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Críticas de Kyrios
Críticas 1.318
Críticas ordenadas por utilidad
5
26 de enero de 2016
15 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tibia, así es como podría definirse Unsere Mütter, unsere Väter (Hijos del III Reich, 2013) Un la miniserie de 3 episodios que sacudió hace tres años ya, a Alemania, seguramente por ser uno de los pocos productos provenientes del país que trataba el tema de la Segunda guerra mundial (polémico siempre), pero que sin embargo lleva la corrección política por bandera. Más que una serie, podría calificarse la obra como una película de larga duración a pesar de que es cierto que el filme tiene ecos de la serie bélica de la HBO, Band of Brothers (Hermanos de Sangre, 2001).

El Argumento del filme se centra en cinco personajes (Dos chicas y tres chicos) que se verán envueltos de manera trágica en la guerra. Cada uno de ellos tendrá un destino peculiar, dos de los protagonistas son hermanos e irán juntos a la guerra, mientras que el tercer protagonista es un judío que sufrirá en sus carnes la política racial del III Reich. Por su parte, las mujeres simbolizan el papel femenino en el III Reich, con la protagonista pasiva que espera una recompensa del régimen y la protagonista activa y decidida que se convierte en una enfermera para poder ir al frente de guerra. A lo largo del metraje los personajes se entrecruzarán en varias ocasiones, algunas con mayor acierto que otras.

Algunos protagonistas resultan interesante, mientras que otros no acaban de cuajar. El personaje que interpreta Tom Schilling es el menor de los hermanos que partirán a la guerra. A diferencia de su hermano mayor, interpretado por Volker Bruch, él es la oveja negra de la familia y tiene una postura reticente ante la guerra, lo que le propicia numerosas acusaciones de traidor. Sin duda es uno de los personajes que mejor pinta al principio, porque se podría haber explotado la faceta del intelectual que no se suma a la hecatombe mental de la masa, y sin embargo el desarrollo del personaje acaba transcurriendo por unos caminos más prototípicos y aburridos. Es evidente que la película trata de vender el mensaje de que la guerra saca lo peor del ser humano (literalmente se dice una frase parecida a esta y se repetirá a lo largo de la obra), pero la manera en cómo se plasma es decepcionante.

Básicamente, el filme trata de enseñarnos que en su mayoría el pueblo alemán desconocía totalmente las actitudes de los grandes dirigentes nazis, tratando de exculpar así gran parte de la población. De tal manera, que la miniserie no se inicia con la invasión a Polonia o incluso antes con la anexión de los sudetes o la de Austria, sino que directamente nos encontramos con la campaña de la Unión Soviética. Pero nuestros 5 protagonistas, parece que simplemente obvian lo que su gobierno ha realizado hasta el momento, convirtiéndose en simples “Ingenuos” que pasaban por allá. Y esto no es sólo algo aplicable a nuestros protagonistas, sino también a la mayoría de protagonistas del bando alemán. Las teorías raciales, que la mayoría de población acabó aceptando, convirtiendo a la raza aria en la principal y dejando a grupos como los eslavos en “Subhumanos” son totalmente ignoradas por el filme (a excepción de los grandes cargos del ejército y las SS). Incluso, el filme nos presenta a las poblaciones eslavas como las verdaderas responsables de los genocidios en la parte oeste, en varios momentos del filme: Los ucranianos que persiguen a judíos, los polacos como racistas ultra nacionalistas (con más odio a los judíos que los personajes alemanes) y los rusos como salvajes. La política de la película es en realidad la de sólo aceptar la responsabilidad judía, dejando las otras en suspensión.

Hay también algunos Tics de lo políticamente correcto que incluso se filtran en la forma y manera de hacer de la miniserie. Chirría continuamente que nuestros protagonistas parezcan salvarse de la muerte en los momentos más difíciles. Cuando sucede una vez no hay ningún problema, pero cuando esto se vuelve reiterativo acaba siendo realmente vergonzante. Da igual lo que hagan nuestros protagonistas, porque conseguirán siempre escaparse una y otra vez de la muerte.

Donde es un acierto Hijos del III Reich es en su apartado estético y visual. La película recrea con acierto el ambiente bélico de la 2nda guerra mundial y dejará extasiados a los amantes de estos fetichismos particulares. Aunque también es cierto que en los conflictos bélicos se le ven las costuras a la película, utilizando una puesta en escena nerviosa y abusando en demasiadas ocasiones de la cámara en mano, que fingiendo nerviosismo acaba por desesperar al espectador.

En definitiva, la obra es un proyecto fallido que a pesar del revuelo provocado se queda sin conseguir un empaque aceptable. Y todo se debe a la corrección política y a las pocas ganas de tomar decisiones comprometidas, que lastran a la serie.

https://neokunst.wordpress.com/2016/01/26/hijos-del-tercer-reich-2013/
Kyrios
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4
22 de diciembre de 2014
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más que George Pan Cosmatos, el hombre verdaderamente importante detrás del proyecto de The Cassandra Crossing (El Puente de Cassandra, 1976) era el productor italiano Carlo Ponti.Fue él quien reunió un reparto absolutamente espectacular, juntando estrellas cinematográficas de la talla de Richard Harris, Sophia Loren, Ava Gardner, Burt Lancaster y Martin Sheen (bien es cierto que muchos de estos intérpretes provenían del cine clásico y su cartel se había devaluado con el tiempo). La dirección de la película, recae, esta vez sí, sobre George Pan Cosmatos, un director artesanal que apenas realizaría algún título destacable a lo largo de su carrera. La película se rodó en diversos lugares de Europa, al tratarse de una cooproducción.

El Puente de Cassandra es una película que se engloba dentro de un subgénero que se haría muy popular a lo largo de la década de los años setenta, conocido como el cine de catástrofes. Otras célebres películas que se hallan dentro del subgénero son obras como The Poseidon Adventure (La Aventura del Poseidón, 1972), The Towering Inferno (El Coloso en Llamas, 1974) o The China Syndrome (El Síndrome de China, 1979), películas que se dedicaban a explotar argumentos que ponen al ser humano en unas condiciones implacables, y situaciones límites. Y al igual que estas películas, el filme de Cosmatos se centra en una catástrofe que es el eje de todo el filme.

La película nos presenta una secuencia inicial en la que unos pacifistas (que están organizados en una banda terrorista, algo ciertamente paradoxal; la película aprovecha algunos momentos para meter sus propias puyas políticas) se adentran en un hospital donde se acaba liberando un virus (parecido en cierto sentido al ébola) mortal. Uno de los terroristas acaba en un tren, donde se libera la pandemia y por temor a ello, los militares deciden intervenir para que el virus no salga del tren.

Un Argumento prototípico de esta década, que además de mezclar la temática recurrente del virus mortal y la posible extensión por todo el globo terráqueo, también añade una cuenta atrás . El Crescendo argumental del filme planea desde los primeros momentos del filme. Sin duda Cosmato elabora una correcta tensión, seguramente lo más destacable del filme (cierto que para ello el cineasta sacrifica una lógica argumental).

La primera parte del filme es una presentación de los hechos, que parece alagarse hasta el infinito. Richard Harris interpreta el papel de un prestigioso médico que está casado ni más ni menos con el personaje que interpreta Sophia Loren, un reclamo puramente comercial, cuya aparición en la película está justificada únicamente para que la actriz luzca su atractivo físico. La pareja es el núcleo de personajes protagonistas, que obviamente se encuentra dentro del tren, cuando se enteran del virus que se encuentra con ellos. A partir de entonces el médico se hace con liderato para encontrar el virus y poner a salvo los pacientes.

La Segunda parte de El Puente de Cassandra es un disparate continuo, regalando imágenes de lo más absurdas. Para empezar, resulta un tanto incomprensible la intervención de una policía militar que se adentra en el tren, cuando el jefe militar que interpreta Burt Lancaster había tomado la decisión de destruir completamente el tren. ¿Si su objetivo era explotar el tren de primeras, para que mete a un ejército entero dentro del tren? Eso por una parte, pero es que los disparates continúan. La policía militar que está dentro del tren, que se supone que deberían tener una experiencia importante dentro del campo militar, es totalmente masacrada por los pasajeros del tren, que se sublevan contra ellos. Gente que no había cogido un arma en su vida se convierte de un minuto a otro en Rambos.

La guinda final la encontramos sin duda con la secuencia de la explosión del tren, seguramente el sinsentido más espectacular de todos. Cosmatos nos hace creer mediante maquetas que el tren ha saltado por los aires, pero oh sorpresa, oh milagro, nuestros protagonistas se han salvado.

Acción, aventuras, romance…Un cóctel comercial que resulta entretenido pero que poco más aporta al espectador. Hay sin embargo un mensaje en la película rescatable, que nos muestra como los altos mandos del gobierno no tienen ningún reparo en sacrificar a sus ciudadanos con tal de conseguir un objetivo superior. Sin duda gran parte de esto se lo debemos al papel del responsable militar, interpretado por Burt Lancaster, que realiza una magnífica interpretación.

http://neokunst.wordpress.com/2014/12/22/el-puente-de-cassandra-1976/
Kyrios
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La otra forma
Colombia2022
5,5
159
Animación
3
5 de febrero de 2024
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
La Otra forma (2022) se trata de una producción colombiana de animación dirigida y escrita por Diego Felipe Guzmán que se estrenó en el Festival de Sitges de 2022 y que ganó el premio al mejor filme de animación, además de haber recibido numerosas nominaciones en los diversos festivales por donde ha pasado. Actualmente la película puede verse en Movistar +.

Pues a veces pasa, que cómo el chiste aquel, de uno que va en contradirección por la carretera, pensando que la autopista está llena de locos que van en sentido contrario, cuando el loco es en realidad él. Pero sería un ejercicio muy deshonesto afirmar que La Otra forma me ha gustado o mejor dicho, me ha parecido una buena obra. Más bien todo lo contrario. Así que esta crítica será uno de esos ejercicios donde el escritor debe nadar a contracorriente.

Hay una escena mítica en la película Idiocracia, filme distópico donde la imbecilidad ha conquistado el planeta tierra, donde un test de inteligencia se realiza mediante el encaje de piezas, como ese juego infantil en el que un niño tiene que poner las piezas que corresponden mediante su forma (el círculo con el círculo, el triangulo con el triangulo, etc..). Pues bien, el planteamiento de la película es bastante parecido a este juego infantil: La sociedad crea una serie de piezas, nosotros, no encajamos en ella y por ello debemos martirizarnos mediante deformaciones estéticas para poder conseguir ser la pieza perfecta. Es evidente, y no hace falta ser un ilustrado, para entender que la película es una metáfora de nuestra propia sociedad de consumo, obsesionada con unos estándares morales capitalistas que nos obligan a encajar de una manera determinada en la sociedad, y en caso contrario, ser rechazada por esta. Desde la belleza hasta nuestra forma de ser, todo queda reflejado en esta parábola. 

Esto estaría bien como cortometraje, pero lo cierto es que la hora y media de duración de la película pivota exclusivamente sobre esta idea (y no sale de ahí). Y que quieren que les diga, lo cierto es que acabé sonrojado ante la misma repetición excesiva de la única y exclusiva idea con la que juega la película.

La película podría haberse sustentado por lo menos en una animación correcta, pero lo cierto es que personalmente la veo floja y poco trabajada. Obsesionado por una estética feísta, la película recurre a elementos repetitivos para poder construir su propia animación (cansados acabamos de tantos posters que emulan a Corea del Norte; paradójico que en una sociedad ultracapitalista se emule la propaganda de dicha sociedad). Sí, La Otra forma causa rechazo en el espectador y seguramente ese sea el objetivo principal con su animación. ¿La convierte per se en una buena película? ¿Cuál es el logro estético del filme? Sus ideas suenan a vistas, desde esas deformaciones de personajes que pululan como una galería de freaks (cuya imaginación es poco variada) hasta la "nueva sociedad prometida" que aparece como el gran destino utópico al que llevan una vez han cumplido el martirio.

Conclusión

La otra forma es una película que causará cierta polémica. Quizá no fue el momento ideal para que la viera, pero a un servidor le ha parecido mediocre. Lo mejor, es que si el espectador es valiente (y espere una película atípica) la vea por si mismo y saque sus propias conclusiones.

Cinemagavia.es
Kyrios
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7
2 de febrero de 2015
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bai ri yan huo (Black Coal, 2014) de Diao Yinan ha arrasado en el pasado festival de Berlín donde consiguió el Oso de oro (mejor película) y el premio al mejor actor (Fan Liao). El filme, de nacionalidad China, parece unirse a la corriente de filmes provenientes de dicho país y que son exportados mundialmente (con especial interés por los festivales internacionales) como demostración (por parte de las autoridades) de que la producción nacional China va en perfectas condiciones. Algo aparentemente contradictorio, porque estos filmes ponen en tela de juicio el sistema chino. De hecho esto nos puede sonar similar, porque la dictadura franquista tenía la misma actitud con el arte contemporáneo, favoreciéndolo siempre que fuera de puertas para afuera, motivo por el cual artistas críticos como Tàpies (y otros provenientes de la corriente del informalismo) fueron expuestos en Bienales artísticas (como la de Venecia de 1950).

Black Coal no es un thriller al uso, a pesar de que sigue una estructura de filme policiaco. El que se quede en la superficie y sólo contemple la trama como una película de caza al asesino no habrá entendido absolutamente nada, algo que ha sucedido a no pocos críticos españoles. Lo cierto es que el filme de Diao Yinan es dinamita pura contra el sistema ultra capitalista chino, y sobre todo, con las consecuencias desalmadas que este produce. Pero no adelantemos acontecimientos.

El filme se inicia con un Flashback que nos muestra a nuestro protagonista principal, interpretado por Fan Liao, trabajar como policía en un caso en la década de los años noventa. Nuestro protagonista se encuentra trabajando en una investigación en la que está envuelto un psicópata que tiene amenazados a toda la población. Además, se divierte despedazando a sus víctimas y repartiendo los trozos de los cadáveres por toda la ciudad. En este primer prólogo nuestro protagonista lo pierde absolutamente todo (mujer y amigos). Y por supuesto, tanto él como la policía china no consiguen encontrar al culpable de los asesinatos.

Años más tarde, la película nos muestra a nuestro protagonista trabajando como guardia de seguridad, después de haber perdido el empleo de policía. Sin embargo, por un ardid consigue colocarse de nuevo en la pista del caso y ve la oportunidad para recuperar su antigua vida.

Como decía anteriormente, realmente uno se pregunta si la trama propiamente policiaca del filme es tan importante como el telón de fondo donde transcurre esta. Y la verdad es que da la sensación de que lo que realmente importa en Black Coal transcurre en un segundo plano. En sus paisajes urbanos, desolados ante la irrupción de la nieve o ante los luminosos carteles de neón (estos dos paisajes los encontramos de manera reiterada en el filme), que anuncian el artificial mundo en el que se desenvuelve la trama.

Todo está muerto en Black Coal. No es casual que el cineasta nos muestre reiteradas secuencias en las que el personaje se adentre en transportes públicos (trenes y autobuses) y no veamos ni en una sola ocasión una simple conversación (por muy intrascendente que sea) entre todos los pasajeros. La gente de la ciudad está muerta. Ni siquiera se miran a los ojos entre ellos. Son actores que interpretan un simple papel. No me refiero a que se vean las costuras de la película y que el espectador sea consciente de que todo es un montaje no, me refiero a que la película nos presenta una ciudad llena de espectadores que simplemente aceptan lo que el destino le ha impuesto desde la infancia. Todos parecen caminar resignados cabizbajos entre la multitud.

Y es que la historia de amor, entre la bella y la bestia, entre nuestros protagonistas principales, está precisamente igual de desangelada que el resto. Para muestra, Diao Yinan rueda una secuencia magistral y llena de patetismo, en la que ambos mantienen una escena de sexo (si realmente se la puede llamar así) totalmente fría y sin pasión. Seguramente no había mejor manera de demostrar la frialdad con la que se pretende imbuir el filme.

La película está rodada magistralmente. La dirección aprovecha perfectamente los sonidos y ruidos de la gran ciudad, que se van colando en la historia y el desarrollo de la trama principal, y ayudan a reforzar el mensaje de aislamiento que transmite el filme. La poca música que emplea el cineasta (caso del Danubio Azul de Strauss) es decididamente casi una parodia que sólo tiene la intención de convertirse en un eco reverberante de la propia pérdida de conciencia de la población (que patina casi de manera aleatoria por el hielo, como auténticos autómatas deambulantes). Además Diao Yinan sabe cuando utilizar la cámara y mostrarnos planos fijos (secuencias) espectaculares, como aquel que tiene lugar en la primera parte del filme (con el asesinato múltiple de los amigos del protagonistas) o cuando utilizar la cámara de una manera más dinámica y ágil (cuando por ejemplo, persigue al asesino, como si fuera un policía más).

https://neokunst.wordpress.com/2015/02/02/black-coal-2014/
Kyrios
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5
10 de julio de 2010
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
John Sturges entretiene por momentos con otro film, quizá menor dentro de su filmografía. El mayor problema es que el film se desarrolla como uno ya imagina antes de verla. El film se sucede por todos lugares comunes a los que estamos acostumbrados. Hay escenas que estaban mascadas para saber lo que iba a pasar*. Se adelantó otra vez más la ciencia ficción a la realidad con el viaje poco después del Apolo XIII.

La primera parte del metraje es sin duda la peor, una introducción rápida pero no muy concisa, me dio la impresión de que Sturges no ponía esmero en construir sus personajes. Además todo sucede sin mucha intensidad, claro que es lógico que la tensión va “in crescendo” con el paso del tiempo, pero aún así todo pasaba sin relativa importancia, de hecho lo más interesante por momentos no sucede en el espacio sino con Peck en la tierra. Vamos que creo que por la primera mitad le sobra un poquito de metraje. Durante toda la película se mantiene un acercamiento al estilo documental que lo único que consigue es que el espectador se aburra.

Pero en la segunda parte del metraje la cosa mejora bastante, Sturges le da más soltura y ritmo al film, consigue crear un ambiente poco propicio para los pilotos y crear una sensación parecida en el espectador. El pausado ritmo ahora ya no molesta sino que fortalece las sensaciones que quiere transmitir. La relación entre los compañeros de viaje es más o menos creíble (pese a que hacia el final se cometen bastantes tonterías que restan credibilidad).

En cuanto a la recreación del espacio (pieza importante en un film de estas características) es correcto, pero sin más. Es creíble por momentos pero en otros como que no parece muy realista. La fotografía es acertada, pero no hay punto de comparación con 2001.

Si miramos el cartel veremos bastante calidad, pero en su general no se consigue aprovechar el talento de los intérpretes y dejan un tanto frió. Salvo momentos puntuales no parecen ni humanos. Me sigo quedando con Peck.

Interesante película para los amantes de la ciencia ficción que esperen ficción añeja, pero al fin y al cabo olvidable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Kyrios
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