Un título sugerente, una película decadente.
A los 10 minutos uno comienza a esperar un milagro que finalmente nunca llega.
Cinco historias centradas en el antes, el durante y el después de la consumación del acto sexual. Pero en los tres momentos lo único que predomina es la palabra y esta aburre en determinadas circunstancias.
Un matrimonio agobiado por el tedio, amigos que se desean, dos ex y un triste reencuentro, un futuro matrimonio con ganas de experimentar y dos en una primera cita. Ninguna de las historias logra despegar de la chatura en la que se desarrolla el film. No es comedia, no es drama, no es erótica, deambula en la nada misma y en ella se queda. Solo para ver si quieres cortar climas charlando y necesitas material inspirador.
Lo único rescatable: algunos temas de la banda sonora.

Dos hermanos, uno casi virginal y otro de tendencias autodestrucivas, como consecuencia de su corazón maltrecho, se encuentran para el famoso día de acción de gracias.
Pero la familia ya no es lo que era, secretos oscuros se ocultan bajo el manto familiar...

La peli aborda diversos temas de manera sutil, elegante y con buen ritmo, colocando ante nuestros ojos todas las multidimensionales capas, que portamos nosotros, los seres humanos.
Culpa, deseo, rencor, secretos, amor, dolor, lealtad, familia y otros abstractos, se exponen en una cinta de corte intimista y realista, perfectamente filmada y de la que es sencillo gustar.

Si te van el cine indie y las buenas historias, no dudes en verla.


1600producciones

Autódromo: gélidas montañas noruegas.

Público: escaso (como debe ser en todo sitio helado)

Pista: de nieve, con obstáculos y diferentes pits stops, atendidos por solitarios personajes que escapando, buscaron calor en el frío y terminaron congelando sus almas, que de todas formas, arderán en los leños traídos por un forastero.

Piloto: un joven panzón de 30 años deprimido por aquello que ya no es, alejado de la alta competencia que alguna vez llenó y vació su vida (vida que ahora llena con humos y alcohol...). Que accidentalmente volverá a las pistas buscando su propio Norte.

Vehículo: una noble moto de nieve, impulsada a licor y capaz de tolerar la mayoría de los embates de un piloto desesperado por llegar a algún lugar.

Todo está preparado y... LARGADA!!!!! para esta hermosa road movie nórdica, de ritmos cambiantes y sonidos de corte irlandés, donde viajar hará las veces de metáfora del deseo perdido y donde lo pasado es cremado, ya que viajar ligero es imprescindible para llegar a la meta, o mejor dicho, para encontrarla.

Acomódate en tu palco y disfruta de esta sencilla y atrapante carrera contra uno mismo...


1600producciones

Vi esta película por la rareza que suponía para mí, un film indio de terror. Con la mente abierta, mi novia, yo y su hermanita de 15 años (amante del género), armamos el clima ideal: oscuridad, buen audio, silencio. Afuera frío y llovizna. Casi imposible no sobresaltarse, al menos con alguna toma... casi, porque el Sr. Kumar lo logra.

Promediando la hora de proyección, había más risas en la sala que con cualquier comedia. La narración imposible, el guión disparatado, las actuaciones irreales, la banda de sonido obvia y exagerada tratando de generar un clima de tensión con imágenes casi infantiles, las ideas "inspiradas en otros films" (la foto borrosa de The Ring, entre otras), los video clips súper Pop, pero del peor y una larga lista de etcéteras, se encargaron de aplacar cualquier insinuación de terror.

Entrando en las casi dos horas, la luz ya estaba encendida, todos saboreábamos algún dulce mientras comentábamos escenas de otros films, tratando de esquivar el sueño y esperando el tan ansiado final.

Lo mejor: la increíble actuación del perro, a él, sí se lo notaba enojado y asustado...

Miré atentamente la cajita del dvd, con alguna esperanza de disfrutar de un film de terror, lo introduje lentamente en el reproductor, generé el clima necesario (silencio, oscuridad, etc) y de pronto... nada por aquí y nada por allá. La sabia magia de Merlín, o el mejor truco de Houdini habían logrado desaparecer todo, ya no encontraría allí ni el más mínimo atisbo de séptimo arte, pues todo se había esfumado en la inmensidad del éter. Dentro de esos espantosos minutos no había nada, nada de nada, ni una idea, ni un guión, ni una actuación, ni una toma, ni un sonido que no haya visto antes.
No lo hagas, ni aún por la curiosidad de ver algo tan pero tan feo.