No es una película que resulte 100% extraordinaria, pero sí es una oportunidad para aquellos que gustamos experimentar texturas visuales no cotidianas, ya que nos ofrece gracias a su 3D, un nuevo mundo sensorial con esas creaciones que con la tecnología se consiguieron elaborar.

Con respecto a la historia, desde el principio hasta el fin, lo que te lleva de la mano para conocerla, es la comicidad aplicada en el filme; juega en los diálogos con un tema que para muchos pudiera ser serio: religión, pero logra acomodar el toque cómico en él y conquistar la risa de los espectadores.

Otra de sus características a resaltar es que para algunas personas, es una película con crueldad, por las situaciones que los animales que participan en la historia, padecen.

El final te crea un cambio de percepción de la trama, que si no te tomas unos segundos para analizar ese punto que la historia te brinda para captar la trama, te quedas con confusión.

Zurdo es un filme que está fuera de lo convencional cuando de cine mexicano hablamos.

En lo personal, considero que el desarrollo de la trama que gira entorno a un juego de niños es forma de apuestas, es un tanto absurdo si pensamos transportarlo a la vida real; pero es precisamente este hecho, lo que crea la grandeza de ésta película, te regala fantasía, cabe mencionar, muy bien manejada.

La obra nos deja experimentar adrenalina con sus escenas reales y la utilización de la tecnología avanzada que introduce tomas en tercera dimensión; un muy buen trabajo realizado, pues no con facilidad logras distinguir una de otra.

La mayoría de los personajes juegan papeles muy bien colocados en la historia, todos ellos son tan comunes que permiten retratar una realidad si vemos la película desde un punto de vista sociológico; a excepción de uno de los personajes clave, considero que la caracterización fue algo exagerada para ser parte de tal historia.

Un punto que no se puede dejar escapar de este trabajo, es la música incidental creada por Paul Van Dick que consigue llevar al tope la estimulación de adrenalina al espectador, combinando su arte sonoro con el resto de la producción visual.

La comicidad no pudo quedar a un lado en esta cinta; resulta una característica muy bien manejada que lleva al equilibrio de emociones en el público, que en un momento llega a sentir coraje, y entonces de pronto se relaja con la risa.

Sin duda es una obra mexicana que muestra que aún con relativamente poco presupuesto, se puede conseguir un buen trabajo fílmico, sólo es cuestión de saber utilizar la creatividad.