Alucino con toda esa gente que dice que esto es un peliculón. A mi me ha parecido una película correcta pero muy irritante por culpa de Joan Crawford, que es una excelente actiz pero aquí aparece siempre en el artificioso papel de estrella vestida como la reina de Saba, o llevando esos voluminosos y pesados abrigos de piel que parece que está en Siberia y no en San Francisco. Sus reacciones también resultan irritantes; se entera de la movida chunga y solo se le ocurre arrastrar la espalda contra las paredes durante horas y con la lagrimita en el ojo, en vez de ponerse ropa cómoda y sencilla y darse el piro. En fin, ha habido momentos en que me reía de lo ridículo que era todo.

Es raro que nada más empezar a ver una peli te digas, coño, qué mal dirigido está esto. Y es que todo son planos sin ton ni son, planos deformados, efectistas, muy angulares, cenitales, planos a base de steadycam por un tubo también, pero mal montados y sin ninguna función ni sentido. Como si estuviera dirigido por un director de videoclips malos que se hubiera tomado un ácido también de los malos. Y del argumento, no sé qué decir, salvo que un tema a priori interesante logra hacerse soporífero.

El otro día vi El Carnicero, también de Chabrol, y me quedé muy impresionado, me encantó. Así que me puse a ver esta película impulsado por el buen sabor de boca que me habia dejado aquella. Y me ha gustado, para que lo vamos a negar, pero algo o bastante menos que El Carnicero. A esta historia sobre los secretos de una peculiar empleada de hogar y su amistad con otra chica, no menos rara, a través de la cual se van retroalimentando sus respectivas psicopatías, le falta verosililitud y sutileza, sobre todo en el impactante final. Por lo demás, es un película que se sigue con interés y una progresiva tensión, y que también puede interpretarse en clave de lucha de clases.

Un mediocre western que ya era anticuado en el momento de su estreno. Me refiero sobre todo a esas escenas de exteriores ostentosamente hechas en estudio y esos planos de de los actores rodeados de un fino halo verde producto de la aun primitiva técnica de la pantalla verde en la que se incrusta un paisaje de fondo. Si algo bueno tenían los westerns es que estaban rodados en escenarios naturales al aire libre, pero aquí ni eso, a los actores los ruedan en estudio con pantalla verde y luego añaden algunas escenas en exteriores con un doble visto de espaldas para que de el pego. En fin, una chapuza grotesca en una época en la que Leone ya había hecho su revolucionaria y naturalista trilogía del dolar.

Este thriller al principio parece que promete, sobre todo por poder ver esa España de 1971, pero pronto empieza a decepcionar. Aunque la accion ocurre en el sur de España y Portugal, hay un momento en que cruzan la frontera con Francia, pero los paisajes y los edificios y el ambiente siguen siendo los mismos que en el sur de España (al parecer se rodó todo en Malaga). En fin, bastante ridículo todo, aunque supongo que en Iowa esta inverosimilitud geográfica les habrá pasado desapercibida. En todo caso, no me extraña que John Huston se apease del proyecto. Pero tampoco Fleischer (que no es precisamente mal director) pudo sacarle mucho partido a ese guión y esos planteamientos de producción. En cuanto a la fotografía, no es que esté mal, pero de Sven Nykvist, el reputado fotógrafo de Bergman, se podía esperar un poco más. Y sigo en spoiler para señalar otra ridiculez...