Haz click aquí para copiar la URL
España España · Mexico
Críticas de Alfie
<< 1 10 18 19 20 52 >>
Críticas 256
Críticas ordenadas por utilidad
8
10 de diciembre de 2010
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como siempre, esto ya es algo habitual en el género, pasearse por el noir americano clásico es una continua caja de sorpresas donde los films parecen desempolvarse, quitarse las décadas de encima y aparecer ante nuestros ojos contemporáneos como obras brillantísimas e únicas; “The Face Behind the Mask” se ajusta perfectamente a este molde. Dirigida por un habitual de la serie B en la Columbia, Robert Florey, la película sirve como perfecto resumen a la situación del noir a principio de los cuarenta en los Estados Unidos: nos encontramos en unos años decisivos y de transición donde la obvia influencia de los despatriados europeos marcaría el camino de las producciones en los años siguientes.

A igual que en la extraordinaria “Stranger on the Third Floor”, también protagonizada por Lorre, el expresionismo alemán empapa cada uno los fotogramas del film. La acertada fotografía de Planer da a la película un fantástico aire claustrofóbico, a medio camino entre lo gótico y lo terrorífico, que ambienta a las mil maravillas la historia de otro sueño americano roto. Peter Lorre interpreta a Janos, un inmigrante húngaro (una de las pocas veces que Lorre interpretaría un personaje con el que compartía nacionalidad) que llega a NY con el único objetivo de trabajar y poder traer a su familia a América. Todo se complica cuando, en su primera noche en la ciudad de los rascacielos, Janos es víctima de un incendio en el motel donde se hospeda. Como consecuencia del mismo, el desastre: su cara quedará totalmente desfigurada lo que le impedirá encontrar trabajo alguno y, por tanto, su sitio en la sociedad. Lo siguiente serán sus primeros escarceos con los bajos fondos hasta liderar una banda de hampones que operan por toda la ciudad. Durante su ascenso, bajo una máscara que recrea su rostro ante la imposibilidad de poder realizarse una cirugía estética exitosa, Janos conocerá a Helen la cual condicionará definitivamente su carrera criminal y el final de su historia.

La película es una exposición clara y concisa de las consecuencias del rechazo social y de las repercusiones que puede tener el mismo en la vida de un hombre, presentado en un principio como alegre, dicharachero y esperanzado. La evolución del personaje de Lorre, sus diferentes etapas, sus fobias, miedos, etc. están estupendamente rodadas e interpretadas. Durante los casi setenta minutos de metraje podremos ver a un Janos que ríe, llora, odia, ama, sufre… todo ello para llegar a un final donde no hay sitio para la redención o perdón alguno; todos y cada uno de los personajes pagará con creces los pecados cometidos.

“La gente que me mira, ve una máscara. Artificial. Pero el rostro detrás de la máscara está mutilado. Una horrible pesadilla. De la que no puedes despertar”
Alfie
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
15 de octubre de 2010
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué gran actor es Fred MacMurray, qué sobriedad y qué empaque a la hora de interpretar a Clifford Groves, ese empresario juguetero bonachón, dócil y algo desdichado…y Barbara, qué aparición más fantástica dando vida a Norma Vale, la única mujer que puede acabar con la pesadilla existencial en la que está sumido Cliff…y cómo no hablar de Douglas, qué manera de mandar a paseo el modelo ideal de familia americana con su niña bailarina y su típico american boy como hijos ejemplares. Además, el tipo llenaba las salas con estos films; todos iban a ver sus historias soñando ser Rock, Barbara o Jane, sin saber que en el fondo Douglas torpedeaba el sueño al que casi todos aspiraban.

Pero quiero hablar de blanco y negro y de Joan Bennett. Ambos fueron motivo de ciertos lamentos posteriores del director; del blanco y negro porque a él le hubiera gustado rodar en color, como un año antes en “All that Heaven Allows”, para conseguir esa fuerza visual que tan bien manejaba. Supongo que las exigencias del estudio, la Universal, y los deseos de la productora, Ross Hunter, tuvieron algo que ver. Esto obligó a Sirk a rememorar sus trabajos en el cine negro y a concentrarse más exhaustivamente en la composición de planos, en el juego de luces o la aparición de elementos visuales que impactaran, o al menos lo intentaran, de la misma manera que lo hacía el Technicolor.

La otra queja era Joan Bennett, sobre su papel secundario y que, según él, podía haber tenido más relevancia, más pulso. Pero yo voy a discrepar con él y, por lo que leo por aquí, con alguno más. Creo en Bennett, mucho, y en su grandiosidad a la hora de interpretar el papel de Marion, la perfecta esposa en el perfecto matrimonio. Y es que ella ya sabía lo que era interpretar ese rol con maestría. Sino véanla unos años antes en “The Reckless Moment” de Max Opüls, donde ya da vida a una gran señora que hace todo para salvaguardar su familia. Está bien, aquí no lucha, pero porque tiene la batalla ganada desde el principio. Desde su clase, desde su posición privilegiada, ella deja clara una cosa: “todo lo que yo tengo, mi casa, mi hogar, mi marido, mis hijos…sería deseado por cualquier otra mujer”, y desde esa superioridad moral ella juega, vive y gana (los ojos de envidia de Norma cuando está en casa de los Groves son esclarecedores). Cierto es que dicha actitud es en parte debida a la propia idiosincrasia de su marido, aunque supongo que esto también es mérito de ella y de muchos años de convivencia.

De esta manera dos mujeres, a la altura una de la otra, se enfrentan en silencio. Dos grandes actrices y dos grandes personajes que no dejan de hacer lo correcto en cada momento. De Barbara ni hablar, magnífica. Bennett, sin duda, a la altura. El gran perjudicado, como siempre en estos lances, el hombre que queda en medio y que ve como, de una manera u otra, sus sueños de juventud son cortados de raíz y escapan volando mientras advierte que el único lugar de libertad es el aire fresco de su jardín.
Alfie
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
20 de septiembre de 2008
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Así se llama el barco donde Harry Morgan (John Garfield), un veterano de guerra y de condición perdedor, intenta sacar a su familia adelante y donde se desarrolla gran parte del argumento. El inolvidable comienzo, con las palabras de Harry, recogen perfectamente lo que va a ser la película:

"Ya sabes como es el mar a la primera hora de la mañana: todo en silencio, excepto las gaviotas, todo en silencio. Y te sientes genial. Entonces llegas a tierra y empieza. Y en un momento estás metido hasta el cuello...y no sabes ni como empezó"

Buena película. Seria y sólida. Representa perfectamente el alma del relato de Hemingway (que ya se adaptara maravillosamente en "Tener y no Tener"). Un tipo honesto, marido y padre, de vocación marinero y que recorre la vida con la honradez por bandera, se encuentra ante un serio problema económico que lo hace acercarse a gángsters, ladrones y tipos de dudosa reputación. Michael Curtiz dirige con maestría y no desmerece en absoluto a su predecesora, la imborrable obra de Hawks.

Crudeza visual y en ocasiones narrativa se combinan con primeros planos en torno a la relación de Garfield con las mujeres de la película: la suya propia Lucy (Phyllis Thaxter), una mujer convencional e incansable en el apoyo y lucha por su marido, y Leona (Patricia Neal) mujer de más sofisticada y atractiva que pronto se cruzará en el camino del marinero. De la lucha de estas dos mujeres por Harry se tienen escenas irrepetibles y diálogos del todo ilustrativos del alma femenina en estos casos. Espectacular y fiel retrato.

En definitiva, otra obra más que no fue estrenada aquí en España y que supone además el último gran título de ese enorme actor, el "boxeador" John Garfield, dos años antes de su muerte en 1952 hecho que añade más interés del que ya tiene de por sí este buen título. Bastante recomendable.
Alfie
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
17 de octubre de 2008
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es el cine utilizado en muchas ocasiones para transmitir mensajes e "Incident" es uno de esos ejemplos. En apenas setenta y dos minutos, Wellman nos hace una crónica sobre la irracionalidad y sobre el peligro de las conciencias vacías. Unos hechos no esclarecidos despiertan la ira en un pequeño pueblo de Nevada, comenzando así una espiral de acontecimientos que sobrecogen y te llevan a reflexionar sobre el comportamiento de la sociedad. De la de antes y de la de ahora porque ni que decir tiene que lo que nos cuenta el film sigue vigente hoy en día.

La película en sí es perfecta. Un ritmo altísimo no deja al espectador ni un momento de respiro. La estupenda fotografía de Arthur C. Miller nos regala planos inolvidables y simbólicos y que, junto a la buena mano de Wellman, dan lugar al ambiente sombrío y trágico que envuelve toda la película. Estupendas interpretaciones con un gran reparto. Reparto encabezado por un Henry Fonda magnético a más no poder y mostrando una mirada perdida que es reflejo perfecto del abismo al que se dirigen los protagonistas. Y luego está Dana Andrews. Este magnífico actor que con su aparición hace que abras los ojos y despiertes todos tus sentidos, por si acaso todavía no estabas convencido.

Con enorme violencia en su desarrollo, "Ox-Bow Incident" tiene sin embargo la misión de alertarnos sobre el derecho primordial que tenemos todos a un juicio justo y al peligro que corremos si intentamos aplicar por nuestra cuenta la ley del ojo por ojo. Porque eso lleva a más violencia y a cometer fallos irreparables. Es sin duda un mensaje para épocas pasadas pero que es contemporáneo a los tiempos que vivimos. Totalmente recomendable. Excelente contenido y excelente continente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alfie
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
18 de enero de 2010
21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
El acercamiento de Dassin al drama carcelario se produce en “Brute Force”, un film vigoroso tanto en su forma como en su contenido. En su forma porque presenta un estilo novedoso donde la vida de los protagonistas no se ciñe solo a lo que sucede dentro los muros. Así, los anhelos y amoríos que han dejado fuera aparecen en unos flashbacks bastante efectivos, consiguiendo dar respiro y mitigar el agobio ambiental que siempre aparece en estas cintas y que, mal tratado, suele suponer un lastre. Para ello Dassin cuenta con una terna de actrices fenomenal, guapísimas, como son Yvonne De Carlo, Ann Blyth y Ella Raines y que ayudan tanto a los reclusos como al espectador a hacer más llevadero ese auténtico suplicio: la estancia en la Westgate Penitenciary.

Y luego está el contenido. Del gran cineasta americano no se puede esperar otra cosa que no sea compromiso y honestidad en cada uno de sus trabajos. Y aquí ocurre nuevamente. Además cuenta con el guión de Richard Brooks con lo que la buena construcción narrativa está asegurada. Sin llegar a profundizar en los comportamientos y actitudes psicológicas derivadas de las circustancias, el film proporciona una mirada pesimista sobre unos hombres en una situación límite, acorralados y con escasas esperanzas de reinserción. La presencia del capitán Munsey (Hume Cronyn) como jefe de carceleros, un tirano déspota y violento, convierte la estancia de los reclusos en un infierno y hace de la fuga la única salida. Maravillosamente interpretado por Cronyn, el personaje sirve para centrar la crítica de Dassin al sistema (primeros dardos que no pasarían inadvertidos para el ínclito McCarthy) y para posicionar al público a lado de los presos. Unos presos con una faceta humana muy enfatizada y que encabeza Joe Collins un turbio personaje interpretado por el joven Lancaster que actúa en perfecta sintonía con su director, de una manera contenida pero sumamente convincente.

Con unas cuantas secuencias memorables, como las del descubrimiento y ajusticiamiento de algún soplón o la de los métodos atroces del capitán Munsey, y la participación de un secundario de lujo como Charles Bickfort, Dassin completa su historia carcelaria donde, con su habitual cuidado de las imágenes y su poderosa fuerza discursiva, lanza un mensaje claro y rotundo: ¡just force, brute force!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Alfie
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 10 18 19 20 52 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow