Qué simbólico el hecho que esta nave tenga forma de ataúd..un ataúd que alberga en su interior a Monte , que se aloja en tal resort letal, a causa de matar a su amiga por un perro y más tarde abandona a otros canes por salvaguardar la futura y, posiblemente, efímera vida de su hija Willow; en español Sauce; el Sauce Llorón (qué apropiado) es un árbol con fruto estéril, un árbol sin fruta..como ella lo será; no por razones biológicas, no...en este caso, es por un tabú:

"No beberás tu pis ni comerás tu caca": le decía Monte, con cierto tono sardónico, (por más que seguro, tener que ingerir tan sabrosos festivales culinarios) a su hija..como tampoco, se supone, engendrarás hijos con tu padre.

Y allí está Monte, compartiendo cama con su hija..pero también con la única mujer.
Y allí está Willow, compartiendo cama con su padre..pero también con el único hombre.
Y allí está Tabú; quizás el más grande que existe, interponiéndose y fundiéndose, a la vez entre ambos.


Wilow jugueteaba un un muñeco llamado tabú, hasta que el tabú dejó de ser juguete y se empezaba a dibujar como una posible realidad...
"Se llama tabú Willow. Tabú.." y ahora Monte ya no ríe entre dientes.

Y es que, y ahora mismo, posiblemente nuestra humanidad va lanzada hacia el final de su vida, hacia un viaje sin retorno (como casi todos los significativos), pero en lugar de hacer un cuasi-digno viaje, nos empeñamos en crear un agujero negro germinado por nuestra osadía y mediocridad, incubando parásitos, en lugar de personas, que dañan hasta matar su fuente de vida, y de paso, llevando además a la tumba, a todos nuestros magníficos montes y sauces.

Y con este descubrimiento, Ondina rompe su rectangular pecera y ahora tiene que amar fuera de ángulos y líneas rectas...y lo hace cada vez que toma un tren que la aleja del cemento y lleva a las aguas de donde ambos ansiaban encontrarse..y bucean en las aguas profundas lejos de los superficiales preceptos del amor, y aman y sufren ...y Ondina descubre que su amor tampoco era perfecto ..no estaba hecho con escuadra y cartabón..y al compás de los celos y mentiras Ondina elige ahogar el recuerdo que hacía frágil su amor, hundiéndose con él la ninfa vuelve a su mar pero con más humanidad que escamas y devolviéndole su yo a un hombre que logró derribar más muros en ella que 30 años de historia en dos Berlín(es) que también se deseaban encontrar.

Y si?..
El Thomas de Christian Dafoe fuera una proyección del Thomas de Robert Pattinson..un cara a cara con lo que aborrecemos de nosotros mismos; un odio hacia lo imperdonable, una castración hacia un deseo boicoteado por los dictámenes sociales, un esmerado rencor de lo que fuimos, somos y seremos, hace anhelar conseguir lo inalcanzable. Lo que nunca se poseerá por naturaleza; se conseguirá por la fuerza.

Y cuál Prometeo con psicosis de Korsakov, ebrio de alcohol, avaricia y poder ... sube peldaño a peldaño sobrio de amor, afianzándose, en cada escalón, el lo que tanto detesta, alcanzando por fin la luz; luz que jamás podrá poseer; solo puede contemplarla.. y ver la verdad:
la suya....
Llanto y risa acuden a su encuentro: grita, ríe y cuál pérfida sirena sin su cola, se ahoga bajo la más grande ola..y cae por el sumidero de su alma, para yacer, (en un instante de puro Karma), y ser el pasto visceral de una o mil gaviotas, que cumplirán a rajatabla el ojo por ojo..y tu hígado por mis muertas plumas.

Alexia vive incinerada por el odio, se alimenta del queroseno de los hombres que le han echado en el depósito de su corazón; y se intuye que no sólo su padre combustiona y quema sus entrañas..Alexia ansía tunear su feto..no quiere un hijo de un hombre, ha de ser de una máquina similar a la que su vida le salvó; es por ello que se entrega en ofrenda, a un cambio de marchas sin mano que las cambie, a un asiento de Sky impregnado de sudor pero ausente de conductor..su hijo no ha de ser sólo un humano sin humanidad, mejor que nazca con una buena carrocería que amortigue los golpes de bocas y puños y miradas ausentes de amor.

Y en este punto, la hija que cierra el ciclo del rencor matando, encuentra al padre con la herida abierta, llameando culpa y redención. Y los papeles se invierten; siendo Alexia el bombero/a que apagará su incendio, a cambio del amor incondicional de él, un padre asfixiado por la negligencia que le arrebató a un hijo que, tras quebrarse la armadura de Alexia tras el topetazo de un amor inesperado, de a luz un niñ@ con chasis y parachoques de titanio, pero también con carne y esperanza, preparado para recibir las embestidas del duro gris asfalto de las autopistas que le quedan por recorrer.

¿Y si el propio talento se pudiera proyectar en una persona ajena? No se haría acaso, en un joven estudiante de características similares al yo pasado?

¿Y si ese talento comenzara a hablarnos vestido de corbata, con un padre paralizado de cuerpo y mente, anhelando volver amar y/o sondear lo que realmente desea?

¿Y si ese talento que creíamos aletargado, despierta y comienza una carrera tomando las riendas de nuestra propia cuadriga?

¿Y si nuestro talento gana la carrera? ..

O de no ser así; ¿quién sería el vencedor?..
¿Acaso la locura?

Esto sucede al final. No sabemos quién gana a quién; Psicoticismo y arte sentados en un mismo banco. Talento y escritor observando la vida desde el mismo punto de vista, imaginando la vida, antes que vivirla, porque quizás sea mejor soñar la felicidad que realmente experimentarla; para así, poder crear vástagos inhumanos y eternos, llenos de palabras, narrantes de historias sin fin..porque cuando se halla el talento, jamás habrá un fin. Solo nuevos comienzos.
Se cierra el telón.
Continuará.