Una de las primeras películas de animación que tuve ocasión de ver, y que me impresionó de verdad. Una historia de venganzas, envidias y amores imposibles con toda la acción que uno pueda desear. Una buenísima dosis de violencia (la escena del demonio de piedra en el bosque es de antología) y de sexo (se trata la homosexualidad y la bisexualidad de manera natural) ambientada en el japón de los samuráis. Animación de alta calidad.

Los vigilantes de la noche debe ser el intento más rastrero y zarrapastroso de aprovechar el filón que supuso la serie de tet*s y cul*s también conocida como los vigilantes de la playa.
En un tono chulesco a la vez que grasiento y casposo, ahí va David Hasselhoff que no contento con salvar a tres rubias tetudas, dos abuelas, hundir cuatro lanchas de mafiosos
y solucionar lo del precio del petróleo, le queda tiempo por la noche, para hacer lo mismo que hace por el día!! Total, David Hasselhoff, que nos acostamos a las 5 de la mañanita con los cubatitas y tal... y nos levantamos a las 7 para correr un poquito por la playa, hacernos unos largos y tal y tal... vale, David Hasselhoff, ya si eso, nos lo cuentas otro día.

Segunda parte de las famosas pesadillas que intenta aprovechar el éxito de la primera. Esta vez, Freddy utiliza el cuerpo de un adolescente para vengarse de aquellos que lo asesinaron.
Guión malo y muy confuso, efectos pobres y actuaciones lamentables que ni siquiera el bueno de Freddy puede salvar.
Algunos quisieron ver esta en película una condena sutil a la homosexualidad, en cuanto se puede interpretar, de manera un tanto libre si se quiere, que Freddy quiere castigar al chico protagonista por su sexualidad un tanto ambigua (su carácter afeminado) y apreciable en escenas muy puntuales de la película (por ejemplo, el cartel en la habitación del protagonista en el que leemos "Chicas fuera"). De todas formas, poco recomendable.

Cuando pensaba que lo peor de las conversiones videojuego-cine ya se había hecho (Street Fighter), va el señor Leonetti y nos trae una secuela que no se sabe bien ni dónde empieza ni dónde acaba, ni cómo, ni cuándo ni porqué. Al igual que ocurriera en Street Fighter, el guión lo firmó el feo de los Calatrava, y claro, a partir de ahí, pues todo lo demás se cae solo. Cuando el presupuesto de una película se va en cubatas de ginebra, pues éste es el resultado: un vaivén de chorradas baratas que nos deja a los fans de los videojuegos más tiesos el moño de la Simpson. Por supuesto, cualquier coincidencia con el mundo de Mortal Kombat, es pura coincidencia.

Que los actores de este bodrio anodino se llamen Goya y Óscar suena a pitorreo, porque ya me dirás tú quién se cree que estos dos son actores después de verlos en este pestiño... a saber: la Goya en plan cara de palo toda la peli y el Jaenada en plan Carmen Sevilla leyendo los rótulos con sus diálogos y masticando tabaco a la vez... Y qué decir de Nancho... si el mejor de la peli es el mono de cartón piedra!!! Y luego, la trama, que te la enchufan ahí sin anestesia y sin nada. Maldita sea la hora en que acepté hacer un ciclo de pelis de terror malas... en el fondo me lo merezco, la úlcera y la miopía que estoy cogiendo.