Aunque no es la primera película en donde hay alguien que tiene la capacidad de ver a los muertos y/o comunicarse con ellos, sí que es al menos original en la forma de plantearlo. En ningún caso estamos ante una comedia de terror, simplemente es una comedia con muertos de por medio.
El binomio "chanante" Areces-Reyes consiguen funcionar como casi siempre y sacar la mayoría de las risas, sumándose a ello los personajes de Raúl Arévalo, Silvia Abril y Luis Varela.
Personajes y escenas divertidas en una película que logra hacer reír y olvidar por un buen rato las penas y preocupaciones.

Una buena historia y unas buenas interpretaciones con trasfondo real. La sordidez de los escenarios, los personajes y las situaciones descritas consiguen transmitirnos sensación de agobio, de marginalidad; de vidas, en algunos de los casos, vacías, huecas... cuyo trabajo habituado a ser expeditivo y a tratar con la peor "chusma" solo sirve, a pesar de ello, para tener un aliciente en el día a día.
Esta descripción se ajusta especialmente al personaje interpretado por Antonio de la Torre, magnífico actor por otra parte. Su personaje se va desgranando poco a poco y deja ver la soledad que padece, la cual hace que desemboque, especialmente en la primera parte de la película y al final, en ira y violencia en su trabajo y el cual utiliza como evasión y medio de desahogo.
Bastante buena en general aunque por momentos cuesta entender lo que dicen algunos de los actores. La buena dicción no debería estar reñida con la caracterización del personaje o el acento de éste.

He de decir que cuando vi la primera parte pensé que la fuga de cerebros se había producido entre los guionistas; resultaba evidente. Veo esta segunda y sin llegar a cambiar del todo mi idea, también debo pensar que son comedias que no se pueden tomar en absoluto en serio, lo que está diréctamente reñido con la credibilidad de la historia.
Partiendo de esta premisa hay que verlas olvidando cualquier relación entre ficción y realismo, simplemente dejándose llevar. A partir de aquí ya solo es cuestión de que a cada cual le resulten más o menos graciosos sus gags o sus diálogos.
Es entendible que hayan funcionado muy bien ambas en taquilla; la historia de cinco chavales variopintos (olvidemos el cliché fácil también) que se juntan desde los tiernos años de la infancia porque no son nada populares, hace que el público más joven sobre todo se identifique con ellos. Esto unido al humor más zafio que se pueda uno imaginar hacen un binomio perfecto para ese público. De ahí se entiende que la primera parte obtuviera el premio del público en el festival de Málaga.
De todas maneras esta segunda parte es probablemente más divertida que su predecesora y cada vez que Alberto Amarilla o Canco Rodríguez están en pantalla la cosa sube puntos. También muy divertidas las apariciones de J.M. Montilla "El Langui".
El estar coproducidas por Antena 3 y Globomedia justifica la aparición de actores televisivos en ambas partes.

El contacto con una página web que anuncia un maravilloso y relajante hotel en India es el punto de partida para que unas cuantas personas en edad de jubilación pongan rumbo al tal hotel para descubrir sus maravillosos encantos. Pero a su llegada pronto descubrirán que nada de lo que habían visto era como pensaban y tendrán que sobreponerse y aceptar la realidad.
En su gran y experto reparto, compuesto por algunos de los grandes veteranos del cine inglés, reside el principal reclamo de la película. El choque cultural y la edad de los protagonistas sirven en bandeja de plata alguna que otra gracia del guión que sin embargo no llega a ser todo lo bueno que quizá podría.
También son destacables las narraciones en off a modo de diario hechas a través del personaje de Judi Dench.
Ojalá en la vida real siempre fuera aplicable ese dicho indio -muy optimista él- "al final todo saldrá bien y si no sale bien es que aún no es el final" que utilizan varias veces en la película. Lamentablemente sabemos que eso no siempre sucede así.

Me gusta, lo reconozco. Y no soy chica... ni falta que hace. Me gustan sus ingeniosos diálogos de cafetería y me gustan los cuatro personajes principales.
Hay que reconocerle el mérito que tiene al haber conseguido un éxito probablemente insospechado, girando toda la serie en torno a cuatro personajes femeninos que a lo largo de seis temporadas nos hablan de sus relaciones personales y sexuales (particularmente lo digo por esto segundo) sin ningún tipo de pudor ni de tapujo. Mayor mérito por ser una producción hecha en un país que al menos desde fuera vemos como un país que se rige en muchos momentos por una falsa doble moral y su mayor éxito reside precisamente en su lugar de origen.
A través del personaje de Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker) y su columna sobre sexo en un periódico neoyorquino, nos acercan en cada episodio a la visión femenina de los placeres carnales en todas sus variantes, siempre con un toque de humor.
Es divertida, ingeniosa y desenfadada. Las cuatro actrices están maravillosas en sus papeles y cada uno de ellos aporta algo en función de la manera de ser del personaje, pero es especialmente ácido y divertido el de Samantha (Kim Cattrall) como "devorahombres".
Supongo que uno debe verla de inicio libre de prejuicios porque sino mejor que no lo hagas. Más todavía señalando al público masculino.