Tiene todos los ingredientes para ser casi una obra maestra del suspense y del terror. Muchacha indefensa, bosque tenebroso, casa victoriana con un sinfín de rincones ocultos a través de siniestras escaleras, pobre anciana postrada en la cama, hijos extraños y sospechosos, tormenta en la noche, en fin, que te mantiene en vilo de principio a fin.
Buena la interpretación de la encantadora y angelical protagonista, fantástica Ethel Barrymore como la enferma y una mención a la enfermera que me pareció genial.
El reparto masculino quizá adolece de una cierta ambigüedad que los hace menos creíbles, no obstante la película no baja de ritmo en ningún momento y el final espectacular, digno final de una estupenda película.

La historia es muy banal, madre protectora de una hija díscola que comete un error que termina en tragedia.
Decide proteger a su hija a capa y espada y en eso se cruza un chantajista poco creíble y que encima se enamora de golpe de la chantajeada madre.
Como se puede ver bastante forzado todo pero gracias a una buena dirección e interpretación por parte de Joan Bennet y a que el metraje no es excesivo se deja ver con amabilidad y buena fe por parte del espectador.

Que buenas películas se hacían en las décadas de los 40/50!!!
Con argumento, intriga, suspense y grandes desenlaces sin tener que recurrir a efectos especiales ni excesivas licencias para que la historia resulte creíble.
La interpretación a la altura del guión y la dirección del maestro Lubin.

Pues he decidido que no, no me la puedo creer porque es artificiosa, no refleja para nada la relación de un matrimonio maduro mínimamente creíble.
Es un invento mas de historia complicada a lo Igmar Bergman, con toques de psicoanálisis y remates bobos y estúpidos. Me aburrió y a pesar de que quiere ser "profunda" es intrascendental y retórica.
Lógicamente estos experimentos supuestamente "inteligentes" gozan del beneplácito de la crítica que parece vivir mas en el limbo que sobre la faz de la tierra.

Muy interesante, narrada con buen ritmo y acierto, este film francés sobre la justicia y sus entresijos.
El actor Olivier Gourmet en el papel de abogado defensor fabuloso y muy bien secundado por la actirz Marina Fois.
Mantiene la atención del espectador hasta llegar a un final casi diría espectacular.
Buen cine francés.