Difícil entender por qué esta serie no tuvo críticas. Desde que apareció en la TELE, su humor ácido pero inteligente nos conquistó. Más allá de la aparente distorsión de los personajes, ellos mantienen los grandes valores de una familia unida. La versión cinematográfica de la década del '90 no pudo superar a la serie.
Es una lástima que nadie ofrezca reeditar sus capítulos o venderlos. Es digna de ser vuelta a ver.
Un recuerdo especialísimo para el genial "Dedos". Y para el mucamos, Largo.

Todas las demás críticas lo dijeron: genial. Por todo: por Cheston, por los ambientes recreados, por el color, por la carrera de cuadrigas, por la escena de las dos mujeres condenadas al aislamiento por estar enfermas, por... porque ya la debo haber visto más de 15 veces y también yo espero Semana Santa para volver a verla.

Después de tanto tiempo sin verla, me reencontré con ella. Fue sin duda una bella y tierna película. Más allá de esa presencia casi alada de la princesa, la actuación de Alec Guinness fue magistral. Es de esos filmes que no envejecen, dueños de escenas que quedan para el recuerdo, como aquel momento en que el Príncipe muestra su superioridad - si bien fría y calculadora, pero superior al fin - y sus palabras, que le dan sentido al título de la película.
Muy bueno aquel Louis Jourdan que hizo suspirar a tantas jovencitas entre las cuales me conté y única en su deslizarse por la vida, Grace Kelly.
Su vida real fue para ella tan trágica como aquella película.

Es verdad todo lo que dicen otras críticas... Pero... ¿por qué tanta mala leche contra una película simplemente LINDA? Hay ternura, hay un proyecto de amor, hay un hijo simpático, hay Tom Ryan y la belleza increíble y rara de Meg Ryan (no es la belleza tradicional), hay un recuerdo para "Algo para recordar" (así la llamaron en Argentina a la de Cary Grant y Debora Kerr) y hay música y hay una torre donde se encuentran ¡por fin! dos personas que estaban destinadas a amarse. Pero che, no sean tan exigentes...!

Creo que criticarle a Camus que no supo salirse de la "obra de teatro" es no darse cuenta - creo yo - de que lo hizo totalmente a propósito. "Bernarda..." es teatro por excelencia. Es encierro. Es cuatro paredes. Y el agobio y el encierro y la frustración y la muerte, todo esto fue transmitido por Camus, por las actrices (habría que hacer un concurso para ver quién estuvo mejor) magistralmente. García Lorca hubiera estado feliz. Y Andalucía también.