“Cocodrile” es, personalmente, el peor capítulo de la cuarta temporada de “Black Mirror” (junto con “Cabeza de Metal”). La historia no da para mucho, la narración es lenta y se apoya exclusivamente en Andrea Riseborough que, por muy buena actriz que sea (y lo es), no resulta creíble en un papel tan imposible (¿quién resultaría creíble en una historia así?). La dirección es lenta, la historia suena a vista antes de muchas otras formas y el guion es sorprendentemente soso y lineal. Un thriller necesita más que estos mimbres para que funcione en menos de una hora. Y es que, incluso ni ese sorprendente final, consiguen arreglar 58 minutos de idas y venidas sin sentido. Le sobra metraje, la sobra previsibilidad, le falta construcción en la historia y da un poco de pena ver a esa increíble actriz que es Andrea Riseborough intentando salvar los muebles de algo que no tiene pies ni cabeza.

"Backtrack" es un totum revolutum de varias películas de terror (o thrillers psicológicos) donde nada funciona y todo esta mal engranado, mal engrasado y mal resuelto. Como cualquier cansina adaptación cinematográfica de cualquier cansina novela para ser emitida a la hora de la siesta, esas películas de tercera donde los creadores han perdido la imaginación y se dedican a coger (malas) ideas de aquí y de allá confiando en que un actor como Adrien Brody les salvará de la quema con la intensidad de su triste mirada. Pobrecito Brody que se pasa media película fingiendo o bien una migraña o quizás un voraz estreñimiento. Porque, sinceramente... ¿que pretende con esa errática interpretación? Quizás solo sucede que, como el espectador, Adrien Brody tampoco entiende lo que pasa en este despropósito de película. "Backtrack" tiene algunos sustos baratos y una resolución que pretende ser original y puede que lo sea porque el espectador no la espera, el problema es que cuando descubrimos que sucede realmente estamos ya completamente aburridos, durmiendo o paseando al perro. Si queréis ver una buena película de terror psicológico con fantasmas y cosas por el estilo, mejor recuperad "El sexto sentido" porque, aunque conozcáis el final, un solo minuto de la película protagonizada por Bruce Willis vale mas que toda "Backtrack".

La película comienza moderadamente bien a pesar de utilizar la tópica premisa de muchacha sola en una carretera desierta que encuentra a autoestopista sospechoso, desvela rápidamente sus carta y entonces el primer giro argumental interesante cambiando el sentido de la película. Lo malo es que a los pocos minutos nos damos cuenta que la consecuencia argumental de ese giro (todo cuanto se desprende del accidente) no da para hora y media. Si a eso le sumamos que los personajes no están bien desarrollados (en especial el apático malvado), que las situaciones son previsibles y la realización es de telefilme de sábado por la tarde... entonces el resumen es simple: no funciona. No da miedo, no hay suspense y es algo así como un survival horror, solo que sin "horror". Una pena.

Cuando uno ve la sinopsis de "Maggie" y se da cuenta que es una película de temática zombie protagonizada por Arnold Schwarzenegger, lo primero que piensa es una suerte de Terminator contra The Walking Dead. Pero resulta que no. Es mas, a los que imaginan ni por un momento que puede ser una película así, les recomiendo que ni vean esta película. Porque "Maggie" es una especie de película independiente sobre como la muerte progresiva de un hijo puede modificar la familia. Un drama diferente porque mientras en los dramas al uso, la muerte es inmediata y desencadena el drama, aquí la muerte es progresiva (la hija está infectada y se va convirtiendo en zombie poco a poco). Al principio la película se ve con curiosidad pero pronto te das cuenta de que, con la excusa del mundo apocalíptico, te han colado un ladrillo de proporciones apocalípticas. "Maggie" podría haber funcionado con un poco mas de ritmo y actores diferentes. No es que Schwarzenegger esté mal (de hecho es su mejor interpretación en años) pero no cuela como el atormentado padre sobre el que debe bascular todo el dramatismo. "Maggie" es un drama lento, carente de emoción y ritmo que confirma que no siempre las mejores ideas pueden convertirse en buenas películas.

Comedia terrorífica que nos llega desde Finlandia y que uno se pregunta a quién diablos se le ocurrió escribirla, rodarla y traerla hasta nosotros. En “Bunny, la cosa asesina” todo carece de sentido, es una especie de comedia gore gamberra que nunca acaba de despegar, su planteamiento rozando lo surrealista no tiene la personalidad necesaria para que el espectador acepte lo que está viendo como una historia mínimamente válida. No da miedo, no da risa, puede que te puedas reír de ella, pero no creo que esa fuese la intención de sus creadores, si es que tenían alguna intención con tal despropósito. Es como una broma rodada entre amigos que tiene, sorprendentemente, un correcto diseño de producción, es decir: alguien ha cometido el error de poner dinero en ella. El esquema es el típico de los slasher: un grupo de estúpidos muchos que van a morir uno a uno a manos de nuestro increíblemente estúpido villano: un conejo de peluche con un gigante pene de goma. Ni os preocupéis en ver el tráiler, solo con eso ya habréis perdido dos minutos de vuestras vidas.