El gran problema de la película es que no logra que te identifiques con los personajes. No hace que sientas la desesperación creciente del protagonista, su impotencia ante las circunstancias, su resignación, etc. La historia además se hace muy tediosa por la gran cantidad de escenas de relleno que no aportan nada a la trama, sólo incrementan la duración final del film. Daba para mucho más...

La película me sorprendió gratamente teniendo en cuenta que es la quinta entrega de una saga que parece estar agonizando en cuanto a agotamiento. Simplificaron el guión (lo cual se agradece bastante) y trataron de dejar todo listo para la sexta entrega (esperemos que sea la última).
Lo mejor del film son los flashbacks con el jigsaw original. Cada palabra que sale de su boca es una invitación a la reflexión sobre la condición humana. Simplemente queda esperar que en la sexta y ¿última? entrega, aparezcan las enseñanzas finales del gran jigsaw y que los discípulos continúen su labor pero fuera de la pantalla grande...

Si bien como dice alguien que la defenestra la película tiene varios clichés, en conjunto todo parece funcionar correctamente. Y Keke Palmer es cualquier cosa menos repelente, tiene una luz y un carisma increíbles.
Como dice el título, sino derramas aunque sea una lágrima es que estás muerto por dentro jeje