He de reconocer que la película/documental me ha gustado mucho. Me ha gustado su mensaje, me ha gustado el personaje, me ha gustado la filosofía que transmite. me ha llegado su fuerza. En ese sentido, la película es muy buena. Pero claro, hablamos de una valoración sobre la filosofía de vida de Pablo Dominguez, sobre el contenido filosófico/teológico que defiende. Y esa valoración va a depender enteramente del pensamiento, valores y creencias del espectador.

Sin embargo, desde el punto de vista cinematográfico, la cinta es pésima. Alguien ha comentado en otra crítica que parece un reportaje amateur de unas vacaciones, o con motivo del cumpleaños de alguien, o un homenaje casero con motivo de una boda. Y es verdad. El inicio del director hablando a cámara es penoso. El tono hagiográfico del documental es a todas luces excesivo, rayando en lo vergonzante... casi baboso. La total falta de estructuración, de profundidad en el mensaje, de competencia técnica, lastra enormemente la potencialidad de esta historia.

Pero es verdad que la cinta provoca buenas sensaciones, y puede llegar a cierto tipo de espectador. Es una pena que no se haya cuidado más para llegar a más gente. Al final, uno piensa que el mérito que pueda tener la cinta viene dado exclusivamente por la figura de Pablo Dominguez, a todas luces brillante e interesante, y no por la torpe puesta en escena y su pobre planteamiento.

Por eso salí de su visionado con una sensación de haber visto algo extraordinario, contado muy torpemente. Pese a lo cual, a mí me llegó.

A mi.

Como film de entretenimiento funciona bastante bien, siendo entretenida e interesante. Como pretendida reflexión filosófico/religiosa, en mi opinión la película no aporta nada interesante. Sencillamente, en ese aspecto es muy básica, intrascendente y tontorrona. Religiosidad de todo a cien. Igual el libro profundiza más. Lo que es la peli, no.

La he visto en el festival de cine de San Sebastián, y he de decir que el auditorio del Kursal estalló en aplausos tras la película. Y no es para menos. Un thriller político elegante, bien rodado, con amplias dosis de intriga, de tensión, ylas justas de humor. El final fuerza un poco la máquina, pero en el fondo no deja de añadirle emoción al asunto. Muy recomendable para aquellos a quienes les gusten los thrillers políticos. Y que no sean dogmáticos...

Película interesante, a ratos fascinante, que arranca con una prometedora historia que se va apagando conforme avanza el metraje.

No voy a entrar en las explicaciones acerca de qué es lo que sucede o por qué suceden las cosas. Hay muchos por aquí realizando esos análisis, con explicaciones bastante comprensibles y creíbles. Pero no. El problema no es que la película tenga o no una explicación, sino que en realidad esto no es una película, es un rompecabezas. Un jeroglífico. Un acertijo.

El espectador no asiste a una historia comprensible, o intuitivamente entendible, sino que tiene que pasar sus buenas horas, o repetir el visionado... o conectarse a internet, para encontrarle un sentido a la historia.

No digo que no lo tenga. Digo que si tienes que hacer todo eso para entenderla, es que algo falla. O que no es una película... sino un rompecabezas.

A mí, personalmente, ese tipo de propuestas me fastidian. Los jeroglíficos no me gustan. Me gustan las historias que se entiendan a la primera. Admito que en una película puede ser aceptable pensar un poco sobre lo que has visto para encontrarle un sentido más redondo. ¡Pero no tres horas para desenredar algo tan enmarañado!.

Pero reconozco que la peli es interesante... mientras te duran las ganas de entenderla.

La historia está mil veces vista, y no hay nada en ella que sorprenda o suponga una novedad. La vida en el instituto, la relación con la prostituta, con su abuelo, y hasta con su infancia se ha visto mil veces en otras tantas películas, y la trama evoluciona de un modo muy convencional. Bastante previsible.

Pero es que además esta todo contado con un estilo muy discursivo, muy machacón, muy reiterativo. Una y otra vez nos inserta planos de la infancia del protagonista, que resultan forzados, redundantes y demasiado obvios. Hay continuamente insertos de planos de dibujos animados, que pretenden dar la clave de lo que se cuenta en cada momento. Todo muy naif.

Mención aparte el tono de la película, absolutamente deprimente, lúgubre, oscuro y melancólico, apoyado por una BSO cadenciosa y lenta.

En definitiva, una película 1.- Deprimente; 2-. Discursiva y 3.- Superficial. Lo único que se salva: Adrian Brody y los actores, y que pese a todo lo que he dicho, no resulta abrumadora ente aburrida ( al menos la he terminado de ver, y hay ratos que son más o menos potables...).