Clásica comedia romántica de los sesenta que no es tan comedia porque tiene mucho de drama. Se analiza las relaciones matrimoniales, o se intentan analizar, desde la perspectiva de aquella época, que quizá no sea tan distinta a esta. El humor está un poco desfasado y no es que haga reír mucho si bien esboza la sonrisa fácilmente.

Puede ser de las mejores peliculas de Audrey Hepburn, desde luego es su lucimiento durante los minutos que dura la cinta. Está realmente guapa aunque, para mi gusto, demasiado delgada. La película es también una exhibición de coches, gafas de sol y, por supuesto, todos los modelitos que viste ella que harán el disfrute de todos los fans de la moda y el estilo de los años sesenta y de la moda en general, peinados aparte.

Cuenta con la música del genial Henry Mancini (Desayuno con diamantes). Y visualmente es muy notable, colores, fotografía, paisajes, escenas. Muy chula.

Seguramente, imprescindible.

Eficaz cinta de De Toth con un Sterling Hayden que es lo mejor de la película, como casi todas sus películas, "La jungla de asfalto" como imprescindible para saber quién es este pedazo de actor que no necesitaría ni hablar, con solo aparecer ya hace media película.

Buena fotografía, buena historia, ritmo trepidante, los actores están bien todos. Una gran película de cine negro que no encontrarás en las listas de las 30 mejores; pero que debería estar.

Sterling, el tipo duro entre los duros, con un paillo en la boca.

Cine negro en estado puro. Obra maestra del genio vienés, Billy Wilder, -una más- que se visiona sin pestañear. Difícil encontrar un pero como no sea las puertas que se abren hacia fuera -hasta eso tiene explicación. Humo en las habitaciones, todo el mundo con sombrero, poca luz, cortinas. Ese ambiente gris, agorero.

De los mejores guiones de la Historia del cine. Y del cine negro. Todos y cada uno de los actores lo hacen bien, ni falta ni sobra nada. Diálogos excelentes, agudos, rápidos. Barbara Stanwyck encarna a la auténtica femme fatale, lo tiene todo, es la femme fatale por antonomasia, te encandila, te hipnotiza.

Marcó la pauta para todas las películas del género que vinieron detrás.

Nadie debería morir sin ver Perdición.

Magistral obra capiral del cine negro y de todos los tiempos de la que beben muchas de las grandes peliculas que nos han llegado hasta hoy.
Paul Muni está soberbio, insuperable. Qué gran actor -ver Soy un fugitivo.

La fotografía genial, narra perfectamente cada momento, cada escena, influenciada por el expresionismo alemán ya en caida. Sombreros, más sombreros, trajes, pistolas, persecuciones a destajo, muchas sombras, disparos, humo de tabaco, malos muy malos y algún toque cómico, que hace que, efectivamente la pelicula del maestro Hawks sea un poco anárquica tal vez. Howard Hawks... ¿cómo podia dominar tantos generos.

Y de forma tan magistral.

Ritmo fantástico, no se puede apartar la vista de la pantalla.
Atención especial a la relación de Toni Camonte con su hermana, digna de estudio; Ann Dvorak, deliciosa.

Entrañable película. Es cierto que recuerda a Tati y a Amelie, en sus personajes secundarios, a cada cual más raro, y en alguna otra cosa más. Es cine costumbrista, con una pizca de surrealismo.
Surrealistas los oficios de Antoine (continuando los que tenía en Besos Robados), también muchas escenas y algún dialogo. Es muy divertida, puede no parecerlo a primera instancia pero yo me he reído a carcajadas. De la serie de la aventuras de Antoine Doiniel podría ser la mejor, junto con los 400 golpes.
Claude Jade está deliciosa, la dulzura y la comprensión hecha mujer, espléndida y muy guapa. Es la mujer de Antoine, el protagonista. Las caras de Antoine son desternillantes, él vive en un planeta aparte continuamente. La historia japonesa es delirante y sorprende. El humor de Truffaut es muy fino, muy sutil, inteligente, casi no te das cuenta que te estás riendo toda la película. Y nos comparte su deliciosa obsesión por las piernas de mujer.
Truffaut lo bordó.