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Críticas de Luis Guillermo Cardona
Críticas 3.333
Críticas ordenadas por utilidad
10
16 de junio de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quizás, lo más significativo en la vida de, Newton Knight (1829-1922) -el famoso líder de la Compañía Knight, un combativo grupo opuesto a las políticas del Estado de Mississippi, EE.UU., es que fue siempre consecuente con algunos principios bien importantes que, él mismo, promulgaba:

1. Ningún hombre tiene que ser pobre para que otro pueda ser rico. (Oposición a la explotación y al esclavismo)
2. Ningún hombre le debe decir a otro por qué tiene que vivir o por qué tiene que morir. (Oposición a las ideologías)
3. Lo que siembres en la tierra es tuyo… y ningún hombre tiene derecho a quitártelo. (Oposición a la expropiación y al desplazamiento)
4. Todo hombre es un Hombre. Si caminas sobre dos piernas eres un hombre. (Oposición al racismo y la discriminación)

Sobre la vida de este granjero progresista que se negara a admitir el maltrato que daban a los negros los esclavistas sureños y que, por esto mismo, se opusiera al propósito de secesión del Estado de Mississippi, luego de que el presidente, Abraham Lincoln, aboliera la esclavitud, se han escrito muchos libros e incontadas historias. La mayoría, para alabarlo y reconocerlo como un héroe para la eternidad… y una que otra para tratar de empañar su imagen, pues, Knight no sirve a los intereses mezquinos y oscuros de los supremacistas blancos.

Aunque sin mencionarlo directamente para evitar las protestas y la censura, ya la película, “Tap Roots” (George Marshall, 1958), se había ocupado de los hechos que rodearon la vida de este inmenso personaje… y para nuestro beneplácito, es ahora el director, Gary Ross, quien ha logrado interesar por fin a los productores, para rodar un guion que, junto a Leonard Hartman, había escrito y propuesto desde algunos años atrás.

Con un país un poco más liberal -gobernado, entonces, por el afrodescendiente, Barack Obama-, las cosas se dieron para que, por fin se exaltara la figura de un hombre ejemplar que luchó hasta su muerte por los derechos de la minorías, la libertad y la justicia social… y sin duda, Gary Ross, ha puesto todo su empeño para lograr un filme que, poco a poco irá venciendo resistencias y, estoy seguro de que, pronto hará parte de los grandes clásicos cinematográficos.

La historia tiene pasión, está hecha con una sed de justicia y de unidad que resulta admirable, y Ross (quien ya nos había conquistado con, “Pleasantville”, y que se había hecho famoso con, “The Hunger Games”), demuestra un fluido talento para componer situaciones vigorosas y de connotada eficacia narrativa. En, <<LOS HOMBRES LIBRES DE JONES>>, la acción es impecable, dejando que los horrores de la guerra queden realísticamente expresados; el drama es intenso, pero sin caer en excesos lacrimógenos… y los diálogos son profundos, con momentos de una expresión muy reveladora (“La ley autoriza -a los confederados- a llevarse el 10% de nuestra producción, pero, ellos se llevan el 90 y nos dejan el 10%”… “Los únicos neutrales en cualquier guerra son los que ganan dinero con ella”…”Es la gente pobre la que libra la guerra de los ricos”…).

Matthew McConaughey, luce muy aguerrido y con un gran parecido físico con el auténtico, Newt Knight; Gugu Mbatha Raw, revela un alto carisma en su rol de la esclava Rachel; y entre otros, Mahershala Ali, inolvidable como Moses, el hombre que luchará con ahínco por la libertad de los esclavos. Mención para la sentida canción de Lucinda Williams, “I’m Crying”, que consigue tocarnos fibras muy profundas.

Título para Latinoamérica: EL VALIENTE
Luis Guillermo Cardona
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8
15 de junio de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El, Mercury Theatre, fue una compañía independiente fundada por, Orson Welles, en 1937. Su sede estaba en New York y el productor era el también gran actor, John Houseman. Además de las producciones teatrales, en el Mercury se hacían películas y programas radiales, y fue en esta actividad en la que fue aceptado, como actor, un joven que venía de Pensilvania y a quien, Welles, tuvo siempre en el más alto aprecio. Su nombre: Richard Wilson.

Durante muchos años, Wilson fue el asistente principal del director de, “Citizen Kane”, “The Lady from Shanghai” y otras joyas, y era tanta su lealtad a Welles que, cuando también él se convirtió en un importante director, en las entrevistas que le hacían era capaz de olvidarse de sí mismo por ponerse a hablar de su mentor.

<<CON SUS MISMAS ARMAS>>, fue la ocasión que se le dio a, Richard Wilson, para lanzarse como director y con un guion escrito a dos manos con, N.B. Stone Jr., el resultado fue bastante satisfactorio no obstante que la trama pareciera bastante previsible. El mérito está, en principio, en la manera como se mantiene oculto al hombre que maneja los hilos sin rival alguno, algo así como lo que ocurre entre la clase política de ciertos países, donde los que realmente tienen el poder apenas sí los conocemos como banqueros y/o como grandes empresarios.

Esto mantiene un cierto nivel de intriga a lo largo de la película… y será poco a poco como iremos sabiendo la clase de individuo que, Dade Holman, realmente es. Por suerte, el asistente del sheriff de turno, es un hombre ejemplar que estará del lado de la justicia… y también él se mostrará cauto jugando a ciertas tácticas que ya maneja su contrincante.

Los personajes están muy bien construidos, tienen alma y muy hondos sentimientos, y esto hace que la historia adquiera ciertos matices psicológicos de valioso significado. La historia de amor entre, Clint Tollinger (Robert Mitchum, con la sobriedad y virilidad que lo caracterizara) y Nelly Bain (una espléndida, Jan Sterling), tiene un entramado con ciertos aires de tragedia… y por medio de esto, iremos descubriendo esa suerte de motivaciones que nos impiden juzgar.

También muy interesante la relación entre el impetuoso y aguerrido, Jeff Castle (John Lupton) con la lúcida joven, Stella Atkins, personaje que interpreta con mucho encanto, Karen Sharpe, una actriz que, 11 años después, se convertiría en la constante esposa de otro gran director, Stanley Kramer, con quien, antes y después de su muerte, tendría un rol social de la más alta relevancia.

Estamos ante un filme progresista que, de nuevo aboga por hacer que las armas sean sólo de uso oficial… y se siente complacencia con la manera como, Richard Wilson, ha logrado un western psicológico bien especial.

Título para Latinoamérica: ARMADO HASTA LOS DIENTES
Luis Guillermo Cardona
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8
3 de junio de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una frase que dice el granjero, Patrick Brennan, en cierto momento de la película: “Hay ciertas cosas que un hombre no puede dejar de lado”, y que volvería a ser usada por el escritor, Burt Kennedy, en otros de sus guiones (“Six Black Horses”, “Support your Local Gunfighter”…), podría ser la definitiva motivación por la que, aquel buen hombre, hace lo que hace en este llamativo western con el que el director, Budd Boetticher, se anota otro acierto en su carrera.

La frase citada nos lleva hasta el honor -el propio o el de alguien más-, y es bien seguro que, para el afable granjero, ésta vez se trata de su honor, el de los amigos perdidos y, por supuesto, el de la sensible mujer, Doretta Mims, con la que ahora comparte cautiverio. Ante una situación así, se planea el ajuste de cuentas cada minuto, se está dispuesto a arriesgar la vida… y es bien probable que algunas fuerzas del universo se pongan de tu lado.

Tras perder su caballo en una apuesta que hiciera con el ganadero de quien antes fuera su capataz, Pat termina viajando con su amigo cochero, Ed Rintoon, el cual transporta en ese momento a una pareja de recién casados. Pero, los planes de todos van a cambiar cuando caigan en manos de la pandilla de Frank Usher (si en algo se asemeja a, Roderick Usher, el personaje de Poe, es intencional) y un llamativo choque -y también encuentro- de personalidades tendrá lugar desde entonces, permitiendo vislumbrar un poco del alma de cada uno de los personajes.

Se hablará aquí de las ambiciones calladas; de los caminos que se siguen como consecuencia de un duro pasado; de la empatía que puede darse entre dos seres dispares… y también, ciertos destinos truncados ocuparán un sitio en la escena, para dejar al desnudo el absurdo actuar de ciertos seres carcomidos por el odio. ¿Se hará justicia? ¿Recibirá cada quien exactamente lo que se merece? O como a veces pareciera ocurrir, ¿el mal conseguirá salirse con la suya?

Con, <<LOS CAUTIVOS>> -el guion de Kennedy se basa en la historia, “The Captives” de Elmore Leonard-, estamos ante otro western psicológico de esos que, con austeros presupuestos, lograban la trascendencia gracias a la muy alta sensibilidad y al atinado pulso que caracterizara a Boetticher. Uno siente que está ante personajes reales y es muy plausible que, el director, no pretenda ofrecernos distracción de hora y media, sino hacer espacio para que accedamos a la psicología humana, pues, cuanto más se conoce a los demás, más nos conocemos a nosotros mismos.

Calificado reparto encabezado por Randolph Scott, Maureen O’Sullivan, Richard Boone y Henry Silva.
Luis Guillermo Cardona
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10
2 de junio de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Han pasado ya 10 años y, Manon Cadoret, es ahora una hermosa adolescente de 18 años dispuesta a cuidar la herencia de su padre con el mayor rigor. Su madre se ha reintegrado a la ópera y se encuentra de viaje… y la soledad de la chica la ha aprovechado, Ugolin Soubeyran, para descubrir en su plenitud los encantos que posee, hecho que lo hace sentirse hondamente enamorado… pero, Manon, por su parte, ha estado agudizando sus oídos y pronto estará dispuesta a demostrar que es tan recursiva como su padre… y la gente de Aubagne va a saber de ella.

Así comienza la segunda parte de, “Jean de Florette”, la cual continúa la extensa novela, “L’Eau des Collines” (El Manantial de las Colinas), que, Marcel Pagnol, publicara en 1963, partiendo del extenso guion que él mismo había escrito para la película, “Manon des Sources” (1952) que también se dio el gusto de dirigir.

La trama -prosiguiendo el guion escrito por Claude Berri y Gérard Brach para el cual han cambiado algunos nombres y ciertos incidentes-, se reserva, esta vez, una serie de elementos sorpresa que alcanzarán cuotas muy altas de drama y de estudio sociológico. Se probará, una vez más, que no hay nada oculto bajo el cielo y que no se puede subestimar a nadie porque nadie sabe quién es el otro cuando lo alienta una justa venganza.

Berri, quien también sigue como director, se reafirma con una cálida y preciosa puesta en escena, una fotografía que exalta la naturaleza y que elige siempre el ángulo preciso; una partitura -de Jean-Claude Petit- con algunas melodías que te llegan al alma… y unas actuaciones de un vigor y una fuerza emocional inmensa.

Yves Montand, impresionante en su rol de, César, teniendo que padecer la implacable Ley de Reciprocidad y viendo cómo, con sorpresa tras sorpresa, las ambiciones cobran su mejor significado. Se aplica con él la frase de Pagnol: "El honor es como una cerilla, solo puedes usarlo una vez". Con este personaje, una esplendorosa recreación del juego de la vida que es, sin duda, lo que hace que, <<LA VENGANZA DE MANON>>, tenga ya el sello de la perennidad.

Por su parte, Daniel Auteuil será de nuevo el sorprendente y atribulado Ugolin, con un ansia incontenible de redimirse, pero, incapaz de dar pasos ciertos que le permitan lograrlo. Y Emmanuelle Béart, resplandeciente con su juvenil y fresca belleza, sorprenderá a todos por la vitalidad que demuestra ahora su personaje, el cual se convertirá en el instrumento del universo para que suceda lo que tiene que suceder.

Lo dice, “El Kybalion” -un libro que debería enseñarse en todas las escuelas del mundo porque contiene, absolutamente claras, las leyes de la vida-: “Todo fluye fuera y dentro; todo tiene sus mareas; todas las cosas suben y bajan; la oscilación del péndulo se manifiesta en todo: La medida de la oscilación hacia la derecha será la medida de la oscilación hacia la izquierda. El ritmo compensa”.

Título para Latinoamérica: <<MANON DEL MANANTIAL>>
Luis Guillermo Cardona
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6
27 de mayo de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue este un filme premonitorio: Se terminó de rodar en el mes de octubre del año 1943, cuando faltaban 18 meses para que concluyera la II Guerra Mundial, pero, se ambientó al final de la guerra, cuando se lleva a los estrados a un criminal nazi, como ocurriría luego en el famoso Juicio de Nuremberg. La historia, la escribieron dos respetables judíos: Alfred Neumann (novelista, poeta y dramaturgo alemán, prohibido durante el Tercer Reich, quien tuvo que emigrar hacia los Estados Unidos de Norteamérica para proteger su vida) y Joseph Than (escritor austriaco que debió escapar por el Norte de África, también con rumbo a los EE.UU.). Lester Cole (“The Big Guy”, “The House of the Seven Gables”, “Hostages” …) fue el encargado de trasladarla a guion y puede abonársele que procuró plasmar una historia mesurada, sin tópicos tendenciosos y más interesada en la verdad que en abrumadoras condenas.

El eje del filme es el juicio que, por crímenes de guerra, el Tribunal Internacional de Varsovia, realiza contra el oficial de las SS, Wilhelm Grimm, un alemán que hiciera las veces de profesor en la capital polaca… y quien luego marchara para convertirse en oficial nazi, habiendo dejado a una guapa novia que le sigue esperando cuando un día regresa.

Con una serie de flashbacks, los testigos del caso nos remitirán a los reprobables hechos que protagonizara el oscuro personaje, y también se verá la suerte de resistencia que asumieron los polacos contra la oprobiosa presencia alemana. La historia tiene momentos emotivos y personajes muy interesantes, pero, el escaso vigor narrativo que nos ofrece el director, André de Toth, y su incapacidad para lograr una puesta en escena realmente atractiva, hace que el filme pierda lustre y no impacte como debiera.

Ignoro si fue por austeridad o por incapacidad del director, pero, el único momento en que nos ofrece un masivo ataque alemán, resulta tan pobremente resuelto que pareciera de serie B. También se nota la falta de rigor en la dirección de actores, y en esa misma escena, puede apreciarse lo mal que lucen todos los protagonistas que se encuentran presentes.

No puede decir, André De Toth, que no contó con gente calificada, pues, tenía a Alexander Knox, Henry Travers, Marsha Hunt… pero, podemos “justificarlo” en el hecho de que apenas estaba sembrando sus primeros pinitos en la industria hollywoodense.

En todo caso, <<NONE SHALL ESCAPE>>, es un filme necesario porque recuerda hechos abominables que no debemos permitir que se repitan. El sendero del hombre es la Evolución… ¡nunca el retroceso!

Título para Latinoamérica: DEUDAS IMPERDONABLES
Luis Guillermo Cardona
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