos, la prepotencia de los blancos se les alborota. Al saber que en sus territorios hay preciados minerales, su ambición sale a flote, ¡y a cualquier costo, han querido apoderarse de sus riquezas! Pero, esto no les basta, porque cuando resuelven hacerse con nuevas tierras para explotarlas o venderlas a buen precio, de inmediato piensan en los territorios indígenas y están dispuestos a quitárselos a como dé lugar… De esta manera, los indios (como indebidamente los llaman) son cada vez menos y sus territorios cada vez más escasos… ¡siendo ellos los que preservan el equilibrio ecológico! Por esto, creo que no pueden ser gratuitos ni casuales los constantes estragos que, a los extensos territorios norteamericanos, les causa la naturaleza… ¡pero esto nunca lo comprenderán!

Lo que veremos en, <<EL GRAN JEFE>>, es la historia de uno de los más valientes líderes de un pueblo indígena que haya dado la historia. Hábil para la táctica y la estrategia, inteligente como pocos, y con un sentido de protección de su pueblo que lo convirtió en un líder venerado, Crazy Horse (Caballo Loco), hizo historia ¡y de la grande! porque supo enfrentar a los usurpadores blancos hasta causarles varias de las peores derrotas que alguna vez hayan padecido.

Nacido en Black Hills (Dakota del Sur) en 1841, Crazy Horse era hijo del chamán oglala sioux llamado como él, Crazy Horse. De niño, se le dio el nombre de Cabello Rizado y también se le llamaba Curly, pues, solo cuando se hacen hombres, y por alguna suerte de experiencia, es que se les da el nombre definitivo. Tras una batalla contra los guerreros Arapaho, su padre quiso que llevara su nombre y asumió para sí, el nombre de Worm… y por una suerte de visión que un día tuvo, el joven Curly, lucía predestinado a ser el nuevo gran jefe de los Sioux cuando entonces llevaría el imponente nombre de, Crazy Horse.

Con un guion de, Gerald Drayson Adams y Franklin Coen, en gran parte cercano a la historia real, y rodando en Black Hills -donde ocurrieran los hechos-, el director George Sherman, ha realizado un atractivo filme, sensiblemente centrado en la vida del gran líder y su relación con el ejército estadounidense. Todo comienza cuando, enterados de que hay oro en esas colinas, dos hermanos oficiales incitan al ejército para apoderarse de él… y así comienza una nueva violación a los tratados de paz y una nueva guerra donde, al final, la peor parte la llevarán de nuevo los nativos Sioux.

Este largo enfrentamiento, se complementará con la romántica historia de amor que, Crazy Horse sostuvo con Black Shawl (Mantón Negro), sin referencia alguna a sus romances de antes y después, con Black Buffalo Woman y Nellie Larrabee.

Con una espléndida fotografía en Cinemascope, y sirviéndose de numerosos indígenas auténticos para las escenas de masas, Sherman deja muy bien contada la historia desde lo político y lo social… y solo se extraña la falta de contundencia en las escenas de batalla de las que debió prescindir por razones presupuestales.

Queriendo, una vez más, dar imponencia y atractivo físico a los personajes, Victor Mature, fue el encargado de asumir el rol de, Crazy Horse, y su interpretación contiene suficiente carisma y virilidad para que consigamos apreciarlo. Como, Black Shawl, se llamó a Suzan Ball, pero, no obstante ser una aceptable y muy atractiva actriz, su maquillaje es tan inapropiado que más parece una modelo de revista. Mejor está, Ray Danton, quien hace de, Little Big Man, con suficiente imponencia… pero, lo que hace en la película, fue más por quitarle cargos a los blancos que por cualquier otra cosa… porque, sus acciones se dieron de una manera un tanto diferentes. (Véase: https://www.history.com/topics/native-american-history/crazy-horse).

Título para Latinoamérica: <<EL CAUDILLO REBELDE>>
Luis Guillermo Cardona
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7
13 de febrero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una… y otra… y otra vez… ha golpeado a los guardianes de las prisiones y hospitales psiquiátricos donde ha estado recluido; ha tomado como rehenes a directores y empleados de esos establecimientos… y también ha noqueado a unos cuantos. Ha intentado asesinar a quien lo delata, a quien le ha hecho insinuaciones sexuales… e incluso a quien sabe que ha sido un violador y asesino de niños. Por todo esto, ha pasado más de tres décadas en confinamiento solitario. También ha cometido asaltos en diversas ocasiones en que ha salido en libertad condicional, y su condena se incrementa una… y otra… y otra vez, hasta haberse convertido en cadena perpetua.

Paradójicamente, Michael Gordon Peterson, “el prisionero más violento de Inglaterra”, como lo han calificado los medios (ahora tiene 68 años y continúa cumpliendo su condena), ha sido un disciplinado practicante de gimnasia con la que ha podido mantener un excelente estado físico. Ha publicado 11 libros acerca de su vida o sobre su conocimiento y relación con otros peligrosos reclusos (uno de ellos, "Loonyology: In My Own Words", que, como insinúa el mismo título, lo escribió con su propio puño y letra). Ha sido un exitoso escritor de poemas y dibujante de caricaturas con lo que ha ganado numerosos premios. También, Peterson, ha estado casado en tres ocasiones (una de ellas con la actriz, Paula Williamson, a quien conociera durante una visita que le hizo en la prisión). Siempre que ha podido ha apoyado a los niños e incluso en una ocasión subastó una de sus obras para conseguir fondos que permitiesen tratar a un niño con parálisis cerebral. Por todo esto, no resulta difícil creerle cuando dijo de sí mismo: “Soy un buen tipo, pero a veces pierdo los sentidos y me vuelvo desagradable. Eso no me hace malvado, solo confundido”.

El propio actor, Charles Bronson, se sintió halagado cuando, Peterson, decidió acoger su nombre -como su alter ego- cuando se convirtió en boxeador callejero como lo hiciera el propio, Bronson, en la película, “Hard Times” (Walter Hill, 1975). “Peterson supera mi propio yo”, diría luego el actor durante una entrevista.

En la versión libre, pero muy cercana a la vida real de su personaje, el director Nicolas Winding Refn, se ha abstenido de explicar en manera alguna el comportamiento agresivo -casi psicopático- de Peterson, pero, en todo lo que le ocurre a lo largo de su estancia en prisión, podemos deducir algunas premisas y llegar a conclusiones no lejos de la verdad: Cuando el ser humano acumula, por años, un incesante resentimiento ante el contacto con una penosa y ofensiva realidad, despertará en su interior el deseo de destruir a los demás, aunque, en el proceso, se destruya a sí mismo. Cuando un hombre recibe más castigo que ejercicios de resocialización, aquel tendrá más peso, en su inconsciente y en sus emociones, que los valores que consiga desarrollar. Un ángel y un demonio anidan en el interior de todo individuo… y la sociedad tendrá mucho que ver en cual de estas entidades predomine en su comportamiento. Así como se condena a una persona por sus actos, también habría que condenar a las instituciones que demuestran incompetencia para proteger a los pacientes y/o reclusos de las agresiones provocadas.

Muy valiosa la caracterización que hace, Tom Hardy, en este tour de force… y queda nuevamente demostrado que, únicamente con el conocimiento amplio de las personas, podremos descubrir sus ocultos valores humanos; y aunque el director falla al no dar suficiente argumentación de ciertos hechos, su personaje está bien contrastado, y esto nos permite sopesar con cierta justicia su comportamiento.

<<BRONSON>>, no es una película fácil, pero, su personaje es realmente impactante.
Luis Guillermo Cardona
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7
1 de febrero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Liberal, es el nombre de un pueblo de Kansas donde todavía no ha llegado la ley, y donde nunca se ha colgado a un vaquero… porque el mandamás del pueblo, el ganadero Logan Maury, es quien tiene la sartén por el mango. Carmody, el administrador del bar Oriental, es su más fuerte cómplice y entre los dos están en planes de acabar con los agricultores para expandir las tierras ganaderas. Para legalizar sus tierras, los agricultores cuentan con la asesoría de la oficina Liberal Land, que dirige Allan Harper, un hombre honesto y competente, cuya novia, Susan Pritchett, despierta también el interés de Maury, seducido por su notable belleza y juventud.

Atendiendo al llamado que le hace Billy Jones, un simpático viejo desdentado que fuera su gran amigo y quien ahora está muy preocupado por la situación de los agricultores, a Liberal llega, Bat Masterson (Bartholomew William Barclay Masterson), el hombre que limpió de malhechores a Dodge City, y a quien se respeta como un íntegro hombre de ley.

Así comienza este predecible, pero muy entretenido western, dirigido por Ray Enright, quien, una vez más, demuestra su amplio oficio para crear un ambiente atractivo e interesante, con personajes que, aunque, físicamente, se parecen muy poco a los del viejo oeste, consiguen cautivarnos con sus altos valores… y otros tantos, con sus habituales bajezas... pero, ¿Quién podría hacer el bien sino surgiera el mal para poder ejercerlo?

En su 4° de siete encuentros junto a Ray Enright, el actor Randolph Scott, vuelve a ser ese insobornable hombre de ley como los quisiéramos en la vida real… ¿será esta una de las razones por las que nos gusta tanto el cine?... y lo mejor de todo, es que representa a ese admirado personaje real que, luego de hacer historia como hombre de ley y como miembro de la memorable Comisión de Paz de Dodge City (junto a Luke Short, Wyatt Earp y otros), se convertiría, por fin, en columnista de un periódico (el New York Morning Telegraph), donde escribiría sobre deportes desde 1903, hasta su muerte en 1921.

Junto a Scott, Robert Ryan es esa suerte de registrador tan apreciado por la gente del pueblo como por las mujeres; Steve Brodie, es el ambicioso ganadero que quiere pan y pedazo; y Anne Jeffreys, es Ruby Stone, la atractiva cantante que levanta la energía de los clientes del bar. Mención especial para la encantadora, Madge Meredith (Susan), una joven actriz que hacía aquí su tercer rol importante, pero, habían pasado apenas cuatro meses desde el estreno de la película cuando, el 30 de junio de 1947, fue condenada a 5 años de cárcel con riesgo de cadena perpetua, acusada de complicidad en un asalto en el que hubo robo y secuestro de un empresario y su guardaespaldas. Cuatro años después, se llegaría a la conclusión de que hubo ligerezas e inconsistencias en la corte que la condenó, pues, se descubrió que, el empresario que la acusaba, pretendía hacerse con la propiedad que ella poseía y habitaba, lo cual finalmente había logrado. La actriz fue, entonces, exculpada de todo los cargos y le regresaron la vivienda… pero a partir de entonces, solo sería llamada para aparecer en series televisivas y para unos pocos cameos, ¡sin crédito!, en filmes como, “To Hell and Back”, “Tea and Sympathy”, “The Ten Commandments” y alguno más.

Título para Latinoamérica: SIN DIOS NI LEY
Luis Guillermo Cardona
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7
20 de enero de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
“The Left Hand of God” (La Mano Izquierda de Dios, 1951), fue la séptima novela que publicara el estadounidense, William Edmund Barrett, escritor que luego sería mejor conocido por “Lilies of the Field” (1962), una obra llevada también al cine por el director, Ralph Nelson.

En principio, la novela de Barrett fue adaptada para cine por el celebrado escritor William Faulkner, pero, al proponerle su guion al director, Howard Hawks -con quien ya había trabajado obteniendo muy buenos resultados en otras ocasiones- éste se sintió desencantado con el cuento y no se animó a rodarlo. La, Twentieth Century Fox, adquirió luego una nueva adaptación efectuada por Alfred Hayes (“Teresa”, “Clash by Night”, “Human Desire”…) y la encargó al director, Edward Dmytryk, quien se esmeró por llevar a buen puerto una historia que sigue conservando esa posición ideológica a la que nunca renunció definitivamente.

La aventura comienza con la llegada del nuevo sacerdote católico que estaban esperando en una pequeña misión china. Identificado como, el padre O’Shea, el hombre despierta enseguida la inconformidad del médico de la provincia, el Dr. David Sigman, quien considera intromisoria la llegada de los curas a la cultura China, y su propósito es acabar con la misión para lo cual cuenta con el respaldo de su esposa Beryl, una mujer liberal de mente bastante amplia.

Por otra parte, el nuevo misionero atraerá con su presencia a la enfermera de la región, Anne Scott, la cual tratará de evitarlo porque no resiste su varonil presencia, extraña en un sacerdote… y mientras trata de adaptarse a un ambiente para el que no parece muy bien preparado como sacerdote, va dando pruebas de solidaridad, de hondo respeto por la cultura y por el pueblo chino, y esto le va mereciendo un aprecio que comienza a sorprender.

Escéptico desde muy temprana edad, Dmytryk, se afirma en mostrar “lo milagroso” como puros hechos del azar y como tal lo admitirá el misionero de a bordo… pero nos deja, a los creyentes, ese vuelo de imaginación que nos permite pensar que alguna fuerza superior bien pudo intervenir porque, definitivamente, Dios cree y valora más a un ateo generoso e íntegro, que a un creyente mezquino y oportunista. Más que necesitar que creamos en Él, el Padre necesita que creamos en nosotros mismos y que hagamos ejercicios prácticos y honestos de servicio a la humanidad.

Curioso ver a un actor como, Humphrey Bogart, quien tantísimas veces hiciera de bandido -y en menores ocasiones de tipo bueno-, haciendo ahora de misionero con sotana… pero, esto converge con su personaje quien tiene algunos matices que vale la pena conocer. Gene Tierney, es la enfermera -sin confianza en sus percepciones- que resulta más intuitiva de lo que logra comprender; y la pareja que conforman, E.G. Marshall (el Dr. Sigman) y Agnes Moorehead (su esposa), son de aquellos seres prácticos que terminan creyendo más en la acciones que en la condición profesional del ser humano.

A, <<LA MANO IZQUIERDA DE DIOS>>, le falta un poco de consistencia en al menos un par de acciones y algo de definición en los hechos históricos en que se mueve la trama, pero, desde el punto de vista humano cumple a cabalidad en su demostración de que más que un certificado o un título, lo indispensable en ciertas profesiones, es la buena voluntad y el ejercicio eficaz de la labor que alguien asume… y preocupa lo que dijera, Beryl: “Los cuerpos prestan poca atención a los cerebros”.

Título para Latinoamérica: DEL DESTINO NADIE HUYE
Luis Guillermo Cardona
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