You must be a loged user to know your affinity with luguca
Críticas ordenadas por utilidad
21 de mayo de 2011
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el camino de Quito a Cuenca se reúnen diferentes personajes.
¿Y qué pasa? que descubren que los caminos están llenos de gente dispuesta a vivir y a dejar vivir, que un país no es lo que te venden en las guías de turismo, que la realidad es belleza de paisaje mezclada con miseria de niños alegres que cuidan el ganado o venden chicles en las estaciones de autobuses, que los medios de comunicación no buscan verdades sino noticias, que la vida, lamentablemente, demasiadas veces se parece a una telenovela y que por mucha conciencia social que tengas, siempre acaba importando más tu historia que la estabilidad mundial.
Los diálogos son muy naturales, muy inteligentes –pero no por ello menos creíbles- e incluso chispeantes, como cuando Andy, por su celular dice que si se tiene que encomendar a una virgen será a la tía X que es la única virgen que conoce.
Viendo esta película sientes que el mundo es diverso pero las gentes son muy parecidas. Aquí no hay paternalismo. La cámara está para mostrar una realidad y explicar una historia. No vamos a arreglar el mundo con eso, pero no vamos a negarlo tampoco. Los niños no juegan: trabajan y viven solos, porque sus padres están trabajando en otros lugares, pero no por ello se nos afloja la lágrima, porque es una situación normal: hay quien tiene haciendas y hay quien tiene cuatro ovejas y cuatro chiquillos que las sacan a pastar.
El lenguaje falso y superficial a base de “guay”, “flipe”, “mola”, “alucino”, “en medio de la nada”, de la turista deseosa de filmar y fotografiar el paisaje de su viaje maravilloso contrasta con esos diálogos de los niños que tienen como horizonte pasar un día más.
Una película inteligente, sensible, que sabe combinar las historias de los personajes con los problemas sociales y todo con la belleza del paisaje y el paisanaje.
¿Y qué pasa? que descubren que los caminos están llenos de gente dispuesta a vivir y a dejar vivir, que un país no es lo que te venden en las guías de turismo, que la realidad es belleza de paisaje mezclada con miseria de niños alegres que cuidan el ganado o venden chicles en las estaciones de autobuses, que los medios de comunicación no buscan verdades sino noticias, que la vida, lamentablemente, demasiadas veces se parece a una telenovela y que por mucha conciencia social que tengas, siempre acaba importando más tu historia que la estabilidad mundial.
Los diálogos son muy naturales, muy inteligentes –pero no por ello menos creíbles- e incluso chispeantes, como cuando Andy, por su celular dice que si se tiene que encomendar a una virgen será a la tía X que es la única virgen que conoce.
Viendo esta película sientes que el mundo es diverso pero las gentes son muy parecidas. Aquí no hay paternalismo. La cámara está para mostrar una realidad y explicar una historia. No vamos a arreglar el mundo con eso, pero no vamos a negarlo tampoco. Los niños no juegan: trabajan y viven solos, porque sus padres están trabajando en otros lugares, pero no por ello se nos afloja la lágrima, porque es una situación normal: hay quien tiene haciendas y hay quien tiene cuatro ovejas y cuatro chiquillos que las sacan a pastar.
El lenguaje falso y superficial a base de “guay”, “flipe”, “mola”, “alucino”, “en medio de la nada”, de la turista deseosa de filmar y fotografiar el paisaje de su viaje maravilloso contrasta con esos diálogos de los niños que tienen como horizonte pasar un día más.
Una película inteligente, sensible, que sabe combinar las historias de los personajes con los problemas sociales y todo con la belleza del paisaje y el paisanaje.
8 de mayo de 2011
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque el título resalta a Celia a mí me parece que Ángela, la adolescente, tiene un papel muy importante en esta historia de asesinatos, de mentiras y de amor.
Lo único que rechina es esa especie de brote esquizofrénico de Celia que la lleva a olvidar lo que le ha impactado y a ver en ella misma al enemigo. No le encuentro mucho sentido. Tampoco me parece creíble la buena relación que se entabla entre Celia y el policía Miquel Ángel. Porque es obvio que en el entorno social en que se sitúa la historia, la policía es un cuerpo "non grato".
Pero la historia está bien. Y los diálogos son naturales. Falla algo, como ya se ha dicho, la dicción de Nawja, que parece que hable sin abrir la boca. Y el guionista tendría que conocer mejor a las amas de casa porque, por lo que se ve en la película, parece que estén todo el día fregando platos.
Como no es una historia policíaca, no importa que se imagine uno en seguida quién es el asesino, porque la historia va de sentimientos y de sexo. Y no hay malos y buenos; sólo hay gente que convive y equivoca los papeles, desde la jovencita que se enamora de quien no le corresponde hasta el policía que no sabe tratar a su pareja.
Que triunfe el amor filial por encima de cualquier otro es una opción. Puede que la menos arriesgada de todas.
Lo único que rechina es esa especie de brote esquizofrénico de Celia que la lleva a olvidar lo que le ha impactado y a ver en ella misma al enemigo. No le encuentro mucho sentido. Tampoco me parece creíble la buena relación que se entabla entre Celia y el policía Miquel Ángel. Porque es obvio que en el entorno social en que se sitúa la historia, la policía es un cuerpo "non grato".
Pero la historia está bien. Y los diálogos son naturales. Falla algo, como ya se ha dicho, la dicción de Nawja, que parece que hable sin abrir la boca. Y el guionista tendría que conocer mejor a las amas de casa porque, por lo que se ve en la película, parece que estén todo el día fregando platos.
Como no es una historia policíaca, no importa que se imagine uno en seguida quién es el asesino, porque la historia va de sentimientos y de sexo. Y no hay malos y buenos; sólo hay gente que convive y equivoca los papeles, desde la jovencita que se enamora de quien no le corresponde hasta el policía que no sabe tratar a su pareja.
Que triunfe el amor filial por encima de cualquier otro es una opción. Puede que la menos arriesgada de todas.
12 de agosto de 2010
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un documental que narra de forma clara y humana la realidad de los familiares de las víctimas del terrorismo.
Viéndolo ni entiendes por qué hay asesinatos, ni te enfadas con nadie: sólo sientes una pena muy grande por todas las injusticias y todas esas muertes sin sentido. Tanto la mujer del diputado como los familiares del policía hablan siempre de la persona desaparecida, no del cargo político, ni de odio contra los terroristas. Se limitan a lamentar la pérdida de su ser querido.
Nunca he entendido el terrorismo, pero, a veces, según quién sea la víctima, puedo no lamentarlo.
Este documental es elegante y sobrio. Muy bien hecho.
Viéndolo ni entiendes por qué hay asesinatos, ni te enfadas con nadie: sólo sientes una pena muy grande por todas las injusticias y todas esas muertes sin sentido. Tanto la mujer del diputado como los familiares del policía hablan siempre de la persona desaparecida, no del cargo político, ni de odio contra los terroristas. Se limitan a lamentar la pérdida de su ser querido.
Nunca he entendido el terrorismo, pero, a veces, según quién sea la víctima, puedo no lamentarlo.
Este documental es elegante y sobrio. Muy bien hecho.
Serie
2011
Paul Abbott (Creador), Mark Mylod ...
12 de junio de 2023
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No suelo añadir una crítica a ninguna obra que tenga ya unas cuantas pero esta serie me gusta lo suficiente como para aportar mi granito de arena.
La terminaré de ver hoy y la empecé a ver hace cosa de unos meses, de principio a fin. Independientemente de las peripecias de los personajes -que muchas veces son del todo increíbles-, lo que me ha cautivado ha sido la manera que tienen los guionistas de introducir en cada capítulo un tema social. Chicago, la ciudad con más arquitectura Liberty, se ve aqui reducida a un barrio decrépito pero a punto de ser gentrificado.
Los abortos de adolescentes, el racismo de todos contra todos, el ninguneo de las tribus de indios americanos, la especulación del suelo, el pésimo sistema sanitario, la corrupción de la policia, enfin, todos los problemas que pueden surgir en una gran ciudad de la primera nación del primer mundo abordados con sarcasmo y una acidez fuera de toda duda.
El que no se aprovecha del hispano es porque se aprovecha del negro, o del pobre -esa raza que tanto abunda y que tanto molesta. Aqui no es que no haya malos, es que nadie es bueno. Porque ser pobre sólo es sinónimo de vivir peor, no de ser mejor.
Entre toda la amalgama de tipos que van añadiéndose al gran Frank, ninguno tiene ni la labia, ni la experiencia ni la inteligencia de ese ser despreciable capaz de aprovecharse de todo el mundo, empezando por sus hijos y nietos, pero ninguno es tan grande y tan maravilloso en sus diálogos.
Una serie que gusta aunque no haya glamour ni esté plagada de gente guapa.
La terminaré de ver hoy y la empecé a ver hace cosa de unos meses, de principio a fin. Independientemente de las peripecias de los personajes -que muchas veces son del todo increíbles-, lo que me ha cautivado ha sido la manera que tienen los guionistas de introducir en cada capítulo un tema social. Chicago, la ciudad con más arquitectura Liberty, se ve aqui reducida a un barrio decrépito pero a punto de ser gentrificado.
Los abortos de adolescentes, el racismo de todos contra todos, el ninguneo de las tribus de indios americanos, la especulación del suelo, el pésimo sistema sanitario, la corrupción de la policia, enfin, todos los problemas que pueden surgir en una gran ciudad de la primera nación del primer mundo abordados con sarcasmo y una acidez fuera de toda duda.
El que no se aprovecha del hispano es porque se aprovecha del negro, o del pobre -esa raza que tanto abunda y que tanto molesta. Aqui no es que no haya malos, es que nadie es bueno. Porque ser pobre sólo es sinónimo de vivir peor, no de ser mejor.
Entre toda la amalgama de tipos que van añadiéndose al gran Frank, ninguno tiene ni la labia, ni la experiencia ni la inteligencia de ese ser despreciable capaz de aprovecharse de todo el mundo, empezando por sus hijos y nietos, pero ninguno es tan grande y tan maravilloso en sus diálogos.
Una serie que gusta aunque no haya glamour ni esté plagada de gente guapa.
21 de mayo de 2011
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En una zona industrial del norte de Chequia, tres jóvenes –Dasia, Monik y Tonik-, son vecinos desde pequeños. Siempre han vivido en aquel edificio enorme y desangelado.
Tonik está enamorado de Monik. Monik tiene un novio que ha emigrado a USA huyendo de aquel paisaje destruido por la industrialización más especuladora y aniquilante. La central térmica es como un gran monstruo que va comiendo hombres y tierras sin piedad.
Dasia está postrada en su destartalado apartamento, con dos niños preciosos que caminan y viven en medio de la suciedad, el desorden y la penuria. Ella ha buscado otra vía de escape: las drogas y el sexo.
Monik tiene la oportunidad de reunirse con su novio y mejorar su vida, pero Dasia ingresa en un hospital psiquiátrico. Entonces Monik considera que tiene el deber de hacerse cargo de aquellos niños.
La madre de Monik, que vive con un marido bueno pero débil, parado y alcohólico, no quiere para su hija una vida como la de ella. La echa de casa. Entonces, Tonik, que vive con su tía en la antigua granja de la familia –una casa que se cae a pedazos frente al lago y a la mole de la central térmica que da empleo a toda la población-, le ofrece su hogar para que vivan allí ella y los niños.
Pasan unos seis meses todos juntos, cuidando de los niños, trabajando en el súper, haciendo chapuzas, cuidando de las cabras, arreglando la granja, ... pero la tía cae enferma de un cáncer terminal y Dasia se presenta con otro bebé para llevarse a sus hijos.
Pase lo que pase, la fábrica sigue ampliando sus tentáculos, alimentándose de toda vida que encuentra a su paso.
Tonik está enamorado de Monik. Monik tiene un novio que ha emigrado a USA huyendo de aquel paisaje destruido por la industrialización más especuladora y aniquilante. La central térmica es como un gran monstruo que va comiendo hombres y tierras sin piedad.
Dasia está postrada en su destartalado apartamento, con dos niños preciosos que caminan y viven en medio de la suciedad, el desorden y la penuria. Ella ha buscado otra vía de escape: las drogas y el sexo.
Monik tiene la oportunidad de reunirse con su novio y mejorar su vida, pero Dasia ingresa en un hospital psiquiátrico. Entonces Monik considera que tiene el deber de hacerse cargo de aquellos niños.
La madre de Monik, que vive con un marido bueno pero débil, parado y alcohólico, no quiere para su hija una vida como la de ella. La echa de casa. Entonces, Tonik, que vive con su tía en la antigua granja de la familia –una casa que se cae a pedazos frente al lago y a la mole de la central térmica que da empleo a toda la población-, le ofrece su hogar para que vivan allí ella y los niños.
Pasan unos seis meses todos juntos, cuidando de los niños, trabajando en el súper, haciendo chapuzas, cuidando de las cabras, arreglando la granja, ... pero la tía cae enferma de un cáncer terminal y Dasia se presenta con otro bebé para llevarse a sus hijos.
Pase lo que pase, la fábrica sigue ampliando sus tentáculos, alimentándose de toda vida que encuentra a su paso.
Más sobre luguca
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here