1) Una maraña de nombres impronunciables y dificilísimos de recordar.
2) Un ¿detective? que no investiga nada, que se mueve al ritmo de una marmota, vamos, que adivina todo de sentado.
3) Criminales y asesinos que quedan impunes, no se entiende bien por cuál razón filosófica.
4) El mismo detective, gallina que no se cocina en el primer hervor, veterano, por no decir al límite con la decrepitud, que sería nuestro héroe, calzando peluquín y con una dentadura en pésimo estado, conquista y vuelve loca de amor a una jovenzuela que todavía va a la secundaria, aunque se cuidan de aclarar que "... mi madre tardó en anotar mi nacimiento en el registro civil..." Menos mal, de lo contrario sería un delito.
5) Una historia tan enrevesada que es casi incomprensible.
6) Nunca se entienden los procesos mentales gracias a los cuales nuestro galán geriátrico arriba a la resolución del caso.
7) Una banda sonora copiada de algún western spaghetti y Mozart, mucho Mozart, pero poner a Mozart no convierte automáticamente un bodrio en una obra de arte.
Conclusión: es el despropósito más grande que he visto en muchos años y eso que me gustan las películas de Adam Sandler.
No se la recomendaría ni al más terrible de mis enemigos. No soy tan mala.

Todavía no he terminado de ver la temporada completa...
He terminado la temporada y, sí, Kidman es imposible de mirar, por su rigidez y falta de expresión. Los primeros tres capítulos no me aburrieron, pero después del cuarto, pierde completamente el rumbo: llegué al final arrastrándome, sólo por terminarla.
No fui capaz de encontrarle el menor sentido: del personaje interpretado por Kidman no se puede saber si es buena, mala o loca.
Parece que el director, el guionista y los actores dijeron "vamos a terminarla de cualquier manera, da igual"
No la recomiendo.

El documental, cuya historia no había escuchado jamás, es interesante. Pero cuenta hechos tan perturbadores que se hace difícil de sobrellevar. Sólo puedo decir una cosa: los padres de la niña son espeluznantes. Me producen más terror que el propio abusador.
Recomiendo este documental, está bien hecho, es entretenido, y la verdad es, que si fuera ficción, sería imposible de creer.

Primero escribiré sobre la serie en sí misma. Es excelente, como se la mire. La música, las actuaciones, los diálogos. Candela Peña y Tristán Ulloa conmueven en los paños de dos personajes de enorme fragilidad. Me ha llegado muy hondo, me ha hecho sentir desasosiego, dolor de estómago, amargura. La he visto toda de un tirón, porque es muy ágil y, al mismo tiempo, muy detallada.
No vivo en España, me enteré del caso Asunta fuera de España, porque fue famoso también en el exterior. Debo decir que, desde el inicio, los padres de la pequeña me parecían inocentes. No porque me cayeran simpáticos o porque supiera tantos detalles del caso, sino porque no lograba entender con cuáles pruebas concretas los estaban condenando. Luego de ver la serie me pregunto: en medio de semejante linchamiento mediático, a nadie le pareció que el juez tenía fuertes prejuicios (la madre pasó el día con un amante, eso, automáticamente la convierte en mala madre, el padre tenía pornografía en la computadora, automáticamente es un pervertido) y se comportaba como si fuera una cuestión personal? Nadie piensa en España que han condenado a dos inocentes?

Soy fanática de las series británicas. Nunca me han desilusionado... hasta hoy.
Vamos a lo positivo: buenos actores, buena fotografía, respetable banda sonora. Pero, como suele ocurrir, cuando falla el guión, falla todo.
Un personaje femenino incapaz de tomar una decisión mínimamente inteligente, policías que no investigan nada, gente que entra y que sale y no aporta nada a la historia.
Recursos engañosos, subtramas innecesarias desarrolladas sólo para rellenar. Ritmo lento, a tal punto que adelantaba escenas para no dormirme(y no me perdía nada)
No la recomiendo, por pesada, aburrida y carente de lógica.