Tal vez serán por un par de minutos de más, pero es por poner algo para justificar ese 9 casi 10. Casino Royale es mucho más que una película de James Bond, como apuntan muchas críticas. Daniel Craig nos descubre magistralmente facetas ocultas y sorprendentes del personaje que son fieles a los escritos de su creador Ian Fleming y al mismo tiempo sorprenden a propios y extraños refrescando una franquicia reiniciada que ta estaba tocando muy fondo. El ritmo es ágil y la acción impresionante. El suspense se reparte cuales ases sobre la mesa y la historia de amor perfectamente relatada y ejecutada termina de complejizar la trama.

A diferencia del tridente protagonista del filme (Batman/Gordon/Dent), Christopher Nolan sí consiguió ser un hombre realmente decente en tiempos de cine indecentes. Hacía mucho tiempo que el sentido de la calidad se había perdido entre toneladas de empaques, de secuelas, de explosiones y tirabuzones excesivos disfrazados de giros de guión. El caballero oscuro consiguió cambiar todo eso infiltrándose en el género comercial y saliendo a la luz mostrando sus verdaderos colores. En su calidad de secuela y dentro del género de superhéroes era relativamente fácil augurar una decepción u otra entrada más sin especial relevancia. Nadie pudo prever el enorme impacto que esta película causó, causa y seguirá causando en futuras generaciones de estrenos y sucesores: su discurso llevado a la pantalla de forma inteligente, sus cuestiones morales bien casadas con la historia y definiendo a su vez a los personajes, ese guión impresionante con un ritmo magistral lleno de diálogos y momentos intimistas y espectaculares, esos personajes tan bien interpretados y definidos que te clavan en la butaca desde el principio. No es sólo un Joker terrorífico e hipnótico, ni un Batman tan detectivesco como estábamos ansiando. No son sólo escenas de acción adrenalíticas sin movimientos de cámara exagerados o un estilo visual impecable e inusual para una película de su género. Es como todo eso y más confluye dentro de la historia, de forma magistral. Si tiene errores o agujeros, son genialmente tapados. Si la primera visión no convence tranquilidad, la película gana con cada visionado sin llegar a cansar. A mí al menos no. Y mira que a alguien como yo no se le engancha tan fácil. Una película perfecta. La primera que veo así en muchísimo tiempo. Y creo que tardaremos en volver a ver algo igual.