Qué bueno: una de Juego de Tronos con escafandras y naves del espacio. Vamos a verla.

Pero no: un pretencioso rollo patatero, donde nunca te lo acaban de contar del todo, y siempre andas como de puntillas no sea que cuando bostezas el director le dé por darte la clave de la peli.
Además no es tan original: desde Solaris ya cansan las naves malignas que vuelven locos a sus tripulantes resucitando a sus seres queridos.

Pero sobre todo en esta serie falla el tono: no te puedes pasar 10 horas sufriendo rostros sudorosos, llorosos, chillones, susurrantes, más sudor con los ojos saltones manando sangre... y sin entender una boñiga de esta serie pretenciosa de primeros planos que bien pudieran formar parte del El séptimo sello de Ingmar Bergman.

Acabas aborreciendo a estos patéticos "astronautas" todo el tiempo sobrepasados por unas circunstancias que nadie acaba de comprender.

La serie fue cancelada, uf, menos mal; estoy agotado de tanto mensaje subliminal y caras agrias y deformadas y mensajes entrecortados de ambiente claustrofóbico (me alegraba ver de vez en cuando algún otro tripulante de la nave que pasaba por allí).

No debiste permitir esta adaptación de tu novela George R.R. Martin.

La Huérfana tiene dos pelis: una del 2009 y después como precuela la del 2022.

Aconsejo ver primero la del 2022 y luego la del 2009.
Ambas vienen a ser lo mismo, aunque es mejor la del 2009.
Voy a criticar las dos a la vez.

2021: Si recordáis en sagas a lo Viernes 13 o Halloween y (eso sí eran sagas, no creo que ésta dé para tanto) Jason/Michael Myers mataba de vez en cuando a indeseables "que se lo tenían merecido": la rubia promiscua tonta, el chulo tóxico o el criminal patán.
Gentuza que cuando caían presa del malote no soltabas lágrima.

Un poco a eso juegan con la del 2022; la bicha es una enana bien jodida, pero acabará desmontándoles la paraeta homicida a la familia monster que la adoptó.

La del 2009, repite elementos, aunque se parecería más a "Chucky, el muñeco diabólico": un alien-5º pasajero que irá destrozando a la chitacallando a la idílica familia americana (o casi).
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En ambas pelis me hubiera gustado desarrollaran más la relación edípica padre-hija: un poco más de desarrollo y morboso atrevimiento hubiera subido grados aunque igual no la pasarían por las correctitas plataformas...

La actriz del 2022 es la misma del 2009, eso hace que sea más creíble en su papel en el 2009 que en el 2022, donde ya está algo viejuna para pasar por una inocente enana y pura.
Tratan de mitigar a la decadente del 2022 metiendo mucha doble niña de verdad en planos donde se la ve de lejos o de espaldas.

En definitiva, se dejan ver, del montón pero entretenidas: serían como esas pelis domingueras en Antena3 pero con algo más de sangre y malicia.

El subgénero de los retornados: muertos que vuelven pero no son zombis, más o menos se ajusta pero no al 100%.

Esta serie es más de misterio que de terror o ciencia ficción, aunque tiene un poco de todo.

Son de esas series que gustan más cuanto menos sabes; cuando empiezan a mostrar las cartas, cuando explican el por qué de lo que pasa ya entramos en delirios y contradicciones.

Tiene secuencias y resoluciones tabús en el mundillo de las posturas consideradas como «políticamente correctas» (tal vez por venir de la lejana Islandia donde las zarpas woke todavía no han llegado): en ese sentido, tiene momentos de gran intensidad y valentía. Por ejemplo los suicidios y el neonaticidio.

La serie se aguanta hasta el final y la seguiré viendo cuando vuelva a emitirse, claro que sí.

(Será una chorrada pero no he podido dejar de pensar en el volcán de La Palma: esos parajes ennegrecidos por las cenizas, pueblos abandonados, proyectos y negocios truncados, etc. Una pena, que le quita romanticismo al Cumbre Vieja lanzando fuego; en ese sentido la serie me ha acercado a la tragedia de mis conciudadanos de La Palma. No es crítica a la serie pero os lo tenía que decir).

Todo el mundo simpatiza y empatiza con una secuestrada, "válgame dios, qué horror".
Eso es fácil.
Pero esta miniserie también logra que desconfíes (tal vez odies) a la secuestrada según vaya aclarándose lo sucedido en sus 13ñ de secuestro (ahora tiene 26 años).
Y eso es un gran logro: no todo es como lo que parece, se siembran medidas desconfianzas que te hacen preguntarte si estás ante una víctima o una cómplice (tal vez asesina).

La actriz posee una psicomotricidad a lo "tío calambres", unos tics y maneras (se estira las mangas para ocultar sus manos y mueve ojos y torso como si tuviera huesos de goma) que te hacen dudar tanto de su claridad mental como de su sufrimiento por un posible ‘síndrome del secuestrado’, anhelando regresar con el secuestrado.

Y es que la serie trata de abordar una especie de "Síndrome de Estocolmo" a medio cocer, que nunca llegas a concluir.

Aunque es de las series que enganchan, no le doy un 10, porque debería haberse ceñido al plan de plantearla como "basada en hechos reales", ya que lo que desmerecen son los giros y secuencias sacadas del "manual del buen guionista".

Hay dos tipos de pelis pandémicas:
(1) Las que predijeron un brote como el coronavirus (y muy bien como en "Contagio" - 2011);
y (2) las actuales-conspiranoicas que nos recuerdan dónde estamos y hacia dónde vamos.

En esta peli la historia de amor es plana y algo tontuna, pero, una vez más, plantea que los políticos aprovecharán que no podemos salir a la calle a protestar para colarnos sus corruptelas.

Con la que está cayendo estas pelis se ven más como pseudo·reportajes o temores de lo que nos viene que como pura ficción.
Ver una peli de terror-con-mascarillas cuando en tu calle la gente deambula-con-mascarillas no deja de angustiar como en una pesadilla a lo Freddy Krueger de la que no nos pudiéramos despertar (aunque apaguemos la tele el monstruo sigue ahí).