Un peliculón de grandes dimensiones, con algunos gags desternillantes y... ¡con contenido!
Basta ya de mariconadas absurdas que ni hacen gracia ni nada, prefiero estas películas divertidísimas donde el protagonista es el espectador que no para de reír a carcajada limpia durante todo el filme (sobre todo la última media hora).
Además, los personajes de los policías son la reostia, buenísimos, son supremos, de lo mejor que se ha visto en una pantalla de cine en los últimos tiempos. Muy recomendable, sobre todo para todos aquellos que amamos las comedias locas, y que hemos vivido esas edades a tope y con gran desfase hormonal.

Dentro del respeto que me sugieren todas las mujeres, creo que en esta película se defiende el derecho de la mujer a decidir por sí misma qué quiere hacer consigo en el sexo. Pero, sobre todo, defiende el sexo como una forma de ocio, de goce y de cultura que puede hacernos aprender muchas cosas de los demás y de nosotros mismos (siempre con precauciones). Además salen unas tías tremendas. Le fallan algunas escenas de tías besándose para el goce supuesto de algunos tíos, pero a mí eso me parece machista y repugnante, además de antinatural.

Sinceramente, debo reconocer que he tenido que aguantar el visionado de las películas del rarito este porque mi novia es fan de él.
Esta obra del manchego que quiso ser manchega, es un mosaico de perversión, estupidez y falseamiento de la realidad española de los años 80. Cine disfrazado de "progre" que en realidad esconde un gran sectarismo y una gran fobia a los heterosexuales.

Hay una persona en las críticas que tilda a este filme de americanada sin darse cuenta de que esta peli no es de EE. UU. sino de Gran Bretaña. La película trata de un rarito sospechoso lleno de yenanina, que se dedica a dar sustitos a la gente que va sola en el metro y que debe tener poderes de telequinesia o algo así para mover él solo los trenes y cosas así. Bastante prescindible, pero no es norteamericana. Además algunas escenas sobran, y la moraleja final no está nada clara.

Nunca me ha caído bien el Tarantino este, pero al menos algunas de sus películas fueron buenas y entretenidas. Pero con esta se ha pasado de listo y en mi opinión le salió el tiro por la culata. En "Death proof" asistes al homenaje del "fuck", debido a su reiterada repetición constante, y por ello, acabas de los eternos diálogos hasta las narices. En definitiva, se trata de un filme, que expande yenanina en muchos momentos y que cuenta con alguna chica guapa, sin ser ninguna de ellas espectacular. En general un timo de filme, que ni homenajea a la serie B ni a la Z, y lo más triste aún, ni siquiera Tarantino consigue homenajearse así mismo, que es lo que buscó en esta película.