Pixar fue de Lucas antes de emanciparse, asi que el creador de sonidos míticos de la saga STAR WARS ponga sonido al robot más querido desde R2D2 o Johnny 5, es meritorio. Sin embargo, esa hora cuasi muda del film, que llegue a emocionar, a reir, y a pasarlo bien uno viéndola, le hace pensar a uno"Si yo fuera George Lucas, me daría cabezazos contra la Estrella de la Muerte".

Seamos sinceros: WALL-E es una joya de la animación que dificilmente se podrá superar. Ni Dreamworks, ni la Warner con los Looney Toons desmadrados... NADIE, así, con mayúsculas, podrá superar una de las más bellas historias de amor jamás contada. Una historia donde los robots son más humanos que los propios humanos (caricaturizados al borde del ridículo...)

Cine de animación, del bueno. Lágrimas garantizadas.

Los Addams eran únicamente conocidos por los americanos gracias a las viñetas que Charles Addams dibujaba allá por los años 30. Tenía un sentido del humor acorde a la familia que dibujaba, llegando a servir café a sus invitados en una lápida que tenía como mesa. Perdonen, me estoy desviando de la peli, que es lo importante:

Los Addams han vuelto a recuperar la felicidad debido a que Fétido (Christopher Lloyd, excelente), ha regresado... pero amnésico. Toda la familia (Angelica Huston, sensacional, Christina Ricci, maravillosamente malévola... sin olvidarme de Raúl Julia, genial Gómez Addams...) se encarga de ayudarle a recuperarla... si no se quedan arruinados en el intento.

Buenos efectos visuales, un tema musical macabramente pegadizo, y humor negro a raudales en una buena adaptación que todo gótico debería tener.

Érase, una vez, una actriz llamada Ashley, que una vez, y más de dos, se metió Botox para parar un trén.
Y luego está Patrick, un actor que antaño fuera valor en alza para preadolescentes hasta que se metió en letargo, resucitando gracias a la"Anatomia de Grey"(No, no es la de Jean...)

Ahora, juntemos a los dos en una peli que hubiera puesto en el poster"Del director de STUART LITTLE", donde tenemos dos atracos al mismo banco por diferentes atracadores, revelando así dos cosas: que la cosa está muy mala y que ambos quedaron con el mismo tipo para hacer el mismo trabajo. Y para colmo, a Patrick se le olvida en el hospital ese de la tele su medicación... y la lia parda.

Eso sí, risas... pocas, y el final... hubiera sido bueno de no ser por lo chapuzas de la historia.

Película emotiva en algunas escenas, graciosa en otras, pero muy buena, sobre todo en lo que a narración se refiere. Spielberg sigue demostrando talento con gente de carne y hueso que con"Tintines"animados con captura de movimiento.

Peter Mullan y Emily Watson cumplen de sobra, pero Jeremy Irvine es la verdadera revelación, atentos al chaval que apunta alto. Secundarios como David Thewlis o Toby Kebbell, cumplen, asi como ese David Kross que nos hace olvidar que se tiró a Kate Winslet años ha en su debut.

Buena peli de Spielberg con un Williams que acompaña en sus temas, sin ser pesado o reiterativo.

Fue su última aparición delante de las cámaras, pero sigue siendo magistral detrás de ellas. Una lección de cine denuncia que resiste el paso del tiempo, y que demuestra que seguir teniendo viejos clichés no sirve de nada, salvo la de vivir con ellos... para siempre.

Eastwood hace aquí uno de los mejores papeles que le he podido ver: un viejo veterano de guerra que recibe dos palos, el de jubilarse, y la insistencia de sus hijos de que se vaya a una residencia a pasar el resto de su vida, cosa que como es de esperar, no le hace ni pizca de gracia.

Sin embargo, la vida cambia cuando una familia oriental se muda a la casa vecina, y debe convivir con ellos, lo cual le resulta algo problemático (es racista hasta la médula...) hasta que ocurre algo, algo que le hace cambiar su vida... para siempre.

Buenas escenas, momentos y frases para el recuerdo, y un protagonista que al final se convierte en simbolo de algo que muchos buscan y quieren tener, pero para ello, hay que merecer tenerlo.

Una de las grandes de Eastwood.