No esperaba mucho. El trailer lo decía todo: un remake bastante banal con un toque de Crepúsculo y un guiño de Harry Potter. Franquicia barata. Sin embargo me fue más trágica la forma en que vendieron al The Amazing Spider- Man; tal fue la publicidad en diversos sitios dónde la anunciaban como una reinterpretación cinematográfica más oscura y fiel al comic. Mayor mentira no pudieron habar dicho. A primera instancia uno se da cuenta que el filme da unos garrotazos pero realmente forzados para no parecerse al universo del Spidey que hace 10 años Sam Raimi había creado. Pero grotescamente se queda en el borde del intento.

Conforme avanzaba la historia empecé a decepcionarme paulatinamente, gradualmente, poco a poquito. Recuperaba la esperanza en algunas escenas, algunos encuadres, diálogos e inclusive lenguaje no verbal de los actores. Pero eso no fue suficiente. Terminando la película - y después de la espantosa cuasi-sorpresa que apareció al terminar los créditos- me di cuenta que había sido estafado como en los Avengers y todas las nuevas películas de Marvel - la única en dónde me he sentido gratificado y respetado es en Iron Man 1, ninguna otra me ha hecho sentir igual.

Sin miedo a la equivocación les aseguro que el inicio de esta nueva saga no se puede comparar con la ya realizada por Raimi. Se los aseguro, no hubo mejor forma de describir la transición del adolescente al arácnido bípedo y nerd, con un sarcasmo excitante - o por lo menos en la serie animada y el comic se percibía así- como lo hizo el buen Raimi. El principal problema de Webb fue querer sobre valorar la arista del romance, olvidándose que el HOMBRE ARAÑA tiene más puntos en su figura que cualquier otro superheroe.

En fin, en la particular opinión de un adicto al cine y a la ciencia ficción y un pero muy diminuto fan de los comics, les puedo decir con mucha seguridad que El Sorprendente Hombre Arañana les dará una Sorprendente Decepción. No la vean, se los advierto.

Déjenme decirles que la experiencia con Sangre no fue para nada digerible, es más bien una indigestión dolorosa, incómoda e hipnotizante. La insulsa monotonía de la vida que tiene la pareja conformada por Diego y Blanca se basa en ver la televisión, fornicar y comer. La vida de Diego está repleta de infelicidad e incomprensión, mientras que Blanca se aferra a controlar a su marido con un temperamento inestable, bipolarizado e infestado por los celos.



Las interpretaciones de los actores son forzadas a quedarse en la línea de la realidad y es en ese realismo dónde se cría esa espeluznante atmósfera de cautiverio. Si a esto le añadimos los elementos de una buena fotografía, una inexistente musicalización y un sexo crudo y asqueroso tenemos ante nosotros una narración de una historia minimalista y creíble. Sangre es un filme qué no considero excelente o recomendable para toda clase de público, sin embargo reconozco que cumple su cometido: retratar la vida de numerosas parejas contemporaneas de clase media con una estética contrastante a la del cine comercial. Es pues una película angustiante y deprimente con un final abrupto y pretencioso qué a muchos estoy seguro los dejará perplejos.

unque nadie la pidió, daré mi opinión. ¿Por qué El Irlandés es una obra de un visionado obligatorio? Existen varias respuestas, pero las más importantes en la mar de las mismas, es que nos enfrentamos a una obra apoteósica, el currículum vitae de un amante del cine, una expresión conciliadora, nostálgica y cínica de la violencia. Tres horas con treinta minutos de una trama que reitera su elocuencia sin agotar, derrumba los límites de la ficción para dar paso a una realidad fáctica, de pólvora, trajes elegantes, tabaco y alcohol, fotografías de un pasado desdibujado en la memoria de "los de hoy", afectos y sátiras de regordetes gángsters italoamericanos, música, fotogramas que enmudecen y la consagración de una tríada, que por antonomasia, son la "la solita mafia": Al Pacino, De Niro y Pesci, en el exacto orden de su grandeza interpretativa. La trilogía está completada. y de eso Scorsese puede despedirse sin arrepentimientos: aquella que comenzó con Goodfellas, relato inagural de un estilo único y mil veces plagiado, pasando por Casino, la voz en off más memorable en los últimos 50 años, y ahora termina con El Irlandés, el crepúsculo de los tres dioses, y que tal vez, con el paso de los años, sea bautizada como la "trilogia di sangue". La sangre de los años

Hay películas complejas que exigen al espectador la reflexión. Hay películas tan efectistas que exigen al espectador llorar o reír por lo que pasa en la pantalla. Hay películas que solo le piden al espectador contemplar la maravilla de la trama por lo fantástica que pueda resultar. Pero, también, hay películas que no pretenden nada en lo absoluto, o tal vez sí, pero de una forma diminuta. Esas películas dónde el argumento es tan absurdo, inverosímil y hasta infructífero... es dónde también se encuentra uno con el gusto de no pensar y relajarse por la sinceridad de la premisa, que desde el inicio uno se percata de lo que pretende.

Project X es más bien una epítome de la generación 2000, incauta de las redes sociales que yacen en el Internet, hedonistas más que ninguna otra en la historia - o por lo menos eso dicen los viejos- pecaminosa y atea. Son muchos lo que piensan que es una porquería barata del montón del género del metraje encontrado... pero, yo pienso diferente. Proyecto X demuestra en más de una ocasión que el género no solo sirve para contar historias de terror - prueba está en Poder sin límites o Chronicle en EU- si no que es aplicable en una diversidad de temáticas inimaginables.

Aplaudo la valentía de los productores por apoyar esta pornográfica y altanera película. Espero que de esto venga mucho más, pero que además de la cantidad también exigimos calidad y creatividad.

Viva el ateísmo pecaminoso y hedonista. La clave de la felicidad.

Martin Scorsese tiene el don de mostrar de foram magistral cualquier tipo de historia, aunque esta no se parezca a la anterior o a la que lo suceda, siempre muestra una excelencia en su trabjao como director. La Invención de Hugo Cabret no es la excepción. Dicho filme es claramente su declaración de amor por el cine, su entrega casi enajenada por las entrañas del cine, su cualidad eviterna, poética y dominante.

La invención de Hugo Cabret, es un filme encantador en toda su expresión, no es perfecto, pero si es una digna narración de la sustancia primigenia del séptimo arte. Es pues un autobiografía no declarada explicitamente ya que se halla cubierta de una historia fantástica, mágica y sensibilera filmada con un magnífico 3D. Scorsese aporta una pieza invaluable al cine, que sin duda alguna, será revalorada con mayor conciencia en unas décadas más. Larga vida a Martin Scorsese.