Interesante película de terror. Los actores están correctos aunque no hay grandes interpretaciones. No es mal actor Patrick Wilson aunque no es de los mejores y la historia que cuenta la película tiene una buena argumentación, con un final que sorprende y está a la altura.
James Wan es también el director de la famosísima saga Saw y es un buen referente actual del género de terror

Sin ser yo un amante del boxeo he podido disfrutar de esta película y de la defensa de los derechos civiles de la población afroamericana. Personalmente la escena que más me gustó es cuando se niega a ir a la guerra de Vietnam y dice “no Viet kong has called me nigger” (ningún vietnamita me ha llamado negro de mierda). Toda la razón para Ali, solo por esa frase merece la pena ser vista. Gran caracterización de Will Smith. Muestra a la perfección el hartazgo del personaje con los abusos raciales sufridos por la comunidad negra y los motivos que le empujaron a una cuestión tan radical como la cambiar de religión.

Uno esperaba una trama un poco más compleja, aún así la peli mantiene cierta tensión y tiene un final que sorprende. No obstante, la película incide en tópicos de terror que ya hemos visto en muchas ocasiones como el típico personaje que nada más verlo desde el minuto 1 ya sabes que va a morir, lo cual resta puntos a la película y produzca un poco de decepción. Se agradece la recuperación de María Conchita Alonso en esta cinta, actriz prolífica en los 80 y 90, aunque tenga un personaje pequeño.

Eso es lo que le falta a la película: un propósito. Se ha quedado la historia como inconclusa, sin sentido y solo queda el alboroto típico de las pelis de Alex. Yo soy un gran fan de Alex de la Iglesia, pero esta peli va de más a menos. Gran papel por otra parte del actor compañero de Jose Mota, Jaime Ordóñez. Es la primera vez que le veo en la gran pantalla y me alegro por él porque es un gran actor. Hay un gran elenco de buenos actores en esta peli pero el final me resultó un tanto decepcionante.

Lo de Colin O’Donoghue no tiene nombre, con esa cara siempre de estreñido que no expresa nada de nada aunque tenga al mismísimo Belcebú delante de tus narices. El problema de todas estas pelis de posesiones es que desde El Exorcista, es inevitable hacer comparaciones y la inmensa mayoría quedan raquíticas al lado de aquella. Aún así, la historia que narra podría haber ganado mucho de haber tenido Hopkins otro actor acompañante.
Enésima película de posesiones diabólicas cuyo único aliciente es Anthony Hopkins porque la peli en sí es una castaña de mucho cuidado.