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España España · Madrid
Críticas de Deckard
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Críticas 27
Críticas ordenadas por utilidad
8
2 de noviembre de 2020
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película sin grandes pretensiones pero muy bien desarrollada y acabada, con la consabida alta sociedad de la época. El trabajo de los actores, y sobre todo el de las actrices secundarias, sensacional, especialmente el trabajo de la británica Mia Goth que roba todas y cada una de las escenas en las que aparece. Me encantó. Por cierto, qué diferencia de trabajos de actuación al compararlos con los de la mayoría de la basura que se produce en nuestro país.
Deckard
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6
4 de octubre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título, tal como aparece en nuestras carteleras, tiene tintes de insulto a los españoles, pues el título original en inglés “Greenland”, no ha sido traducido en español como debe ser: “Groenlandia”. Me atrevo a decir que muchos españoles e incluso buen número de cinéfilos han pasado por alto que el título hace referencia a la isla más grande del mundo, Groenlandia, que es parte del territorio del Reino de Dinamarca. Pero el insulto es doble; por un lado, al no haber traducido el título original correctamente y, por otro lado, haberle añadido “El último refugio” en perfecto español, algo nada extraño con tanto publicista que parece desconocer nuestra lengua y cultura aunque sea español (no vende más un título en inglés, solo parece más pijo).

Al margen del título, la película parece haber contado con la influencia nada desdeñable de la política estadounidense pues, de no conocer la realidad, se creería en todo momento que Groenlandia pertenece a los Estados Unidos de América, ya que en ningún momento se desmiente, ni se ve en toda la película (ni siquiera al final, cuando sería pertinente) ni una bandera danesa ni una bandera autonómica de Groenlandia, donde viven unos 56.000 habitantes de nacionalidad danesa. Como europeo me parece inaceptable, pero como danés me irritaría mucho. Pues, aunque Trump ha expresado hace un año su deseo de comprar Groenlandia con sus recursos mineros, turismo y emplazamiento geoestratégico (con respuesta a nivel de choteo de Dinamarca y la autonomía de Groenlandia), la película no debería haber ignorado a quién pertenece la enorme y fría isla, pues los despistados saldrán del cine creyendo que es estadounidense.

Muy mal por el director Ric Roman Waugh al no aclarar esta cuestión, pero no es único elemento criticable. En mi opinión la historia de los restos de un asteroide en curso de impacto sobre nuestro planeta es creíble y los efectos especiales son muy buenos, dando pie a describir la condición humana ante la supervivencia (que solo recoge las pasiones en el terreno americano, cómo no). Gerard Butler sigue tan hierático e inexpresivo como nos tiene acostumbrados últimamente, y Morena Baccarin acumula quizá demasiados retoques de estética, pues no la reconozco de sus buenas interpretaciones de otros momentos, como en la serie Mentalista. Scott Glenn aparece muy arrugado a sus 81 años, pero sólido como en sus buenos tiempos de Silverado.

Sin embargo, lo más destacable para mí de la película, aparte del guión prometedor y los buenos efectos (ignorando las mediocres interpretaciones o los pocos extras contratados para las grandes aglomeraciones que se deberían ver ante las bases militares), es el subrayado subliminal muy politizado, mucho más allá de la ignorada nacionalidad de Groenlandia. Así, ante la inminencia de la caída de partes del asteroide, los “héroes” entre la confusión y el egoísmo, son siempre de raza negra, mientras los de raza blanca son los verdaderos villanos. ¿Black lives matter? Es evidente que los nuevos parámetros para valorar las películas a los óscar impuestas por Hollywood comienzan a distorsionar la libertad de creación de los directores y guionistas. Los óscar ya están muy desprestigiados, no era necesario darles la puntilla.
Deckard
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6
2 de noviembre de 2020
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para un director que ha hecho Forrest Gump, Contact, Náufrago, Cuento de Navidad o Tras el corazón verde (inolvidable y bella Kathleen Turner), esta película tiene que haberle dejado un sentimiento de fracaso, eso sí, con unos efectos especiales muy hechizados que no llegan a realzar un guión pobremente adaptado y desarrollado.
Deckard
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8
26 de octubre de 2022
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es un enigma por qué esta serie se titula “Un Asunto privado” en lugar de “El asesino de la flor de lis”, aunque quizá algún día nos enteremos (no quiero pensar en el rechazo por su relación con las heráldicas francesas o con la también simbología religiosa u otras).

La serie de ocho capítulos, de producción española (Bambú Producciones), es un trabajo decente lejos del esperpento y la mala copia tan habituales en las producciones nacionales. Además, no se aprecian adoctrinamientos progresistas, de memoria histórica u otras referencias guerracivilistas. Lo que sí queda claro y patente, no obstante, es que su leitmotiv es la no inferior (o incluso superior) inteligencia detectivesca femenina, sobre el resto de los personajes masculinos, policías aparentemente menos capacitados (qué se le va a hacer en estos tiempos ‘woke’), y todo ello en aquel contexto de mediados del siglo XX en Galicia, en una sociedad de reminiscencias matriarcales, pero controlada por hombres.

La serie se ambienta en mil novecientos cuarenta y tantos, básicamente en Pontevedra y sus alrededores, captando unos magníficos edificios, exteriores y paisajes que es un verdadero obsequio de esta serie, sin duda una de sus mejores virtudes. Son fantásticas las tomas en la ciudad vieja de Pontevedra, las Islas Cíes, y otras playas y bellos paisajes bien filmados. La cámara se mueve con una enorme soltura y maestría y habla por sí sola. Excelentes son también los interiores, sus muebles y detalles, así como el vestuario y automóviles de época, todo ello resaltado por una fotografía magistral de Daniel Aranyo y Daniel Sosa. Enhorabuena.

La trama es simple, copiada mil veces, una serie de intriga de policías donde la contrapartida está a cargo de los dos protagonistas; por un lado, la hermana del jefe de policía, Marina Quiroga (interpretada por Aura Garrido) y, por otro, el mayordomo de la casa de la familia Quiroga, Héctor, interpretado por el gran Jean Reno (el actor principal aunque sea el mayordomo escondidamente gay). El jefe de policía es el también hermano de Marina, Arturo Quiroga (Pablo Molinero), y otros policías son Pablo Zarco (Gorka Otxoa), Andrés Castaño (Álex García) y Antón Ramírez (Tito Valverde). Marina y Arturo son hijos de quien fuera un reputado comisario de policía y ambos han heredado la vocación de detective, aunque Marina sufre ser mujer en aquellos tiempos.

Se empiezan a producir asesinatos en serie de prostitutas con una flor de lis grabada a cuchillo en el pecho (muy complicado, por cierto) y Marina, joven inquieta (y a quien su padre inculcó los principios de buen detective) tratará de hacer otra investigación paralela por su cuenta con la inestimable ayuda de Héctor, el mayordomo, tratando de demostrar que es capaz de superar al machismo policial. El guion salta a veces a conclusiones sin causa aparente, como si hubiera sido rehén de los exteriores necesarios o del decorado, aunque al final se cierra bien.

El trabajo del estelar Jean Reno como el mayordomo Héctor es muy bueno, aunque sea un papel que no haya interpretado mucho anteriormente. Yo destacaría también el excelente trabajo de Gorka Otxoa, muy creíble siempre y destilando esa vis cómica que le caracteriza y gusta. Ángela Molina, como la madre-florero de los Quiroga sobreactúa bastante. Y el resto de los actores secundarios está francamente bien. Sin embargo, la actuación de la protagonista femenina alrededor de la que gira la serie, Aura Garrido, no me ha gustado, sin saber compaginar el carácter de una mujer joven, ambiciosa e inquieta, con la contención de una actuación sin tantas estridencias como muestra a menudo.

Una buena serie, en definitiva, que nos muestra lo mejor de lo que es capaz nuestro cine/series cuando dispone de buena financiación y una distribución en Amazon Prime, con un excelente elenco técnico y profesional, especialmente el artístico y la fotografía que ha sabido capturar la belleza visual de Galicia.
Deckard
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7
12 de febrero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 10 de marzo de 2024 se repartirán los premios Oscar, tan desprestigiados por la corriente 'woke' que cada vez menos gente les presta atención, como así lo demuestra que el Oscar a mejor película de los últimos tres años cuente con cifras mínimas de espectadores en la historia de estos premios [Nomadland (2021); Coda (2022); y Everything Everywhere All at Once (2023)].

“Los que se quedan” es el título español de la película “The Holdovers”, aunque en inglés parece jugarse con la más empleada palabra de “leftovers” (“las sobras” o “los restos”, en español), pues “holdovers” vendría a reflejar que son restos o remanentes al no quedarles más remedio, retenidos por su propio destino.

Alexander Payne, ya logró cinco nominaciones en 2004 con “Entre copas” (Sideways), incluyendo la mejor película y mejor dirección, aunque solo consiguió el Oscar al mejor guion adaptado. Paul Giamatti tuvo el rol principal en aquella película, pero no obtuvo la nominación por su excelente trabajo que, no obstante, otorgaron a sus compañeros de reparto. Payne lo intenta de nuevo en 2023 con Giamatti en “Los que se quedan”, con sólido guion, alcanzando de nuevo las cinco nominaciones, a mejor película, mejor actor principal, mejor guion original, mejor actriz secundaria (Da'Vine Joy Randolph) y mejor montaje. Payne no ha logrado esta vez la nominación a mejor dirección, como tampoco el excelente trabajo de Dominic Sessa como actor secundario.

La historia se desarrolla en un colegio estadounidense para niños ricos de Nueva Inglaterra (se rodó en el estado de Massachusetts), la Barton Academy, cerca de Boston, donde Paul Hunham (Paul Giamatti) es profesor de Historia Antigua, un hombre honesto y de la vieja escuela, con un ojo vago, que no se deja doblegar por las presiones del director del centro para aprobar al hijo de un senador y, a la vez, importante donante del centro académico. Su personalidad recta e inflexible le depara el odio generalizado de sus alumnos y también de sus compañeros profesores.

Llegan las frías y nevadas Navidades de 1970 y el centro Barton suspende las clases por vacaciones navideñas y fin de año, aunque algunos alumnos no podrán irse porque sus acaudalados padres, o no pueden reunirse con él, o prefieren no hacerlo. Por ello un profesor deberá quedarse de guardia como responsable durante esos días. Si bien esta vez no le correspondía al profesor Hunham, se la juegan y deberá quedarse él, junto con un pequeño grupo de alumnos con sensación de olvidados, aunque muy pronto sólo quedará uno, Angus Tully (Dominic Sessa), un alumno conflictivo a quien su madre le comunica en el último momento que no podrán reunirse, obligándole a quedarse en el colegio durante el periodo navideño.

En Navidad quedarán en Barton solamente la jefa de cocina Mary Lamb (Da'Vine Joy Randolph), de la que sabemos que su hijo de veinte años acaba de morir en Vietnam (estamos en plena guerra); el profesor Paul Hunham y el frustrado e inteligente alumno Angus Tully.

Las imágenes de los nevados alrededores de Barton contrastan con los lúgubres interiores, espartanos dormitorios y limitada cocina del colegio, pues no parecen ser los más acordes para un colegio de niños ricos (se rodó en cinco escuelas de Massachusetts, pero no con gran acierto, al parecer).

Los vivos, simpáticos y malsonantes diálogos iniciales de los estudiantes mientras preparan sus maletas para las vacaciones irán dando paso al cincelado continuo de las personalidades de los tres protagonistas y a la razón de por qué realmente son los que se quedan porque no han podido irse.

El guion va perfilando los personajes y lo que tienen en común. Los tres están marcados por sucesos de su pasado, arrastran una pesada carga y nada parece poder redimirles y superar el rencor, la injusticia o el azar, que la vida les ha deparado.

El momento crucial se presenta y los tres personajes se apoyarán mutuamente en la medida de sus capacidades. Paul no puede traicionar su integridad y en un acto de honestidad, como buen profesor, se sacrificará en favor de su alumno y de un merecido destino. Mary parece haber encontrado en la familia de su hermana un resquicio de esperanza. Paul seguirá su camino, de la única forma que un hombre como él puede hacerlo.

El film está rodado con pulcritud, con muy buena ambientación de exteriores y de época en esos fríos días de 1970-1971, aunque las imágenes en interiores son francamente mejorables. Las actuaciones son todas magníficas (qué envidia de actores cuando se compara…): Paul Giamatti (cuyos ojos están perfectamente en la realidad) puede tener posibilidades para el Oscar a mejor actor y la secundaria Randolph también. Quien también borda su papel es Dominic Sessa, quizá algo talludo para encarnar a un adolescente preuniversitario, aunque muy creíble. El guion de David Hemingson, aun siendo bastante bueno, deja flecos sin cerrar de la personalidad de Paul, como las razones de su aparente o forzada misoginia o sobre su verdadera capacidad intelectual. La sombra de la guerra de Vietnam planea quizá en exceso a través de Mary, como resulta también algo forzada la excesiva afición por el bourbon de los dos protagonistas adultos, o el innecesario ojo vago para dar a Paul un aire menos atrayente (y que en algunas escenas se exagera hasta la ridiculez).
Deckard
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